Adiós a la calefacción con petróleo y gas: su fin llega a España antes de tiempo por orden europea

Adiós a la calefacción con petróleo y gas: su fin llega a España antes de tiempo por orden europea

Bruselas acelera el cambio hacia el uso de energías renovables con una medida que va a transformar los hogares de toda Europa.

Una mujer sube la temperatura de un radiador conectado a una calefacción de gas.Matthias Balk

La Unión Europea ha decidido dar un paso más en su lucha contra el cambio climático. A partir de 2025, los Estados miembros no podrán subvencionar calderas que funcionen exclusivamente con combustibles fósiles y, para 2040, estarán totalmente prohibidos en los hogares de Europa. Esta medida, aprobada por el Parlamento Europeo con 370 votos a favor frente a 199 en contra, persigue la descarbonización del sector de la construcción, responsable del 36% de las emisiones de CO₂ en el Viejo Continente.

La nueva legislación impulsa el uso de energías renovables y tecnologías sostenibles en la calefacción, como las bombas de calor, la energía solar térmica y las redes de calefacción urbana. Según el portal Futurezonelas calderas híbridas, que combinan sistemas tradicionales con fuentes renovables, seguirán recibiendo apoyo financiero, pero las instalaciones exclusivamente dependientes de petróleo y gas tendrán un futuro incierto.

Ciarán Cuffe, eurodiputado de los Verdes, señala que esta normativa no solo supondrá un beneficio para el medio ambiente sino también para los sectores más vulnerables de la población. “Reduciremos las facturas y combatiremos la pobreza energética mientras se generan miles de empleos de calidad en toda la Unión”, asegura el político irlandés.

¿Cómo afectará a los hogares españoles?

España, donde muchas viviendas dependen de combustibles fósiles para su calefacción, deberá adaptarse rápidamente a la directiva. Para facilitar la transición, la Unión Europea planea poner en marcha programas de ayudas destinadas especialmente a los hogares con menos recursos. Estas incluyen subvenciones y créditos blandos para cubrir los elevados costes de instalación de sistemas más sostenibles, como las bombas de calor.

No obstante, el cambio no será fácil. En los edificios antiguos, especialmente en zonas rurales, sustituir las calderas actuales por tecnologías modernas puede resultar un desafío técnico y económico. Además, los gobiernos nacionales tendrán que diseñar estrategias para que esta transformación no se convierta en una carga insostenible para las familias.

Aunque la directiva es ambiciosa, contempla algunas excepciones. Las calderas de gas y petróleo podrán seguir usándose en edificios históricos, iglesias o edificios provisionales, donde la instalación de alternativas renovables sea inviable. Sin embargo, en países que son altamente dependientes de los combustibles fósiles, como Polonia o Hungría, han expresado su preocupación por el impacto que pueda tener este tipo de medidas en su economía o en los precios de la energía.

Con esta legislación, la UE refuerza su compromiso con el Pacto Verde Europeo y avanza hacia su objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2045. Para España, el reto es claro: dejar atrás los combustibles fósiles y apostar por sistemas eficientes y sostenibles.

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