4 reglas de oro si te entran ganas de ir al baño durante una caminata
Una situación límite para algunos.
Hay situaciones relacionadas con la fisiología humana que poco entienden de contextos. En ocasiones, hay gente a la que le aparecen las ganas de ir al baño en un momento bastante incómodo para poder hacerlo.
Ejemplo de ello es el incómodo momento que muchas personas han vivido a la hora de ir paseando o haciendo ejercicio al aire libre y notar que necesitaba acudir al servicio de forma urgente.
Existen cuatro reglas de oro que son claves a la hora de tener que ir al baño al aire libre. Algunas de ellas son fundamentales y otras sirven para tomar nota.
La principal tiene que ver con los compañeros de rutina. En el caso de ir acompañado, lo ideal es que, si hay que hacer las necesidades al aire libre, te alejes de tu grupo de caminata. Lo suyo es alejarse a varios metros del sendero y también de zonas acampadas.
En el caso de tener que escoger un lugar en plena naturaleza, es una buena opción hacerlo en un espacio en el que esté dando el sol. Gracias a sus rayos, se puede degradar fácilmente.
Otra de las opciones es la de hacer un hoyo, depositar allí los excrementos y, posteriormente, poder taparlo. A modo de enterramiento. Para ello, puede ser útil usar un palo.
Con el palo y el hoyo hecho, lo idóneo es mezclarlo con la tierra, ya que ese sencillo gesto puede servir para mejorar el proceso de degradación y que su impacto sea menor.
Como cada vez que hay que ir al baño, es totalmente recomendable y necesario que te laves las manos. Agua, jabón o desinfectante pueden ser un gran amigo en un momento tan trascendental.