La ley de vivienda pone la lupa sobre el alquiler de temporada y las 'trampas' de caseros
Una disposición adicional, fruto de la negociación parlamentaria, obliga a crear un grupo de trabajo para analizar dicha modalidad de contrato, según 'El País'. En paralelo, Unidas Podemos impulsa una enmienda para limitar los pisos turísticos.
Con el jueves como el próximo día clave para la futura Ley de Vivienda, la negociación parlamentaria ha venido nutriendo la norma que previsiblemente saldrá adelante. Una disposición adicional introducida fruto de ese diálogo abrirá la puerta a una eventual regulación del alquiler de temporada.
Se trata de la disposición que figura en el texto de la norma a debate que fue publicado esta semana y que da un plazo máximo de medio año para crear y articular “un grupo de trabajo para avanzar en una propuesta normativa de regulación de los contratos de arrendamiento de uso distinto del de vivienda”.
Según ha publicado El País este martes, citando a fuentes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma)se trata de crear un grupo de expertos que trabajar para lograr “un mecanismo para evitar que esta figura se use en fraude de ley” y que ya anticipan que es de gran “complejidad”.
Alquiler de temporada o 'a partir de junio tienes que irte'
Desde la Agencia Negociadora del Alquiler, José Ramón Zurdo explica al citado diario que la modalidad de alquiler de temporada es aquella que “tiene una causa que justifique la temporalidad”. Y en esa entran causas con circunstancias laborales, pero también de estudios, siempre que estén contenidas en el contrato, claro.
Se trata de un tipo de contrato muy habitual a la hora de alquilar pisos por ejemplo a estudiantes universitarios, pero también por ejemplo a personas que vayan a cubrir una baja u otro tipo de sustitución. No obstante, la principal 'trampa', 'picaresca', y sí, sin tapujos, ilegalidad, pasa por cómo esté determinada esta modalidad en el contrato.
Zurdo detalla al citado diario que “si no se dice la causa que justifique la temporalidad, es una trampa”, puesto que lo que determina esta naturaleza del contrato “no es el plazo, es la causa”. Con todo, el inquilino -y potencial damnificado- ”solo tiene que alegar que no tenía otra vivienda donde residir cuando firmó el contrato para que eso se convierta en un arrendamiento de vivienda habitual”.
Y, en este sentido, el gran objetivo de ese grupo de expertos a crear será el de estudiar y analizar si es posible “evitar que se camufle un alquiler de vivienda habitual como un alquiler de temporada”, según han explicado desde el Mitma a El País. El problema es de tal complejidad que reconocen que “ya se ha analizado y no se ha dado con la tecla, porque de lo contrario se hubiera incorporado ya en la ley”. Con todo, sí se ha forjado “un consenso en que era un tema lo suficientemente complejo como para abordarlo fuera de los plazos de la negociación”.
La enmienda paralela de UP sobre las viviendas turísticas
Cabe destacar que esta disposición adicional introducida en el texto que se someterá a debate y votación en el Parlamento no tiene nada que ver con la enmienda que impulsa Unidas Podemos y que busca establecer límites a las viviendas turísticas en zonas de mercado tensionado.
En este sentido, la propuesta de la formación morada pasa por establecer topes a las las plazas de pisos turísticos con el objetivo de que no excedan el 2% del número de habitantes de una zona tensionada -es decir, la figura en la que los precios de alquiler han subido por encima de lo que se considera razonable según los criterios que articularán la futura ley-.