Alerta médica por la 'droga' que los niños se toman como si fuera zumo
Las bebidas energéticas tienen altos niveles de azúcar y cafeína y su consumo entraña riesgos para la salud, especialmente entre adolescentes y jóvenes
Las bebidas energéticas, una de las más demandadas en el mercado, suelen ser muy atractivas para el consumidor porque disminuyen temporalmente la sensación de fatiga y el agotamiento, además de proporcionar un incremento de la resistencia física. Muchas de sus marcas son mundialmente famosas y su consumo no ha dejado de crecer en estas últimas décadas.
En España, según la encuesta ESTUDES, un 45% de los adolescentes declaraba haber tomado este tipo de bebidas al menos una vez en el último mes y su popularidad entre chicos (51%) es mayor que entre chicas (39%).
Pero, ¿sabemos qué nos estamos tomando realmente cuando ingerimos una bebida energética? Facultativos y nutricionistas han pedido al gobierno vetar su venta a menores de edad por los problemas de salud que generan y también por sus consecuencias a nivel académico: los adolescentes habituados a estos productos registran un peor rendimiento en los estudios.
En los últimos meses, el Ejecutivo ha movido ficha. El ministerio de Consumo, dirigido ahora en funciones por Alberto Garzón, anunció en 2021 su intención de "revisar la situación de las bebidas energéticas ante los potenciales riesgos para la salud que conlleva su consumo". Pero más allá de meras recomendaciones no ha habido nada más.
Y eso que las bebidas energéticas son como una 'droga' con un alto contenido en cafeína, azúcar y otros estimulantes. Una lata de 250 mililitros de la marca líder del sector contiene 80 miligramos de cafeína, cuando la cantidad máxima de cafeína recomendaba no debería superar los 3 miligramos por kilo de peso de una persona. Y en relación con la cantidad de azúcares, las bebidas energéticas suelen aportar entre 27,5 gramos por cada 250 mililitros. Es decir, el equivalente a 11-12 cucharaditas de azúcar. Además, según destaca el informe de ESTUDES, tienen un valor nutricional prácticamente nulo.
Por si fuera poco, según diferentes informes médicos recogidos por El País, su ingesta puede provocar riesgos cardiovasculares y neurológicos, problemas psicológicos o alteraciones del comportamiento y del sueño. Sin olvidar que estas bebidas suelen mezclarse de forma frecuente con alcohol.
La mayoría de los jóvenes desconoce la composición y cuáles son los peligros que entrañan estas bebidas, según concluye un estudio observacional realizado en seis institutos de Valladolid y presentado en el Congreso de Pediatría de 2022. Por este motivo, diferentes asociaciones y organismos insisten al Gobierno en la necesidad de regular el consumo de estas bebidas y prohibírselas a menores de edad. Algunos países como Estados Unidos también están ya investigando a las marcas por el uso potencial de reclamos falsos —referidos a los ingredientes utilizados y los valores nutricionales— para su consumo.