Julio de 2023: la euforia y el desastre para Feijóo y el Partido Popular
A pesar de haber mejorado su resultado en 47 escaños, al líder de los populares le cuesta encontrar apoyos más allá de la ultraderecha y enfila una investidura a todas luces fallida.
Verano azul oscuro casi negro para el Partido Popular. Tras haber anunciado a bombo y platillo la "derogación del sanchismo", la formación que encabeza Alberto Núñez Feijóo acaba el mes de julio enfilando un camino que discurre cuesta abajo y sin frenos. En la noche del 23J, la de las elecciones generales, en el PP se quedaron "de piedra".
La mejora de los populares en escaños, 47 más que en 2019, debería ser un signo inequívoco de victoria, pero el sabor es amargo. Ni siquiera arrebatarle un escaño en el último suspiro al PSOE con el voto exterior cambia las tornas. Los 137 diputados del PP quedan muy lejos de los 176 necesarios para sacar adelante una investidura en la que, por el momento, solo contarían con el apoyo de la ultraderecha y sus 33 escaños: 170 síes, seis menos de los que precisan.
Para más inri, Coalición Canaria ha dado este lunes muestras de que podría entenderse mejor con el Partido Socialista de Pedro Sánchez y el otro eventual apoyo, el del diputado de Unión del Pueblo Navarro (UPN), también se aleja. Los navarros han pedido al líder gallego que "deje de engañar a la gente" y da por sentado que la derecha no gobernará.
Feijóo está solo y de bajón anímico, según confirmaron fuentes populares al diario El País este fin de semana. El golpe para el gallego ha sido monumental, aupado por las encuestas y las expectativas, pero derrotado por la realidad. Y es que los populares llegaron a soñar con alcanzar una cifra superior a los 160 escaños que les permitiría forzar un Gobierno en solitario con apoyos puntuales. Nada más lejos de la realidad que se dibuja en un Parlamento que se constituirá el 17 de agosto.
Cascada de noes
Los primeros en negar tajantemente su apoyo a Feijóo fueron los nacionalistas vascos del PNV, quienes dejaron su postura clara el mismo lunes 24, cuando no habían pasado ni 24 horas desde el cierre de los colegios electorales. Después llegó Coalición Canaria y después Vox, que apuntó a que estaría dispuesto a apoyar al candidato popular si conseguía el apoyo de algunos "socialistas buenos", una posibilidad muy remota. Este lunes ha salido a la luz, además que el PP y Vox mantuvieron un encuentro secreto a mediados de la semana pasada para comentar los resultados.
Mientras se movía entre bastidores con la extrema derecha, Feijóo emplazó al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que también es secretario general del PSOE, a mantener una reunión para abordar la investidura al tiempo que le demandaba "responsabilidad". Fue por carta, y la respuesta de Sánchez no se hizo esperar: otro no rotundo que resonó en las redes sociales por la contundencia de su negativa.
Por negociar, se llegó a pensar este sábado que el PP estaba dispuesto a entablar conversaciones con Junts, la formación nacionalista catalana de Carles Puigdemont, fugado de la Justicia desde 2017. El motivo fueron las palabras del vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local del PP, Pedro Rollán, que afirmó que estaban dispuestos a hablar "con todas y cada una de las formaciones políticas". Sin embargo, el líder de los populares catalanes ha negado categóricamente este lunes en una entrevista para la Cadena SER que sea una opción que esté sobre la mesa.
Se acaba julio y la partida no pinta ni a empate. El Gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar, la formación de Yolanda Díaz, podría reeditarse, aunque tampoco será una tarea fácil. Entre las dos formaciones suman 152 escaños, y con el apoyo de ERC, PNV, EH Bildu, BNG y Junts podrían superar los 176 escaños. Pero si Coalición Canaria vota también a favor, bastaría con la abstención de la formación catalana de Puigdemont. En definitiva, un escenario endiablado en el que caben varias fórmulas, pero más fácil incluso que el panorama para el PP.
Sin embargo, todo apunta a que los primeros en presentarse a la investidura serán los de Génova 13, y que su candidato será Feijóo, aunque esté abocado a enfrentar una derrota parlamentaria después de ser el partido más votado pero menos apoyado. Tras las declaraciones de UPN, el líder de los populares ha publicado un mensaje en la red social X (exTwitter) en el que se puede interpretar que carga contra los navarros o contra todos a la vez, afirmando que no se puede "marginar" a "millones de españoles" que le han votado.
El camino hacia el pinchazo del 23J
La euforia se desató tras los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, en las que el PP recuperó una gran parte del poder territorial, si bien es cierto que apoyándose en una extrema derecha negacionista de la violencia machista y el cambio climático, con la que se unió para eliminar banderas LGTBI u obras de teatro de Virginia Wolf y Lope de Vega...
... A posteriori, una de las principales hipótesis es que esos pactos con la extrema derecha hizo que la izquierda se movilizara y les terminara cortando el paso a la derecha y la extrema derecha. A ello contribuyó también que pillaran a Feijóo mintiendo sobre las pensiones, sobre el 'caso Pegasus' o sobre la relación que mantuvo con el narcotraficante Marcial Dorado, con quién tiene fotos en una embarcación y varios viajes durante los años 90. Todo ocurrió en apenas unos pocos días, a horas incluso de que los ciudadanos acudieran a las urnas.
Y de aquellos polvos, estos lodos. El cordón sanitario contra la extrema derecha en España se cierra sin remedio y el PP lucha por no quedarse aislado junto a los ultras, algo que se antoja difícil tras haber pactado con ellos en la Comunidad Valenciana, Extremadura y 140 ayuntamientos de todo el país.
Por el momento, y a pesar de los vaivenes opinativos de figuras influyentes como Esperanza Aguirre, los populares cierran filas en torno a su líder y reivindican su mérito de candidato más votado en las urnas. Sin embargo, el sistema electoral español no otorga el poder a quien más papeletas cosecha, sino a quien consigue más apoyos en la investidura. Y ese escollo, por el momento, parece insalvable para Feijóo, quien acusa el daño de una parábola electoral errada y hasta cierto punto incurable. Julio amargo y agosto depresivo en Génova 13.