González, pareja de Ayuso, trató de vender vacunas anticovid a Costa de Marfil cinco veces más caras
Según desvela 'Eldiario.es', medió en un negocio de dosis de AstraZeneca, a 16,9 dólares la dosis, cuando dicha empresa las vendía a menos de tres euros.
Alberto González Amador vuelve a copar titulares de prensa este lunes. La pareja de la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso, ha sido señalada por intentar vender vacunas a un país africano, Costa de Marfil, cinco veces más caras de lo que costaban.
En concreto, según la exclusiva que hoy publica Eldiario.es -el medio que publicó las primeras noticias sobre esta trama-, el novio de la popular hizo de intermediario en una venta de dosis de la vacuna de AstraZeneca por 16,9 dólares, cuando la citada empresa las vendía a menos de tres euros. Buscaba llevarse una comisión del 7,5%, más de dos millones de dólares para repartirse con su socio mexicano, señala. Recurrió a la empresa con la que ya había ganado dos millones de euros en 2020 con la compraventa de mascarillas para esta operación.
Se da la circunstancia de que la llegada de vacunas al mundo menos desarrollado fue uno de los grandes problemas de la pandemia, con denuncias de desigualdad y de abusos por parte hasta de Naciones Unidas. La cobertura de protección, cuando ya era del 90% en países europeos, no llegaba al 2% en el continente africano.
En el caso de Costa de Marfil, hablamos de un país con un 44% de su gente por debajo del nivel de pobreza, según estadísticas de la ONU, y subiendo. Es el país número 163 de 177 del índice de la ONU en desarrollo humano, esto es, los marfileños están entre los que peor calidad de vida tienen del mundo. Esta pobreza extrema, en un país que anteriormente fue uno de los países con las mejores condiciones en la región del África del Oeste en las décadas de los 1970 y 1980, ha forzado a que mucha gente a escapar o a vivir directamente en vertederos.
La información de Eldiario.es explica que fue el Gobierno de Costa de Marfil el que "frustró el acuerdo". La razón: el elevado precio de las dosis. No obstante, González Amador "intentó convencer a Hacienda de que el negocio le había provocado unos gastos que en realidad nunca tuvo", señala este medio. "La factura de 922.585 euros forma parte de la ristra de documentos falsos que la pareja de la presidenta madrileña presentó ante la Agencia Tributaria para intentar pagar menos impuestos", que es por donde ha comenzado a ver la luz la cadena de polémicas de estos días relacionada con el novio de Ayuso.
El caso de las vacunas está constatado en el informe de la Agencia Tributaria que ha servido de base para la denuncia de la Fiscalía Provincial de Madrid por no tributar como hubiera debido, supuestamente. "Es el propio González Amador quien da todos los detalles, a través de una carta enviada a la inspección de Hacienda y que se ha incorporado íntegra al expediente judicial", indica. Y es que el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, a quien la Fiscalía acusa de dos delitos de fraude fiscal y uno de falsedad en documento mercantil, ofreció al Ministerio Público llegar a un pacto para declararse culpable y, de esta forma, evitar ir a juicio, algo que ha confirmado la propia Fiscalía en un escrito. De ahí que haya aportado información suficiente para tratar de cerrar ese acuerdo.
En la comunicación entregada por González y consultada por Eldiario.es se expone que este intento de negocio data de febrero de 2021, cuando él y el empresario mexicano Maximiliano Niederer trazan un plan para "explorar un posible negocio con las autoridades sanitarias de Costa de Marfil", a fin de expandir allí sus proyectos de "excelencia sanitaria". Justo la asesoría de este antiguo técnico sanitario para superar controles de sanidad en hospitales era su "principal vía de ingresos antes de la pandemia", recuerda la noticia.
Inicialmente, el Gobierno de Yamusukro no nos atiende, pero cuando las cosas se complicaron, sí que contactaron con ellos por su necesidad de comprar vacunas contra el covid-19, además de otros medicamentos. Se activan entonces reuniones en abril y mayo del mismo año, con diversas empresas, "todas con González Amador como nexo". Acaban contactando con dos empresas que, creen, pueden conseguir vacunas. "Una de ellas es Mape Asesores, con la que ya habían hecho los negocios de las mascarillas en 2020", también lucrativas para González. Se tocó a AstraZeneca, una de las mayores farmacéuticas del mundo y pionera en la vacuna antocovid, y González viajó al país africano, con sus socios, ya en mayo.
En Costa de Marfil les apremian, necesitan las vacunas, pero la escasez de fórmulas entonces hacía complicado que se venciera a particulares y no a Gobiernos y organizaciones internacionales como la ONU. "Llegamos a la conclusión de que hay que ir por la otra vía", relata González Amador en el documento consultado por este medio, "ya que en unos días saldrá la licitación".
"La decisión que toman es presentar a otra empresa –Tec Pharma Europe– a ese concurso con la esperanza de que sea esa compañía la acabe consiguiendo las vacunas para venderlas después a Costa de Marfil". Al final, establecen precios y cantidades: "Se acuerda un precio de venta unitario máximo de 16,90 dólares". Ofertan 2.000.000 de dosis a Costa de Marfil, "lo que implica un negocio de 33,8 millones de dólares". Restando 40 céntimos por dosis para gastos de logística, quedaban las comisiones: "Alberto González Amador fijó la suya en un 7,5%, más de 2,5 millones de dólares si se vendían al precio acordado inicialmente, de los que una parte tendrían que ir al mexicano Maximiliano Niederer por sus gestiones".
Como parecía demasiado caro, bajaron a 15 dólares como precio final y con esa oferta se presentaron a la licitación, pero no ganaron. Más tarde, les informaron de que la razón fue el precio excesivo propuesto. "La Agencia Tributaria confiesa su sorpresa ante la cantidad de empresas distintas que intervinieron en el negocio y reconoce que no tiene claro el papel de algunas, ni por qué pretendían cobrar exactamente", dice Eldiario.es, que añade que, pese a que no hubo negocio, "González Amador presentó a Hacienda una factura de 922.585 euros de la sociedad Gayani LTD, del empresario mexicano Maximiliano Niederer", que en teoría, "corresponde a la parte de sus comisiones, pero como nunca se produjo la venta de las vacunas, González Amador en realidad solo tuvo que pagarle 27.000 por diversos gastos".
De inicio,eEl empresario dijo que había aportado la factura porque estaba pendiente de conocer el resultado de la licitación, pero la Agencia constata: "Queda claro que el 10 de octubre de 2021 ya sabía que no eran los adjudicatarios (…) Nos encontramos ante una factura que contiene una prestación de servicios inexistente y cuya realidad no ha quedado debidamente acreditada". Por eso, más que un error, entiende que hay un "patrón organizado" para "evitar la tributación" que le correspondía en los ejercicios 2020 y 2021, con facturas que no se corresponderían con la realidad, concluye la exclusiva.