Ahora sí, sólo puede quedar uno
“Nos habían metido en el ataúd, pero estamos vivos”, asegura el entorno de Sánchez. “Sacaremos más de 150”, auguran en Génova.
La cuenta atrás ha comenzado. Y, ahora sí que sí, solo puede quedar uno. Pedro Sánchez llega a la campaña habiendo reactivado a un partido que parecía muerto tras el batacazo de las autonómicas y municipales. “Hay partido”, claman sus asesores. Alberto Núñez Feijóo se sabe el favorito y busca no cometer errores. “Como todo siga así, superaremos los 150 escaños”, aseguran en Génova, con las últimas encuestas internas en la mano.
El jefe del Gobierno ha conseguido algo que parecía difícil. Generar la sensación entre los suyos de que aún no está todo perdido, como si ocurrió cuando Alfredo Pérez Rubalcaba se enfrentó a Mariano Rajoy en 2011. Sánchez ha vuelto a arriesgar, ha descolocado a propios y extraños y se ha lanzado a los platós de televisión y estudios de radio que ha ninguneado durante toda la legislatura. “No soy perfecto, pero soy limpio”, le dijo a Ana Rosa Quintana esta semana en Telecinco.
Su objetivo es resistir, como siempre ha hecho en su vida política, plagada de momentos de enorme tensión. Y las últimas encuestas, públicas y privadas, apuntan a una mejora del bloque de izquierdas, y en especial del PSOE. “Ya nos habían tomado medidas para el ataúd pero se han dado cuenta de que estamos vivos”, según uno de los colaboradores más cercanos de Sánchez. “Esto va a de avanzar o retroceder. Pese a nuestros líos, España ha avanzado. Ahí está nuestra hoja de servicios en materia social, económica o medioambiental. El PP y Vox solo traen retroceso”, trasladan las fuentes consultadas.
Los pactos del PP con la formación de Santiago Abascal han ayudado a construir el relato de Moncloa. “Es verdad que Vox no nos está ayudando”, conceden incluso en Génova. No solo por la entrada del partido verde en gobiernos autonómicos o municipales. También por el perfil de los elegidos por Vox para estar en puestos de responsabilidad o por las polémicas decisiones que están tomando, como censurar obras culturales. “El miedo a que entren en el Gobierno va animar al votante progresista a votar. El colectivo LGTBI, por ejemplo, hacía tiempo que no estaba tan implicado”, en opinión de no pocos cargos socialistas.
Frente al intento de remontada del PSOE, en el PP se respira optimismo contenido. Lo mismo que ocurría en víspera de los comicios autonómicos y locales. “Somos el punto de encuentro de todos”, proclama Feijóo, queriéndose alejar del sectarismo de Vox. En el PP esperan que “la hipérbole” de los de Abascal provoque más votos para su candidato, como ocurrió en Andalucía con Juanma Moreno, que alcanzó la mayoría absoluta. Y con toda seguridad dan por descontado que superarán la franja psicológica de los 150 escaños. Aún más, que podrían acercarse a los 160.
La encuesta de El País no es tan positiva. Asegura que el PP ganará pero con 127 representantes y sin lograr la mayoría con Vox, que se quedaría en 42. Así describe la situación un barón territorial del PP: “Es verdad que Sánchez ha conseguido ponerse de pie y que el ruido por culpa de Vox ha sido grande. Tampoco ayudó nuestra gestión en Extremadura. Pero dicho esto, el partido está unido, compacto, en torno a Feijóo y la sensación es que es ahora o nunca. Todo el mundo está movilizado. Nuestro votante está deseando ir a votar. Las ganas de echar a Sánchez son tantas que la ola va a ser enorme”.
Y esa es la impresión generalizada en el PP. Que hay que evitar charcos, no enmarañarse en ninguna polémica y esperar a que cierren las urnas el 23 de julio. “Es a Feijóo al que le preguntan quién va a ser su vicepresidenta o quién va a llevar la cartera de economía. Todo el mundo da por hecho que va a ser el próximo presidente del Gobierno. Se da por descontado”, según el análisis de otro alto cargo del partido. “Vamos a derogar el Sanchismo”, llevan semanas proclamando los principales cargos de la formación, recordando que además de con Sumar tendría que llegar a pactos con Bildu o ERC.
Este mismo lunes se vivirá un punto de inflexión en la campaña. Quizá el único, aunque en política todo es impredecible. Se celebrará a las 22:00h el único cara a cara entre Sánchez y Feijóo en Atresmedia. No habrá más opciones de verles debatir y comparar modelos, tras el rechazo de Génova. El presidente ya ha dejado claro que lo considera decisivo, ha despejado su agenda y se ha fotografiado rodeado de ministros y asesores preparando el debate. Tiene que arriesgar, como ya avanzó este diario. “Iremos a por todas”, a fin de mover aún más el tablero de juego.
Para el PP, la clave pasa porque Feijóo se muestre presidenciable y sereno. “Centrado, como un presidente de todos”, aunque después le toque negociar con Vox, al que no le gustaría dar entrada en su gobierno aunque ya no lo descarta. En la Región de Murcia y en Aragón prosiguen sin éxito las negociaciones. En el partido son mayoría los que opinan que su votante da por descontado que han de entenderse con los de Abascal, aunque un sector del PP reclama “que se les ponga en su sitio” por cauces discretos “para que no marquen la agenda”.
Una batalla decisiva, la de Sánchez y Feijóo, que entra en su fase final. Tras las elecciones, uno estará en Moncloa y otro recogiendo sus cosas. Ambos han dado a entender que si no consiguen gobernar, se harán a un lado y concluirán su etapa al frente de su formación política, lo que provocará un indudable movimiento interno en sus filas. Pero esa será otra pantalla. Ahora, ambos aspiran a salir exultantes ante los suyos la noche electoral. De momento, demoscópicamente, Feijóo lleva claramente la delantera.