Las agresiones por LGTBIfobia aumentan motivadas por los discursos de odio

Las agresiones por LGTBIfobia aumentan motivadas por los discursos de odio

En los últimos cinco años se han producido en España al menos 57.000 agresiones físicas o sexuales contra las personas LGTBI+.

Desfile del Orgullo LGTBI en las calles de la Ciudad Autónoma de Melilla.EFE/Giner

Mayo de 2023. Conchi y Gemma disfrutaban en el Parque Warner junto a sus hijos cuando un grupo de más de diez personas comenzó a insultarlas y golpearlas. “Me cogieron por la espalda, me tiraron al suelo y me patearon por todos lados”, denunciaron. Todo ello delante de sus hijos, que no podían si no llorar al observar la escena. Junio de 2023. Una mujer trans viaja en uno de los vagones de la línea 1 del Metro de Barcelona cuando un hombre comenzó a insultarla y a agredirla físicamente. “Vaya peluca llevas”, le dijo mientras la golpeaba. Agosto de 2023. Albert, aunque no es su nombre de verdad, baja a tirar la basura cuando un hombre se le acerca y le apuñala en su zona lumbar izquierda. Sería tan solo un episodio de violencia más si el tajo no hubiera sido acompañado por un “mariconazo de mierda”.

Lo que se relata en el párrafo anterior es solo una pequeña parte del conjunto de agresiones contra el colectivo LGTBI+ que la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más recoge en el segundo número de su Odio Diario, “un diario que bien podría llamarse periódico de la vergüenza”, según su definición.

En los últimos cinco años, según el informe Estado LGTBI+ que elabora cada año la ONG y que han presentado el pasado mes de mayo, se han producido en España 57.000 agresiones físicas o sexuales contra las personas LGTBI+, aunque el Ministerio de Interior solo recoja 1.738 actos de odio entre 2018 y 2022, apenas un 0,57% de lo reflejado en el estudio encargado por la Federación.

Las cifras, tal y como explicó durante la presentación Ignacio Peredero, secretario de Organización de la Federación, “se acercan bastante a los datos oficiales de Inglaterra y Gales, por lo que podemos sospechar que en España nos encontramos ante un problema de infradetección”. “Existe un elevado número de casos de LGTBIfobia que se denuncia, pero que no se registra como tal”, aseguró para alertar de que “estamos ante un verdadero iceberg del odio”.

En conversación con El HuffPost, Peredero explica que sus datos “son muy similares con la encuesta que realizó hace poco la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea”. El Gobierno “registra solo lo que se denuncia, y además de que hay muchas personas que no denuncian, tampoco todo lo que se denuncia se registra como delito de odio”, advierte. En todo caso, Peredero alerta de que, aunque sí han podido aumentar las personas que denuncian, “la tendencia de las agresiones está al alza”. “Está habiendo más agresiones”, observan desde la Federación.

En opinión de Peredero, el incremento de las agresiones LGTBIfóbicas “tiene mucho que ver con los discursos de odio que se están articulando desde las instituciones, señalando al colectivo como enfermo o subvencionado”. “Estos discursos”, avisa, “luego tienen consecuencias”. Por ese motivo, desde la Federación no quieren poner el énfasis en la persecución penal, sino en cómo articular una solución que ponga freno a las palabras de odio: “Por mucho que persigamos los crímenes, si se sigue alimentando el odio en redes, o desde la tribuna del Congreso, habrá más gente radicalizada que puede acabar cometiendo un delito”. “La manera real de que esto desaparezca es que nos concienciemos como país”, considera Peredero, que considera que esto no solo sucede con el colectivo LGTBI+, sino con todos los colectivos vulnerables: “Lo vemos también con los migrantes”, apunta.

Una de las personas que emitió discursos de odio desde el Congreso fue el líder de Vox, Santiago Abascal, que se refirió al colectivo LGTBI+ como “degenerados subvencionados”. Estas palabras, observa Peredero, “son la gasolina que luego alimenta los ataques”.

Dentro del colectivo, hay quienes notan un incremento sustancial en los ataques: las personas trans, que ya no solo viene desde la extrema derecha sino también desde una parte del feminismo. Peredero alerta de que quienes están en contra de la ley trans “asumen las posturas de la ultraderecha”. “El marco es el mismo que se utiliza con la inmigración: nos invaden, nos quieren borrar”, señala: “Son también discursos de odio que buscan estigmatizar”.

Además de los discursos institucionales o políticos, la Federación hace hincapié en la importancia que las redes sociales están jugando en la alimentación de lo que luego se traduce en agresiones. “No podemos permitir que redes sociales como X premie los discursos más radicales porque al final lo que se destaca tiene consecuencias sobre la vida de la gente”, opina. En la segunda edición de Odio Diario, la Federación refiere a un estudio de la consultora LLYC que, tras analizar más de 12 millones de mensajes y casi 790.000 perfiles de X, concluyó que “los tuits de odio contra el colectivo se han disparado un 130% se acercan año a año al volumen de mensajes de apoyo, [...] que han descendido un 16%”.

Hace unos días, la actriz trans española Karla Sofía Gascon se refería a estos discursos de odio en su intervención en Cannes tras ganar en el Festival el premio a la mejor actriz. Sofía Gascon dedicó el galardón a todas las personas trans que sufren “todos los putos días el odio”. En su mensaje, la actriz advirtió que seguramente la noticia de su premio se llenaría de “comentarios de gente terrible diciendo las mismas cosas de siempre”. Por desgracia, así fue. Poco después, Sofía Gascon presentó una denuncia contra la eurodiputada de extrema derecha francesa Marion Maréchal, que en su cuenta en X negó la realidad de la actriz: “Es un hombre quien ha recibido el premio de interpretación femenina”, dijo.

Pese a todo, en su discurso, quiso dejar un mensaje de esperanza: “Todos tenemos la oportunidad de cambiar a mejor, de ser mejores personas, así que... A ver si cambiáis, cabrones”.