Guerra dice que la amnistía al procés es "la condena de la Transición" y pide a Sánchez que no ceda
El exvicepresidente socialista califica la cita de Díaz con Puigdemont como "infamia contra la democracia" y, tras la polémica de González, ratifica que el PSOE es su partido, "más allá de quien representa las ideas en cada momento".
El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra garantiza titulares en cada entrevista que da. La que ha tenido esta mañana con Carlos Herrera en la COPE no ha sido para menos. El socialista ha repasado la actualidad de su partido y de los posibles pactos para desbloquear el Gobierno en España y se ha mostrado muy crítico con la posibilidad de que se dé una amnistía a los políticos catalanes condenados en el Tribunal Supremo por el procés. Guerra ha pedido directamente al presidente, Pedro Sánchez, que no la otorgue.
"La amnistía se anuncia es lo contrario", dice, a la que se dio en la Transición española. "Estamos en una polémica tramposa, como todas las que plantean los nacionalistas", denuncia. El debate sobre si cabe o no en la Constitución de 1978 a su entender no puede existir, "no cabe en absoluto", porque no se refiere a un acto "justo o puro". Las de la postdictadura se concedieron para "borrar el pasado", porque "acababa un régimen autoritario". "Se borró porque se estaba luchando contra un régimen dictatorial", pero ahora "se pretende que de un sistema democrático pasemos a uno no democrático".
Guerra ha cargado contra los nacionalistas y el "personaje atrabiliario" que es Carles Puigdemont, a su entender, que "lleva la batuta con el 1,6% de los votos". Denuncia que, pese a lo que afirma Junts, su acción en el 1-O no fue legal. "No, ellos fueron unos golpistas, el Supremo debe estar rampando de indignación", de políticos que "van de puros y libertadores". "Eso es insoportable", reconoce.
El que fuera mano derecha del presidente Felipe González sostiene que, pese a todo, pelea contra esos nuevos tiempos. "No me resigno, me rebelo, es lo justo. La amnistía es la condena de la Transición, lo llevan haciendo años", dice sobre los independentistas. Y ha explicado a Herrera su teoría de la "técnica del salchichón", por la que se va cortando "a rodajitas" hasta lograr sus metas: primero indultos, luego el delito de malversación, ahora la amnistía, "después vendrá autodeterminación, el referéndum...". Declara que eso es ir "decostruyendo la sociedad democrática del 78" y que "soportar eso es imposible".
"Pido como ciudadano demócrata y como socialista que no la hagan", dice a Sánchez sobre la amnistía, tras el "esfuerzo" hecho en la Transición, que algunos, dice, quieren hacer ver como un "régimen impuro".
Guerra también ha valorado en la entrevista la visita de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, a Bélgica para ver a Puigdemont. "Ese viaje es una infamia, pone patas arriba todo aquello en lo que cree un demócrata, un señor que da un golpe de estado, que declara independiente una zona del país, que crea según él una republica, luego cobardemente se va como un gánster, se mete en un maletero, para evitar responsabilidades, se mete en un chalet...", enumera. "Que una vicepresidenta se marche a negociar con este tipo me parece una infamia contra la democracia, y estos son los de la nueva política, los que iban a regenerar la política en España", dice irónico.
Tras la polémica entrevista de González en Onda Cero, en la que reconocía que el 23J le había costado votar a Sánchez, Guerra ha sido más templado. "Mi partido es el PSOE", enfatiza. "Muy modestamente", dice, forjó una parte de su historia y eso le "basta" para serle fiel, "porque las ideas están mucho más allá de quién las representan en cada momento". Aún así, ha lanzado varios mensajes a sus correligionarios: que no manden callar a nadie, ni militantes ni mandatarios o viejas glorias, porque eso está "en las antípodas de un socialista". "Va contra el socialismo".
Y sobre los pactos, Guerra se enciende porque PSOE y PP no son capaces de llegar a acuerdos, pese a tener juntos el 73% de los votos de los españoles. "No son capaces en nada de ponerse de acuerdo", se queja. Es "absolutamente injusto" que quede todo pendiente de los nacionalistas y su 6% de sufragios. Pide por tanto pactos aunque sea puntuales en los que los dos grandes se pongan de acuerdo. Pide que no se quite hierro a la culpa del PP, que se ha enredado en sus pactos con Vox, de ida y vuelta. "No han facilitado las cosas quizá porque tienen un maremagnum dentro, luego la presidenta de Madrid que pellizca por otro lado... Si quiere hacer un pacto o acuerdos concreyos, los dos tienen que desembarazarse de lo que tienen alrededor".