Los malos pronósticos se hacen realidad con el aceite de oliva en 2024
La producción aumenta, aunque no todo lo deseado.
Ya lo dijo el ministro Planas: el aceite parece la prima de riesgo. Y tal cual: día sí y día también, todos los ojos están puestos en lo que ya se llama el oro líquido.
Ahora, el último dato que se ha conocido ha sido ese viernes, cuando se ha dictaminado que la cosecha viene corta, pero "algo mejor de lo que se vaticinaba". Así se afirma en la web Olimeca, que cita a la Consejería Agricultura de la Junta de Andalucía para la que sería la primera estimación de lo que podría ser la campaña 2023/24 de aceite de oliva en Andalucía. Los datos, aseguran, "no son para tirar cohetes": la producción de aceite de oliva en la comunidad autónoma podría quedarse en 550.600 toneladas, una que supone un aumento del 7%.
Pese a ese ligerísimo aumento, que bien se sabe que es positivo, hay que ser conscientes de que los datos podrían cambiar ante una meteorología cada vez más extrema. Podrían llegar las tan necesarias lluvias... O no. Lo único certero es que el sector vuelve a enfrentarse, con estos datos sobre la mesa, a una gran incertidumbre que va de la mano de importantes caídas del consumo ante las potenciales subidas de precios del aceite de oliva en origen.
Pese a todo, el pasado miércoles Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, auguró una "ligera bajada" del precio del aceite de oliva, cuyo seguimiento ha comparado con el que se hacía hace unos años de la "prima de riesgo".
El titular de Agricultura ha abordado la situación del aceite de oliva este miércoles en la feria de productos congelados del mar, Conxemar, en Vigo, donde ha considerado como "previsible" el escenario del "mantenimiento de los precios, con una ligera bajada".
A la hora de analizar la evolución de los precios, ha abogado por hacerlo "desde una perspectiva más larga" porque "una semana indica muy poco" y ha ironizado con que el indicador sobre el aceite de oliva parece "casi la prima de riesgo hace unos años".
A este "oro líquido" lo ha considerado "clave para las familias, no tanto desde el punto de vista cuantitativo, porque el impacto es muy limitado en la cesta de la compra", pero sí desde el prisma de los "hábitos alimentarios" de los españoles.
En todo caso, ha defendido "un precio que sea justo y retribuya dignamente a los productores" y que al mismo tiempo no convierta al aceite de oliva en un producto "gourmet".