La victoria de Trump azuza al ala dura del PP tras el "giro social" de Feijóo en septiembre
No son pocas las voces que desde septiembre critican el giro del PP en asuntos como la vivienda o la conciliación adoptando banderas tradicionales de la izquierda. Ahora, la victoria de Trump podría azuzarlo.
"WOKE, MAGA, WOKE, MAGA. Y así seguirá oscilando el péndulo mientras el liberalismo no presente una alternativa", es el tuit con el que la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo resumía el resultado de las elecciones de EEUU que se han resuelto con la victoria, de nuevo, de Donald Trump.
Aunque tapado por la DANA, parece haberse reabierto la confrontación entre el ala moderada de Alberto Núñez Feijóo y el sector más conservador del partido. En el contexto de esta sacudida internacional, el ala dura del PP reclama desde hace semanas dar “la batalla de ideas” con mensajes claros y contundentes, temiendo que el triunfo de Trump otorgue nuevo impulso a Vox y otros sectores de la derecha radical. Pablo Montesinos, en un análisis publicado el viernes en El HuffPost, destacaba precisamente cómo se producía esta reacción desde el PP, donde algunos ven en el éxito de Trump una posible amenaza que podría resucitar a Vox en el panorama político español tras el aparente giro social que dio Feijóo a principios de septiembre con el inicio del curso político.
Feijóo, que ya ha intentado desmarcarse de Vox para fortalecer un “proyecto libre” y moderado, ha sido cuestionado en repetidas ocasiones por figuras influyentes dentro de su propio partido como Esperanza Aguirre o Ayuso, que apuesta por otra estrategia diferente desde la Asamblea de Madrid sin el "giro social" que empezó en septiembre con un ideario más cercano a lo que en la teoría política se podría definir como liberalismo radical y el conservadurismo tradicional. Por poner un ejemplo de estas críticas internas, Aguirre llegó a decir en privado que el PP se sometía a aceptar las “banderas de la izquierda”, Ayuso hablaba hace un mes de un “giro suicida”.
Por su parte, Feijóo se ha esforzado por presentar hasta ahora una estrategia de oposición centrada en temas sociales y económicos que apelen a una mayor transversalidad, lo que ha incluido medidas como la conciliación laboral o la colaboración en una posible reducción de la jornada laboral, aunque con cautela, tal y como se ha podido ver en las Ley de Conciliación que viene detallando el PP desde hace un mes.
La posibilidad de convocar un congreso ordinario del PP, un espacio donde estos debates internos podrían tener una resolución formal dentro del PP, tal y como piden varias voces del partido para renovar el ideario de la formación, aún no está en los planes de Feijóo, que lo sitúa en 2026 a pesar de que el último cónclave del PP fue celebrado en 2017 cuando aún gobernaba Mariano Rajoy.
La victoria de Trump puede reforzar ahora al ala dura de los populares, que exigen una mayor firmeza frente a la competencia de Vox y un rechazo explícito a cualquier giro hacia el centro.
El giro a la derecha de mayo
Pese a este giro social, en mayo la cuestión era otra. Tras el incidente diplomático con Argentina y su presidente, Javier Milei, con el Gobierno de España y Óscar Puente en particular, y llegando a romper el principio de no injerencia entre Estados al acusar de corrupción a Pedro Sánchez y Begoña Gómez, Feijóo se mostró alineado con el argentino.
También en migración cambió el discurso el PP adoptando una postura más cercana a la extrema derecha. Durante la campaña catalana, Vox situaba la inmigración ilegal como un tema prioritario, y el PP ha seguía por el mismo camino. No le fue mal, fue el partido que más mejoró en escaños en el Parlament de Cataluña tras poder verse a Feijóo hablar directamente a quienes estaban "en contra de la inmigración ilegal” y asegurando que este fenómeno implicaba que “los inmigrantes ilegales ocuparan "nuestros domicilios".
Muchas fueron las líneas que se escribieron hace medio año recordando que en 2021, cuando todavía era presidente de la Xunta, defendía la inmigración ordenada y planificada como respuesta al envejecimiento poblacional en Galicia y abogaba por la integración y reconocimiento de derechos de los migrantes. Incluso criticaba a quienes recurrían a discursos “más emocionales que racionales” con respecto al tema, en referencia a Vox.