300 empresas españolas son empujadas a Marruecos
Las importaciones de frutas y hortalizas en España procedentes del país vecino se han multiplicado por cuatro en estos últimos diez años.
Miles de agricultores y ganadores se han movilizado este miércoles en Madrid y sus alrededores con sus tractores y ganado para pedir al Gobierno algunos cambios en las exigencias normativas ambientales, una Política Agraria común (PAC) más flexible o ayudas por la sequía, entre otras demandas. Unas protestas que se llevan sucediendo desde el último mes a lo largo de toda la geografía española y que están teniendo una gran repercusión en los medios de comunicación.
Los trabajadores del sector primario se quejan de que la burocracia y las condiciones impuestas desde la Unión Europea perjudican la rentabilidad de su negocio frente a países terceros, como Marruecos. Otros trabajadores del campo, como los de Francia, Países Bajos, Rumanía, Alemania, Italia o Polonia, también están convocando protestas y movilizándose para un cambio de la política agraria comunitaria.
Esta situación tan difícil para el campo ha hecho que, actualmente, más de 300 entidades españolas del sector primario hayan trasladado su producción a Marruecos. Entre los datos del ICEX recogidos por Voz Pópuli podemos encontrar gigantes de la alimentación española como Ebro Foods (Brillante, SOS) o Borges (frutos secos).
Muchas de estas empresas se han ido al país vecino para disfrutar de mejores condiciones, tasas e impuestos. Recordemos que en Marruecos no es necesario cumplir con la ley que regula los fitosanitarios en la Unión Europea ni otras normativas dentro del Pacto Verde, además de contar con mano de obra más barata.
Según contaba hace un año El País, las importaciones de frutas y hortalizas en España procedentes de Marruecos se han multiplicado por cuatro desde la entrada en vigor del nuevo Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y este país en 2012. Dicho pacto supuso la liberalización de la mayor parte de la huerta marroquí y un aumento en las cuotas de entrada de productos especialmente sensibles para los agricultores españoles.
Debido a ese atractivo, muchas empresas españolas han considerado más beneficioso operar desde allí a través de filiales o adquiriendo participaciones en empresas marroquíes. El sector agroalimentario español también se ha extendido por otros países de la zona, como Túnez, Egipto o Turquía, y ha cruzado el Atlántico hasta Perú o Brasil.