Javier Milei, en su discurso ante los acólitos de Vox: "Somos superiores productiva y moralmente al zurderío"

El economista ultraconservador Javier Milei se ha convertido este domingo en la gran sorpresa de las elecciones primarias en Argentina al ganar con el 30% de los votos.  El apodado como 'el Peluca' ha encandilado a un electorado descontento, según la prensa argentina, gracias a su mensaje contra la política y su clase dirigente. 

Milei es firme defensor de la reducción de la presencia del Estado, y del gasto público. "Yo soy liberal libertario, filosóficamente, soy anarquista de mercado", dijo en una ocasión. También rechaza el aborto - incluso cuando el embarazo es fruto de una violación-- la educación sexual en las escuelas, es negacionista del cambio climático y apoya el uso de las armas. 

Su analogía con Vox es palmaria. Por este motivo, el partido de Santiago Abascal no ha tardado este lunes en felicitar a Milei por su triunfo. "Enhorabuena a la Argentina. Javier Milei gana las primarias", destaca el vicepresidente de Acción Política de Vox, Jorge Buxadé, en las redes sociales. Buxadé hace extensiva su felicitación a "todos los argentinos que quieren pasar página ya del endeudamiento sistémico, la corrupción, el expolio de las clases medias y la sumisión a las agendas desintegradoras de la izquierda global".

El también miembro de la dirección nacional de Vox y vicesecretario de Recursos, Víctor González, ha celebrado con una "enorme" alegría la victoria de Milei. En su opinión, "hay un claro mensaje para los que dudaban de la libertad personal y del capitalismo democrático".

Los lazos de Milei con Vox son evidentes. El pasado mes de octubre, el argentino participó como invitado en el Viva22, un evento lúdico-político con el que la formación quiso celebrar la Hispanidad. Por aquel entonces, el incendiario discurso de Milei pasó inadvertido frente a la participación presencial o telemática de 'estrellas' consolidadas de la ultraderecha como Donald Trump, Giorgia Meloni, Álvaro Uribe, Viktor Orbán o Mateusz Morawiecki.

Sin embargo, pese a ser un rostro desconocido, Milei recibió una gran ovación por parte de los seguidores de Vox cuando se subió al escenario. "No creí que en este lado del Atlántico me conocían tanto", dijo entre risas. 

Su discurso, de casi veinte minutos, estuvo trufado de ataques al socialismo. Para el argentino, "el zurderío nos contamina la vida y busca convertirnos en esclavos". Y puso los ejemplos de la Alemania del Este hasta la caída "del muro de la vergüenza", Corea del Norte o su propio país. "Cuando Argentina abrazó las ideas de la libertad llegó a ser el país más rico del mundo. Hoy, después de cien años abrazados al socialismo, está 70 en el ranking mundial. El socialismo es una máquina de empobrecer, un fenómeno miserable, un fenómeno del odio y de la violencia en todo el mundo. Todo lo que tocan lo arruinan o lo empobrecen", aseguró ante los aplausos del público. 

Por este motivo, Milei apela a un sistema económico sin intervencionismo del Estado. "Cuando aparece un iluminado desde la poltrona diciendo que el mercado falla, lo que está diciendo es que nosotros no sabemos tomar nuestras propias decisiones y que ellos lo harán mejor. Pero los políticos no son dios. Cada vez que aparece la garra del Estado en lo que funciona bien,  empieza a funcionar mal. Y eso demanda más intervención, más Estado y peor funcionamiento. Así va creciendo el socialismo y así nos roban la libertad", señalaba.

En su arenga, el economista pidió a los simpatizantes de Vox no ser "tibios" y hacer frente "al zurderío". "Aquí no valen las soluciones intermedias porque son funcionales a más socialismo. El zurderío se arroga una supuesta superioridad moral y eso es falso porque sus valores se construyen sobre la envidia, el odio, el resentimiento y el asesinato. Ese sistema criminal asesinó a 150 millones de seres humanos. Somos superiores productivamente y somos superiores moralmente a ellos", llegó a decir.

Por último, Milei finalizó su discurso dando "vivas" a Vox, a Santiago Abascal y a la libertad.