Acusan al exresponsable de Abercrombie & Fitch de explotar a hombres por sexo
Un documental de la BBC es el que ha permitido sacar el caso a la luz. Da cuenta de manipulaciones y promesas de poder escalar en sus carreras como supuesto cebo.
El antiguo consejero delegado de la firma estadounidense de ropa Abercrombie & Fitch, Mike Jeffries, y su pareja, el británico Matthew Smith, han sido acusados en un documental de la BBC de abusos y explotación por varios hombres que fueron captados para asistir a eventos sexuales con ellos.
The Abercrombie Guys: The Dark Side of Cool (Los chicos Abercrombie: la cara oscura de lo cool), que se emitió anoche, recoge el testimonio de varones que explican cómo, entre 2009 y 2015, fueron reclutados por un intermediario mediante manipulaciones y la pretensión de poder escalar en sus carreras.
En su página web, la cadena pública británica asegura que su investigación de dos años, cuyos datos ha consultado con exfiscales de Estados Unidos, destapa que la pareja auspiciaba una red altamente organizada dedicada a atraer a jóvenes para esos actos en varias partes del mundo.
Jeffries y Smith no ha hecho comentarios a la emisora, mientras que el intermediario, identificado como James Jacobson, ha negado cualquier ilegalidad y declara que los varones asistieron a esos eventos "con los ojos bien abiertos".
Abercrombie & Fitch, que Jeffries dejó en 2014, ha dicho estar "horrorizada y asqueada" con el presunto comportamiento del exdirectivo.
La BBC dice haber hablado con un total de doce varones que han descrito bien haber participado u organizado esas veladas sexuales para el disfrute de Jeffries, de 79 años, y Smith, de 60, en ese periodo entre 2009 y 2015.
Los ocho hombres que asistieron como participantes revelan que fueron reclutados por Jacobson, reconocible por el parche de piel de serpiente que cubre su inexistente nariz.
Algunos de estos testigos, que en la época eran veinteañeros, dicen que fueron engañados, otros afirman que sabían que se trataría de eventos de tipo sexual pero desconocían cuál habría de ser su papel. Todos recibieron dinero y en algunos casos Jacobson les obligó también a someterse a actos sexuales con él.
La mayoría mantiene que se abusó de ellos y que la experiencia les ha dejado marcados.
Los testimonios revelan que el intermediario pagaba a otros ojeadores para captar a multitud de jóvenes y que todos los asistentes a las fiestas eran obligados a firmar contratos de confidencialidad, además de otros detalles sobre cómo funcionaba la presunta operación.