El PP tantea un pacto con Junts a pesar de cargar contra Puigdemont por su huida

El PP tantea un pacto con Junts a pesar de cargar contra Puigdemont por su huida

Feijóo ya se ha abierto a pactar una moción de censura a Sánchez con el voto de los independentistas.

Sánchez, Feijóo y Puigdemont.GETTY

Del “Sánchez hará presidente a Puigdemont para seguir en el poder" llegó el “Illa es independentista”. Ahora, tras la huida de Puigdemont el PP ha pasado de acusar al Gobierno de dejar escapar al expresident a abrirse a pactar con Junts "cuestiones constitucionales".

Una dualidad de discursos la que mantiene el principal partido de España con el principal partido independentista de Cataluña y que comenzó hace justo un año, cuando Alberto Núñez Feijóo trataba de buscar los números que permitieran su acceso a la Presidencia del Gobierno.

La noticia, primero desmentida por el PP para después acabar haciendo varias voladuras controladas reconociendo las informaciones, era que los de Feijóo habían mantenido encuentros. Los de Carles Puigdemont remarcaban cuando se conoció que el encuentro fue informal, mientras que el PP subrayaba que, pese a la toma de contacto, consideraron el respaldo de los independentistas "inviable" por sus demandas de amnistía y referéndum de autodeterminación. No obstante, este encuentro se produjo gracias a empresarios catalanes en una residencia de Pedralbes. En plena recta final de las elecciones gallegas el PP organizó una comida con periodistas en la que aseguró que estudió un "indulto condicionado a Puigdemont" para lograr la ansiada investidura aunque después de haberlo reconocido lo negó.

Desde entonces, varios reconocimientos a Junts se han producido en el seno del PP, a la par que realizaban actos, manifestaciones y discursos en contra de la amnistía y el papel que Junts juega a la hora de apoyar a Pedro Sánchez como ocurrió el otoño pasado, cuando el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, se reunió con Puigdemont con una gran foto del referéndum del 1-O presidiendo la escena. Un tira y afloja que parecía romperse este jueves, cuando Salvador Illa era investido president de la Generalitat y Carles Puigdemont volvía a fugarse de la justicia.

El jueves Puigdemont había hecho volver a Junts a la "casilla de salida". También el jueves, y hasta este mismo martes, el PP defiende que el Gobierno dejó huir al expresident catalán y esta misma mañana, el vicesecretario general del PP, Esteban González Pons,  aseguraba que que es posible la interlocución de su partido con Junts siempre que se dé “en los márgenes de la Constitución” y para “objetivos constitucionales”. De hecho, aseguraba que el PP habla con “todos los del Congreso” y que la única barrera para negociar la ponen con EH Bildu.

Aunque sea dentro de los márgenes de la Constitución, Pons ha insistido en el argumentario de su partido estos últimos días: el procés sigue vivo. Eso sí, esta vez no es gracias a los líderes independentistas sino a Salvador Illa. De hecho, el PP aseguraba hace tan solo meses que Salvador Illa no iba a ser president porque Pedro Sánchez iba a abrir la puerta a Puigdemont para poder seguir gobernando.

¿Hacia la moción de censura?

Junts ha convocado un congreso extraordinario para el mes de octubre en el que muchos vaticinan que, tras el pacto entre PSC y ERC el único aliado que le queda es el PP.

Con la amnistía ya aprobada, los discursos contra los pactos entre PSOE yJunts podrían quedar atrás dando paso al pragmatismo y la negociación. Junts necesita al PP para recuperar la Generalitat, y el PP necesita los votos de Junts para alcanzar la Moncloa. De hecho, la forma de llegar a Moncloa para Feijóo pasan, dada la aritmética parlamentaria y la fragmentación de la derecha, por utilizar una fórmula similar a la que hizo José María Aznar en su momento para lograr ser presidente.

Ese escenario es el que se va a ir configurando a partir del próximo otoño. Sánchez, con Cataluña bajo gobierno socialista puede no aprobar los presupuestos en los que trabaja el Ejecutivo y prorrogar los actuales, como hizo el curso pasado. De esta forma, puede alargar la legislatura, que Sánchez avisa no será corta, y tejer más alianzas que salven la línea roja de Vox que marcan el resto de partidos de la derecha nacionalista como el PNV.