Blanqueamientos anales y aumentos de pecho
Te propongo un juego. Te voy a resumir dos textos publicados en dos medios de comunicación distintos. Lo que tienes que hacer es adivinar cuál de ellos tiene una finalidad humorística y cuál de ellos pretende ser una profunda reflexión sobre la política del Gobierno de Rajoy.
Te propongo un juego. Te voy a resumir dos textos publicados en dos medios de comunicación distintos. Lo que tienes que hacer es adivinar cuál de ellos tiene una finalidad humorística y cuál de ellos pretende ser una profunda reflexión sobre la política del Gobierno de Rajoy.
En un texto, basándose en un chascarrillo, una articulista intenta demostrar que las becas no tienen la función de permitir el acceso a la educación superior por parte de personas que de otra manera no podrían estudiar. Las becas, según la articulista, no sirven tampoco como motivación a la hora de estudiar porque cualquiera con notas mediocres las recibe y, además, el dinero recibido en realidad no se invierte en matrículas, libros, alojamiento y transporte, sino en otros caprichos más mundanos y poco relacionados con la educación. Cito a la articulista: "Me comentó una amiga, profesora en un instituto, precisamente sobre el despilfarro y el escaso control que hay sobre el dinero que se concede para las becas. Indignada me decía que conocía alumnas que habían utilizado el dinero de su beca para pagarse operaciones de aumento de pecho, vamos, para ponerse tetas". Según la articulista esa es la función que hasta la fecha han tenido de las becas: mejorar la autoestima de las jóvenes o, en todo caso, alegrar supuestamente la vista de compañeros de clase y profesores.
En el otro texto, basándose parcialmente en un chascarrillo, un articulista intenta demostrar que los inmigrantes ilegales abusan de la Seguridad Social y se someten a tratamientos innecesarios que en su países no serían costeados. En cambio, en España, sí se costean esos tratamientos, lo cual supone un despilfarro que debemos pagar con nuestros impuestos. El articulista pone en boca de una entrevistada las siguientes palabras: "Me han contado que una chica del barrio fue al ambulatorio a blanquearse el ano de urgencias y había tantos inmigrantes en la cola que tuvo que volverse a casa". El blanquamiento anal, tan popular por lo que parece, es uno de los tratamientos que dejará de ser costeado a los inmigrantes ilegales, los cuales, como bien sabemos, no cotizan y han sido expulsados del sistema sanitario español. No sabemos qué influencia tendrá este hecho en la industria del cine porno hispano ni en la venta de tangas.
Ahora tienes unos segundos para decidir cuál es el texto humorístico y cuál el serio: Uno... Dos... Tres... Tiempo.
Si, como bien creo, sigues la actualidad, ya sabrás que el primer texto del que trato es un artículo de Paloma Cervilla, periodista de información política en ABC y comentarista de la COPE y la SER, publicado hace pocos días en su blog Pido la palabra y titulado Becas para ponerse tetas. El texto desapareció poco tiempo después de ser publicado sin explicación alguna por parte de ABC.es, donde está alojado el blog de Paloma Cervilla y en el que todavía no ha aparecido ninguna disculpa por las palabras gratuitas de desprecio hacia las personas que con esfuerzo sacan adelante sus estudios a pesar de las adversidades económicas que puedan estar atravesando.
El blog de Paloma Cervilla en abc.es
El segundo texto fue publicado hace más de un año por el diario satírico digital El Mundo Today con el único fin de reírse de las penurias que la realidad nos depara. Quizás, Paloma Cervilla debería plantearse el pasar a formar parte del equipo de El Mundo Today, ya que ha demostrado cierto desparpajo a la hora de recurrir a chascarrillos más o menos bien traídos para referirse a la realidad de manera parcial y deformándola, recursos propios del humor. Claro que, por otra parte, también son recursos propios de un periodismo tendencioso.
Curiosamente, a pesar de la diferente intención de los autores, los textos comparten el trasfondo: en ambos casos la realidad evocada es común, recortes para los más desfavorecidos en sanidad y en educación. Así que, ya sea en serio o en broma, las bofetadas terminan siendo siempre para los mismos.