La crispación sobre Defensa llega a Bruselas
El líder del PP pide una reunión con la cúpula del Ejército y en el equipo de Robles se revuelven. El Gobierno, obligado a matizar a la OTAN sobre el gasto en defensa.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se muestran incapaces de acercar posturas en materia de Defensa. En esencia, ambos están de acuerdo en cumplir con los compromisos institucionales y aumentar el gasto militar. Pero, en la práctica, están más separados que nunca. No han vuelto tener contacto desde su breve encuentro en Moncloa hace unos días. "Nada de nada", reconocen las fuentes consultadas. Y el clima de tensión política solo ha servido para aumentar la brecha entre ambos.
Lo penúltimo último fue la petición de una reunión de Feijóo con la cúpula militar. El objetivo, tener el detalle de los planes en la materia ante la ausencia de información por parte del Gobierno, según fuentes de Génova. "El JEMAD y los responsables de los tres ejércitos tienen que sentarse con el primer partido de España y concretar cuál es el alcance y contenido de lo que vamos a ha caer", reclamó el propio Feijóo en el pleno el miércoles en el Congreso de los Diputados.
En Génova creen que esa reunión "se puede y se debe hacer". Cuca Gamarra, la secretaria general, lo reiteró al día siguiente en una entrevista en Antena 3. Y fuentes populares echaron mano de la hemeroteca para remontarse a 1994, cuando José María Aznar aún como jefe de la oposición se reunió con la dirección de las Fuerzas Armadas. El encuentro marcó un punto de inflexión pues nunca antes se había producido aunque tanto el departamento de Defensa como fuentes del PP hablaron de "absoluta normalidad".
En el equipo de Margarita Robles alejan por completo esa posibilidad. "Hacer esa petición es no saber nada de las Fuerzas Armadas", aseguraron a este periódico. "Desconocimiento total", añaden al más alto nivel. Esto es, el Gobierno descarta esta posibilidad y desvía "la aportación de información" a las Cortes Generales.
El propio Sánchez ya dijo que iría informando a la Cámara, si bien el miércoles rehusó dar cualquier tipo de detalle pese a la exigencia de Feijóo en este sentido. Para el PP, esta partida tendría que estar sí o sí incluida en los Presupuestos Generales de este año, que Sánchez ya deja bien claro que no piensa presentar, como publicó este periódico el lunes.
"Sánchez no da información y boicotea que nos la puedan aportar desde las Fuerzas Armadas", resumen en la dirección nacional del PP. "Y no lo hace porque sabe que si nos informa y dice la verdad, el Gobierno se les rompe y su debilidad en el Parlamento se hará insostenible. Es el presidente más débil en las circunstancias más difíciles", añaden estas fuentes.
La respuesta del equipo de Sánchez es que los compromisos con Bruselas y con la OTAN se van a cumplir. Aún más, que en esto Yolanda Díaz está de acuerdo con el presidente, a pesar de algunas de sus declaraciones públicas. Si bien, el detalle del plan se irá contando "cuando corresponda" y siempre "de la mano de los aliados".
Pero los tiempos de Moncloa parecen chocar con esos aliados. "España quiere llegar al 2% del PIB en gasto militar este verano", afirmó Mark Rutte, el secretario general de la alianza atlántica. Moncloa tuvo que apresurarse a matizar: "Nos acercaremos todo lo posible a ese 2%". En privado, en el Gobierno admiten que tienen que ser muy cautelosos con los anuncios, toda vez buscan fórmulas para cumplir sin pasar por los Presupuestos.
En Bruselas siempre parten de una máxima, según fuentes de la Comisión: "Mientras España cumpla con sus compromisos, no entramos en cuestiones domésticas". Si bien, eurodiputados de distinto signo reconocen en conversación informal que existe "sorpresa" ante "la crispación" entre los dos principales partidos del país y la incapacidad de "hablar claro" cuando otros cancilleres sí lo hacen, incluso sobre el envío de tropas.
"No ocupa pero sí llega lo que está ocurriendo. Las comparaciones son odiosas. En Alemania, la imagen de unidad es incontestable y eso es un bálsamo… todo lo contrario de lo que está pasando en España", reflexiona un parlamentario, que pide no añadir de qué partido es. Añade: "Si esto estuviera pactado entre Sánchez y Feijóo, el Gobierno podría venir a Bruselas con un mensaje más claro y rotundo".
Así resume la situación un veterano popular en las instituciones europeas: "La estabilidad aquí es un plus. Estamos hablando de cosas muy serias y España no puede convertirse en un problema. En circunstancias normales, en este tema no habría debate y todo estaría ya pactado. Se hacía antes y se podría hacer ahora. Si Sánchez quiere darle el abrazo del oso a Feijóo lo puede hacer, tiene las herramientas. Pero no da ese paso porque todo lo demás se le tambalea".