Un resumen para constitucionalistas despistados; por Alán Barroso
Algunos son constitucionalistas hasta que se habla de garantizar el derecho a la vivienda digna o tener trabajos suficientemente remunerados
La Constitución Española cumple 45 años. Y estamos en un momento raro raro. Últimamente ha sido muy habitual ver cómo la derecha se llama a sí misma constitucionalista. Y los demás supongo que somos como bárbaros. Algo así: Constitucionalista (Aznar). Bárbaros (sanidad pública). Constitucionalista (Abascal). Bárbaros (educación pública). Constitucionalista (bandera pollo), por supuesto. Bárbaros (bandera LGTBI). Constitucionalista (Feijoo y Abascal). Bárbaros (Yolanda y Sánchez). De hecho hasta el propio Feijóo subía un tuit diciendo “somos el único partido constitucionalista que le queda a España”. Qué flipado macho. Aunque luego también dijo que bueno que Vox “respeta la constitución”. Y mira, ni una cosa ni la otra.
Porque la Constitución Española no puede ser un arma arrojadiza que lanzas a tus enemigos cuando te va bien. Porque son constitucionalistas hasta que se habla de garantizar el derecho a la vivienda digna ( como dice el art. 47 y votan en contra de la ley de vivienda). Son constitucionalistas hasta que se trata de tener trabajos suficientemente remunerados, como dice el artículo 35, y luego se oponen a la subida del salario mínimo.
Son constitucionalistas hasta que se trata de ponerles impuestos a los que más tienen, como dice el artículo 31, y luego se oponen a los impuestos a la banca y a las energética. O son constitucionalistas hasta que toca renovar el Consejo General del Poder judicial, como dice el artículo 122, y luego lo bloquean cuando pierden.
Hoy la Constitución cumple 45 años, pero la Constitución no debería solo cumplir años, sino también sus artículos y que los políticos que tanto la mencionan empiecen a entender que la constitución no está para enseñarla. Está para aplicarla.