¿Otro pantallazo en México?
La victoria de Peña Nieto, pese a ser esperada no deja de ser sorprendente pues supone el regreso al poder del PRI tras doce años en la oposición. Puede ser considerada como una de las resurrecciones políticas más espectaculares de la historia política reciente.
Los datos preliminares de las encuestas parecen confirmar la victoria amplia del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, en las elecciones presidenciales y legislativas que han tenido lugar este domingo. La victoria de Peña Nieto, pese a ser esperada no deja de ser sorprendente pues supone el regreso al poder del PRI tras doce años en la oposición. Sin duda puede ser considerada como una de las resurrecciones políticas más espectaculares de la historia política reciente.
Tras más de siete décadas en el poder, la derrota del PRI en las elecciones del 2000 pareció poner fin a una de las maquinarias políticas de más éxito en la historia política contemporánea mundial, que llevó a Varga Llosa a considerar a México bajo el PRI como la "dictadura perfecta". El peso de la corrupción, la incompetencia, la injusticia, y la pobreza culminaron en la victoria sorprendente de Vicente Fox y el PAN, lo que parecía poner fin al PRI.
Sin embargo estas elecciones, en las que ha resurgido cual un ave fénix, han demostrado su capacidad de supervivencia y adaptación. El resultado de esta elección sin embargo, no es sólo una victoria del PRI, sino también una derrota del PAN que no ha sabido capitalizar los doce años de poder para hacer los cambios que el país y la sociedad demandaban y necesitaban. Ante la famosa pregunta de Ronald Regan de "¿Está usted mejor ahora que hace [seis o doce] años?" la respuesta inequívoca para la mayoría de los mejicanos es que están peor.
Tras casi 20 años de liberalización comercial y económica, con el Acuerdo de Libre Comercio (TLC) con EEUU y Canada, pero con muy pocas reformas domésticas, México se ha convertido en un país de dos velocidades con un sector pequeño del país modernizado y con posibilidades de movilidad y progreso; pero con otros sectores mucho menos dinámicos y con pocas perspectivas de progreso. La economía creció un 4% en el 2011, pero sigue siendo insuficiente: debe crecer un 5% para poder hacer frente a los desafíos del país.
El TLC abrió los mercados mexicanos a las importaciones pero el Gobierno ha hecho muy poco para ayudar a los pequeños productores y promover la innovación y el valor añadido. La situación se ha visto muy agravada por el aumento de a criminalidad y de las extorsiones, que han aumentado dramáticamente en los últimos años.
Así mientras una minoría educada y cualificada se está beneficiando del las exportaciones y la integración económica del país con el TLC, la inmensa mayoría trabaja horas extras, frecuentemente necesitan más de un empleo para sobrevivir, y tienen muy pocas perspectivas de mejora. La sensación generalizada cuando hablas con mexicanos es que los ricos se han hecho más ricos, y los pobres más pobres. Y los datos apoyan esta percepción: un 57% de los mexicanos ganan menos de 13,50 dólares (o poco más de 10 euros) al día (no es un error: es al día no a la hora).
Fox y Calderón se presentaron como los políticos del cambio y del empleo, pero durantes sus mandatos ha habido poco cambio e insuficiente creación de empleo (pese a que Calderón ha anunciado a bombo y platillo durante la campaña que había creado 1,7 millones de empleos). México es todavía muy dependiente de la economía de EEUU, y se ha visto muy afectado por la crisis del coloso del norte (la famosa frase atribuida al general Porfirio Díaz "México, tan lejos de Dios y tan cerca del infierno"). En el 2009 hubo una gran recesión y la economía mejicana se contrajo un 6,1%.
En este contexto el PRI se ha presentado como el partido de la estabilidad. Los jóvenes ya no tienen recuerdos de los últimos años del PRI marcados por la corrupción, la incompetencia en responder al terremoto de Ciudad de México, los crímenes, la represión que marcó muchos de sus años en el poder. El tiempo diluye la memoria, y como dicen muchos mexicanos: había mucha corrupción pero también había más oportunidades.
Nadie sabe muy bien cuál es la agenda de Peña Nieto, un político joven y casi desconocido. Como gobernador del Estado de México que rodea a la capital, ha dejado poca huella y su campaña electoral ha sido opaca, muy controlada por estrategias de mercadotécnica, y con muy poco acceso a la prensa independiente. Una de las bromas de la campaña ha sido su eslogan electoral: "Tú me conoces", cuando en realidad casi nadie le conoce ni sabe muy bien de qué va, ni quién está detrás de él.
Su campaña ha tenido también el apoyo de los medios, en particular Televisa, que le han proporcionado una cobertura muy positiva, y no han profundizado ni en su mensaje ni en sus planes. Por fortuna, no hay riesgo de involucionismo y de vuelta al pasado semi-autoritario del PRI de otras épocas. México es ahora un país diferente con unas instituciones mucho más fuertes y consolidadas, así como una sociedad civil más organizada y articulada como han demostrado los jóvenes durante esta campaña.
Como persona se ha criticado mucho la escasa capacidad intelectual de Peña Nieto al que se acusa de no tener mucho en el cerebro. En un momento de la campaña cuando visitaba la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, le preguntaron cuáles habían sido los tres libros que más le habían influido y contestó que partes de la Biblia (no especificó cuáles), el libro La Silla del Águila que atribuyó al historiador Enrique Krauze (pese a que fue escrito por Carlos Fuentes), y ante la sorpresa general no pudo mencionar un tercer libro. Pese a todo la campaña siguió adelante sin ninguna consecuencia, y su propia hija envió un tuit defendiendo a su padre e insultando a todos: "Los idiotas que forman parte del proletariado y sólo critican a los que envidian".
En México cuando se discuten las noticias, muy frecuentemente hablan de pantallas: ilusiones que se crean para oscurecer la realidad/verdad. Peña Nieto ha sido representado frecuentemente en dibujos y viñetas cómicas con una máscara del antiguo presidente Salinas de Gortari, al que pese a todas las sombras y sospechas (incluso criminales) que envuelven a su mandato (que le llevó al autoexilio), se le sigue presuponiendo una gran influencia, y se le considera como el poder en la sombra.
Esto es algo muy típico en México donde es a menudo casi imposible saber quién está detrás de las cosas que pasan, dónde esta la verdad (ya sea un escándalo de corrupción, un asesinato, una masacre de drogas, o el resultado de unas elecciones) y quiénes son de verdad los que mandan. En un país donde las teorías conspirativas están a la orden del día, para los mexicanos la verdad es en muchas ocasiones demasiado difusa, demasiado complicada, y solo está al alcance de aquellos que se encargan de controlar y manipular los eventos.
El nuevo presidente se va a encontrar un país con grandísimas oportunidades, pero también con una gran inestabilidad e inseguridad, muy marcado por la estrategia de Calderón de militarizar la lucha contra los cárteles de drogas, y ansioso por recuperar la estabilidad y la esperanza. Ojalá que la campaña no haya sido tan solo otro pantallazo, y que Peña Nieto nos sorprenda haciendo lo que el país demanda. México lo merece y Latinoamérica lo necesita.