5 formas efectivas de vencer al síndrome del impostor en tu trabajo
Cómo atajar un problema que afecta al 78% de los empresarios de alto nivel.
Es uno de los conceptos que en los últimos años más se han repetido en entrevistas de televisión, reportajes a grandes personalidades del mundo empresarial, triunfadores en el sector de la música o incluso deportistas de élite. Se trata del síndrome del impostor, y aunque parezca inverosímil, según una encuesta llevada a cabo por NerdWallet, hasta el 78% de los empresarios de éxito asegura haberlo experimentado alguna vez en su vida.
Este síndrome afecta a la capacidad de asimilar los logros personales y achacarlos a la suerte o a la aleatoriedad de las circunstancias. Esta sensación puede provocar desánimo, frustración, miedo escénico, sensación de ser un fraude, insatisfacción o incluso desarrollar un nivel de autoexigencia perjudicial para nuestra salud.
Este término fue acuñado por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes en el año 1978 tras realizar un trabajo de investigación denominado "El fenómeno del impostor en mujeres de alto rendimiento: dinámica e intervención terapéutica". Nadie está libre de este síndrome, ya que puede afectar a cualquier persona que, fruto de sus habilidades y trabajo haya podido alcanzar unas metas inimaginables hace años.
Como es lógico, esta enfermedad es propia de los altos ejecutivos, cargos y personalidades (actores, cantantes, deportistas...) que, inmersos en un mundo marcado por la competitividad y el elevado estrés, terminar por creer que están en ese lugar de privilegio sin merecimiento. Pese a ello, nadie está libre de sufrirlo.
Además, según la encuesta antes mencionada, a las mujeres puede llegar a afectarles casi el doble que a los hombres, también al tener que equilibrar sus obligaciones laborales con las familiares.
¿A qué se debe la aparición del síndrome del impostor?
Aunque a día de hoy es casi imposible establecer una razón o el proceso mental por el cual, personas con una gran y admirada carrera laboral en el ámbito que sea, pueda llegar a sufrir este tipo de trastorno, sí que se pueden llevar a cabo algunas prácticas con las que intentar frenar sus efectos.
Algunos de los factores que pueden influir en esta percepción pueden ser el miedo al fracaso, el perfeccionismo o la hipersensibilidad a las críticas, aunque algo en lo que todos están de acuerdo es que se trata de un tema mucho más complejo.
Cinco claves para intentar frenar el síndrome del impostor
1. En primer lugar se debería identificar qué te provoca tener ese tipo de pensamientos. Tratar de reconocer la voz interior que te empuja a esas ideas e intentar redirigirla para acabar con esos pensamientos y que se centre en aspectos positivos como puede ser la objetividad, la compasión y el respeto por sí mismo. Para ello es importante centrarse en los éxitos conseguidos en lugar de en los defectos.
2. Es importante reconocer los logros conseguidos por uno mismo. Aunque estos te hayan costado un duro sacrificio personal más allá de lo crítico que uno pueda llegar a ser consigo mismo. En este sentido es importante celebrar todos los éxitos que se van consiguiendo y así ir aumentando la propia moral poco a poco.
3. Hablar e intercambiar opiniones con la gente cercana. Otro factor importantísimo es el de tener la capacidad de abrirse con las personas de mayor confianza, que te dotarán de una mayor confianza y objetividad: ya sean familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc.
4. Establecer objetivos realistas. Este aspecto es fundamental ya que, marcarse logros asequibles y alcanzables debe ser uno de los principales aspectos. Tener la capacidad de no frustrarse e intentar asegurarse de que los objetivos son inteligentes: específicos, relevantes y alcanzables).
5. No existe la perfección. Otro factor importantísimo en este proceso es ser consciente de que la perfección es imposible de conseguir. Este consejo va de la mano con el de obtener objetivos realistas, ya que de lo contrario nos sentiremos frustrados.