Y encima, esto: los buenos datos económicos que refuerzan al Gobierno en funciones
El PP vaticinó hace meses una recesión en España que no ha terminado de llegar.
"Ya no estamos hablando de síntomas. Estamos hablando de hechos claros, que nos dirigimos, todavía con mayor intensidad, a una profundísima crisis económica. Mientras, el Gobierno niega las evidencias y mira hacia otro lado, tal y como hizo el Gobierno socialista en el año 2007".
Ante sus diputados, en una de las salas del Congreso de los Diputados, Alberto Núñez Feijóo, que apenas llevaba tres meses presidiendo el PP, pronunciaba estas palabras vaticinando la coyuntura económica del futuro.
"Nadie duda ya de que el Gobierno acierta cuando rectifica y es hora de que rectifique de una forma intensa. Y si es posible, de una forma más amplia, menos soberbia, más humilde y más eficaz", añadió el gallego en esa intervención, de julio del 2022.
Tres meses más tarde, en octubre de ese año, durante un acto en Lugo, el líder del PP, ya más asentado en el puesto, insistió: "Estamos a pocas semanas de entrar en una recesión técnica". El dirigente popular escudó estas afirmaciones en la alta inflación, en los datos del paro y, en su declaración de otoño, en los Presupuestos que acababa de presentar el Gobierno, que tildó de "cuentos".
Es la estrategia que pergeñó Génova contra el Ejecutivo de coalición: ahondar en la posible crisis económica derivada de la guerra de Ucrania, la subida de precios y una pretendida recesión que amenazaba a otros países como Alemania —que entró en recesión técnica en el primer trimestre del 2023— e incluso a EEUU, donde la Reserva Federal ha pronosticado el mismo camino.
Sin embargo, esta recesión no ha terminado de llegar y la estrategia ha hecho aguas por todos lados. De hecho, el PP no ha podido utilizarla en campaña porque la obviedad de las cifras lo impedía.
Apenas Feijóo tiró de cifras de desempleo y de deuda pública durante el 'cara a cara' con Sánchez. E incluso equivocó el tiro en este segundo aspecto, al desligar la deuda del PIB y hablar de ella en "términos cuantitativos".
Los datos, además, han venido a confirmar después de las elecciones —en las que el PP ganó pero no sumó lo suficiente para gobernar— que España resiste a la crisis e incluso tiene buenas perspectivas.
Una alegría de parte del FMI
Dos días después de los comicios del 23 de julio, el FMI mejoraba las previsiones de crecimiento de España para el 2023 del 1,5% que pronosticó en abril al 2,5%. Es más, este nuevo dato supone elevar la previsión que hizo este organismo en enero, cuando previó un crecimiento del 1,1%. Para 2024, el FMI mantiene su previsión del 2%.
Un dato que no sólo supone una mejora respecto a lo previsto meses antes, sino que además sitúa a España a la cabeza del crecimiento esperado en 2023 entre las principales economías avanzadas. Es más, el crecimiento de España será casi el triple que el que el FMI estima para la zona euro, del 0,9%.
Según este organismo, la mejora en las previsiones de crecimiento se deben a la solidez demostrada tanto por los servicios como por el turismo.
Precisamente turismo que también ha traído buenas nuevas esta misma semana, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), según los cuales las pernoctaciones en establecimientos hosteleros en el primer semestre del año crecieron un 13,5% respecto al mismo período del 2022, situándose en 149,72 millones. Un dato que, además, supera las del 2019, es decir, mejora cifras de antes de la pandemia, según recoge la Encuesta de Coyuntura Turística Hotelera.
También los datos de junio son mejores que los del año pasado, ya que las pernoctaciones crecieron un 3,3%, superando los 36,2 millones.
Aun así, no todos los datos de esta encuesta son positivos. En ella podemos ver cómo el precio medio de facturación por habitación creció un 6,7%, situándose en una media de 112,5 euros. Algo que ha provocado que la estancia media de pernoctación haya caído un 1,4% respecto a 2022, situándose en 3,2 pernoctaciones por viajero.
La ocupación, en máximos históricos; el paro, en caída
La Encuesta de Población Activa (EPA) ha traído en las últimas horas otra alegría económica a Moncloa.
Según los datos de la EPA, el número de ocupados en el segundo trimestre del año alcanzó una cifra récord de 21.056.700 trabajadores, tras sumar 603.900 en ese período por el empuje del sector servicios.
Además, el número de parados bajó en 365.300 personas, situando el total de desempleados en 2.762.500, el 11,6 %, 1,67 puntos menos que en el trimestre anterior y la menor cifra desde el año 2008.
Estos datos suponen que en el último año, el empleo haya crecido un 2,88%, es decir, 588.700 personas.
De las inflaciones más bajas de Europa
A todos estos datos hay que sumar el buen avance de la inflación en España, que en junio se situó en el 1,9%, según el INE. Sobre todo respecto al resto de países europeos, ya que es uno de los tres países de la Unión Europea que baja de la tasa del 2% junto a Grecia y Chipre.
Una Unión Europea en la que la tasa media de inflación se situó en junio en el 7,1%, y en la que países como Alemania o Italia tienen una tasa del 6,4%. Francia tiene una tasa del 4,5% mientras que países del entorno como Portugal y Países Bajos se sitúan en el 3,4% y el 5,4%, respectivamente.
La inflación subyacente, es decir, el índice general sin contar los alimentos no elaborados ni los productos energéticos, bajó dos décimas hasta situarse en el 5,9%.
Aun así, el precio de los alimentos no termina de bajar como se espera, y se mantiene por encima del 10%, concretamente en el 10,3%. Con todo, esa cifra es menor que la del mes de mayo, cuando se situaron en el 12%.
