Gómez Besteiro: "El PP sabe que hoy no suma mayoría absoluta en Galicia"
El candidato socialista a la Xunta cree que es necesario "que la derecha pierda para que Galicia gane" y ve a Feijóo como una persona "carente de principios políticos"
Gómez Besteiro jugaba este viernes a la Lotería de Navidad con el número 179. La cifra no era casual: son todos los diputados que apoyaron hace un mes la investidura de Pedro Sánchez. "En cuanto acabó el pleno, fui a una administración y lo compré", comenta entre bromas.
Un día antes, al dirigente le tocó otro Gordo: el adelanto electoral anunciado por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, para llevar a los gallegos a las urnas el próximo 18 de febrero. El HuffPost se ha citado con el candidato del PSdeG en el Congreso para testar sus impresiones sobre la crucial cita electoral, la primera sin Feijóo en la pugna tras 14 años. "El PP tiene la convicción de que, a día de hoy, no cuenta con la mayoría absoluta", asegura de forma rotunda.
En la misma entrevista, el socialista descarta "en este momento" una posible coalición con Sumar para ampliar las posibilidades de la izquierda de quitarle el poder a Rueda y cree que hay fragmentación tanto en la izquierda como en la derecha. "La pluralidad, como las meigas, haberlas haylas", dice.
Ni siquiera cree que el clima de tensión y hostigamiento contra el PSOE por sacar adelante la ley de amnistía vaya a perjudicarle durante la campaña. "Los ciudadanos entienden las cuestiones que les afectan", dice de forma rotunda.
Esta es, sin duda, la gran oportunidad de Gómez Besteiro de alcanzar el gobierno de la Xunta. En 2016, tuvo que renunciar a la candidatura tras ser imputado por la jueza Pilar de Lara como presunto autor de varios delitos. Siempre proclamó su inocencia y, siete años después, todas las causas fueron archivadas y la jueza que le investigó acabó inhabilitada. Pese a todo, el dirigente se niega a tratar su experiencia como un caso de 'lawfare': "Llámelo usted injusticia o un funcionamiento anormal de lo que es la situación política".
Sin ánimo de venganza, el único deseo de Besteiro ahora es ser el presidente de los gallegos y las gallegas. Su ansia es tan grande que, hace unas semanas, rechazó la oferta de Sánchez de ser ministro en el nuevo Gobierno: "A lo mejor, dentro de unos años pienso 'mira lo que hice'..."
- Usted es diputado nacional, candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia... y casi ministro. No sé si nos puede desvelar qué ministerio le ofreció hace algunas semanas Sánchez...
- Contar puedo, pero no debo. (ríe) Yo estoy muy halagado por aquel ofrecimiento, pero el presidente entendió que mis prioridades, ahora mismo, son Galicia y la presidencia de la Xunta. A lo mejor, dentro de unos años pienso 'mira lo que hice'... Pero tengo la convicción de que he hecho lo correcto.
- Permítame primero hablar un poco de política nacional. El PP quiere que los diputados se retraten a la hora de votar la amnistía haciéndolo por llamamiento y de viva voz. ¿Usted tiene alguna duda sobre esta norma?
- En absoluto. Todo el mundo sabe lo que votamos y esas escenificaciones de una votación por llamamiento son fórmulas rancias y antiguas. Además, lo pide esa derecha de toda la vida que no acepta que haya otro partido que puede gobernar y que suma para conseguir acuerdos. Pero bueno, nunca me ha extrañado esa forma de hacer política de la derechona, que no entiende que ya estamos en 2023.
- ¿Usted teme que el debate de la amnistía pueda perjudicarle de cara a la campaña en Galicia?
- Los ciudadanos tienen mucho sentido común y entienden las cuestiones que les afectan. Y saben que esas decisiones - la aprobación de la amnistía - se hacen para conseguir una mejor convivencia y un mejor futuro. Estoy seguro de que los ciudadanos van a ir dando la espalda a esas formas de hacer políticas que se basan principalmente en no saber encajar un resultado electoral.
Es lo que le pasó a Feijóo. Él vino de Galicia sabiendo que tenía una oportunidad y ahora sabe que ya no va a ser presidente del Gobierno. Por eso, se limita a mantener el tenderete y a hacer cualquier cosa para aparentar que hay desorden y que este gobierno va a ser interino. Pero eso no va a pasar y la gente no quiere que eso pase.
En Galicia nos va a ir bien, se está tocando con los dedos la posibilidad de un cambio. Y, si ese cambio se produce, va a ser protagonizado por el PSOE, porque es quien sabe concitar mayores acuerdos para esa visión de futuro.
- Si el PP acaba perdiendo la Xunta de Galicia, ¿es el fin de Feijóo como líder nacional? ¿Le harán caer Ayuso y Moreno Bonilla?
- El futuro de Feijóo está escrito. Sabe que dentro de cuatro años no va a ser el candidato del PP. Y los primeros movimientos que ha hecho como jefe de la oposición no han sido nada buenos.
- Se suele decir mucho que Feijóo se ha 'derechizado' desde que es presidente nacional del PP. Usted que lo conoce muy bien, ¿lo cree también?
- Feijóo es una persona carente de principios políticos. Es capaz de decir una cosa por la mañana y otra por la tarde en función de lo que él crea que más le conviene. En Madrid se le dibujaba como un moderado que era capaz de afrontar cuestiones como la plurinacionalidad de una manera distinta. Algunos foros de la derecha, incluso, lo calificaban de nacionalista. Pero de eso, nada de nada. Ni antes ni ahora. Ahora cree que estas tensiones y estas broncas que protagoniza le van a beneficiar. Pero él sabe que no. Es la crónica de una muerte anunciada.
- Volviendo a los pactos de investidura que Sánchez ha alcanzado con los independentistas, yo le tengo que preguntar directamente: ¿Usted se ha sentido víctima del 'lawfare'?
- Lo que me pasó hace ochos años fue una absoluta injusticia, provocada y alentada por el PP. Es verdad que esa experiencia no me traumatizó, pero marca. Estos últimos años me han hecho más fuerte y resistente, sobre todo con el convencimiento de quien se sabe inocente.
- Entonces, ¿simpatiza usted con los discursos de los independentistas, o incluso de Podemos, sobre que en España hay lawfare judicial?
- No. En mi caso, se generaron actuaciones judiciales motivadas por anónimos que transmitió el PP y que fueron instruidos por una jueza que ha sido expedientada por el propio CGPJ. Llámelo usted injusticia, un funcionamiento anormal de lo que es la situación política o una forma de entender la lucha política en términos horribles, como hizo el PP para sacar a un competidor de la carrera. Probablemente eso pase en otros sitios, pero yo me atrevo a definirlo como un caso de 'lawfare'.
- No sé si alguien le pidió perdón alguna vez por ello. O incluso la propia jueza.
- No espero ninguna disculpa ni la necesito. El castigo está en el propio reproche que sus compañeros le hicieron a través de un procedimiento administrativo de sanción y el PP también lleva la penitencia sobre cómo actuó hace ocho años.
- Volvamos de nuevo a las elecciones en Galicia. Hace un mes aproximadamente se publicó que PSOE y Sumar tanteaban concurrir de forma conjunta. ¿Fue algo real, un globo sonda...?
- No sé de dónde pudo salir esa información. Sólo sé que el PSOE de Galicia es el único que puede hablar, autorizar y llegar a acuerdos. Y eso no se ha producido.
- ¿Descarta por completo, entonces, que pueda haber esa coalición?
- En este momento, totalmente.
- Lo cierto es que en estas elecciones PP y Vox van a ir por la derecha, pero por la izquierda van PSOE, Sumar, BNG... y quizá Podemos. Con esta división en la izquierda es muy difícil quitarle la mayoría absoluta al PP.
- Todo se va a ir decantando. Usted dice que la derecha va unida. Pues probablemente, porque el propio Tellado ya apelaba a que Vox no se presentara en Galicia. No sabemos cómo van esas negociaciones. Sería una novedad: ya podríamos decir que Vox no se presenta porque el ideario de este partido está integrado de una manera abierta en el PP. Pero en Ourense se presenta Democracia Ourensana, que es una competencia en el marco de la derecha. Así que pluralidad, como las meigas, haberlas haylas. Y lo hay a la izquierda y a la derecha. En todo caso, tenga por seguro que se va a producir ese cambio y el PSOE será quien lo liderará, como ya ocurrió en las elecciones generales del 23 de julio. El PP tiene la convicción hoy de que no consigue la mayoría absoluta.
- Acaba usted de mencionar a Miguel Tellado. No sé si coinciden en el Congreso y mantienen una buena relación...
- El otro día me encontré con él en la cafetería y hablamos de trivialidades. Como ya sabe, estamos en las antípodas políticas.
- ¿Y reconoce al Tellado de Galicia y el que ha aterrizado en Madrid?
- Totalmente. Es una persona que es un verdadero hooligan y su elección como portavoz indica un poco el tipo de política que va a hacer el PP. Feijóo podrá compactar parte de su electorado, pero no va a ir a más. Flaco favor le va a hacer a sus expectativas de Gobierno seguir con esta política.
- ¿Cree que la caída en desgracia de Baltar deja también tocado al PP en Ourense?
- Lo que genera es una sensación de desmembramiento. Pero lo importante es que el PP no es capaz de alcanzar de acuerdos, de abrirse, de entender la sociedad actual... Y eso le está haciendo perder poder progresivamente. Ya se decía en el pasado que era imposible sacar al PP de los ayuntamientos o de la diputación de Lugo, y se consiguió. Ahora también es posible y creo que es necesario que la derecha pierda para que Galicia gane.
- Puede darse el escenario de que el PP amarre la Xunta gobernando con Vox. ¿No le parecería una contradicción para aquellos que criticaron el bipartito a capa y espada?
- Totalmente, pero el PP es así de contradictorio. Lo vemos incluso en las relaciones con los independentistas vascos. Maroto llegó a acordar cuatro veces con Bildu antes de la disolución de ETA. Y yo aún recuerdo que los ministros del PP iban a los funerales de los asesinados y siempre decían: 'Les pedimos que dejen las armas y hagan política'. Esa es la gran contradicción del PP, ese patriotismo de pacotilla donde sólo valen las cosas si yo gobierno. Y lo que usted me dice es también una gran contradicción: hacen un llamamiento a una coalición con Vox para poder reeditar un Gobierno.
- Usted sí saca pecho del bipartito...
- Por supuesto. En los 15 años de gobierno del PP que llevamos, no han sido capaces de alcanzar las tasas de ocupación o el nivel de desempleo que se alcanzó durante el gobierno de Touriño. El resumen de la acción del bipartito durante esos cuatro años fue espectacular.
- El que será ahora su rival en el PP no es Feijóo, sino Rueda. ¿Usted percibe que se hayan cambiado las políticas de la derecha en Galicia en estos dos últimos años?
- En absoluto. Rueda no es un recién llegado. Acompañó a Feijóo durante 15 años y fue su mano derecha. Pero frente a la ilusión que representaba Feijóo, Rueda representa esa cara más triste, más gris, menos animosa y, sobre todo, con menos convicción. Él cree poco en Galicia. Además, el PP gallego es ahora menos de Galicia y más PP. Teledirigido desde Madrid, no responde a las consignas de defender los intereses en Galicia. El ejemplo más claro es el idioma. ¿Cómo se le puede pedir a un presidente de la Xunta que vote en contra de que se use el gallego en el Congreso? Eso dice mucho de quien ostenta la presidencia de todo el pueblo gallego.
- Rueda ha pegado un acelerón en estas últimas semanas pasando por el prime time de la televisión en Galicia y lanzando una batería de ayudas y subvenciones, justo cuando el PP criticaba lo mismo por parte del Gobierno de España. ¿Se está intentando lavar su imagen?
- Ellos lo intentan, pero no quiere decir que pase el examen de los ciudadanos. Recortan servicios, proyectan obras que no van ejecutar, lo tiñen todo de azul y lo pasan por la televisión pública gallega. La credibilidad es poca porque, después de 14 años, tienen que responder a por qué Galicia crece dos puntos menos que España o por qué no tenemos las tasas de ocupación que la media nacional. Ellos sólo dicen que la culpa de todos los males es del gobierno de España o de los alcaldes de las grandes ciudades. Pero si toda la culpa la tienen Sánchez o los ayuntamientos, ¿para qué sirve la Xunta? Y todo lo que hacen los venden como una ilusión de estabilidad. Pero, como digo yo, en los cementerios también hay mucha estabilidad y mucha paz, pero esa estabilidad yo no la quiero.
- ¿Cuáles son las prioridades del PSOE gallego para esta tierra? Y, sobre todo, ¿qué planean como medidas para evitar esa salida demográfica?
- Hace poco supimos que casi 60.000 jóvenes se marcharon de Galicia, probablemente para no volver. Yo me resisto a que eso siga pasando. Por eso tenemos que apostar por la reindustrialización de la mano de la transición ecológica. Y eso se puede hacer con sentido y respetando el medio ambiente. En segundo lugar, apostar por la cohesión territorial y social. Que las infraestructuras llegan a todas las zonas de Galicia, y especialmente el interior. Y hacerlo desde el crecimiento inteligente.
Y, por supuesto, recuperar los servicios públicos, que están actualmente en una situación deficitaria. En la comarca de Viveiro han estado un año sin pediatra o en Verín no hay posibilidad de efectuar los partos con garantías sanitarias y médicas. Eso no se puede resolver con la receta de Rueda de 'sentidiño'. De hecho, la mejor acción política de Sánchez ha sido recuperar la fuerza de lo público. Saber que va a haber una administración que te va a apoyar. Con mi gobierno, la Xunta va a estar ahí para solucionar los problemas, para asumir responsabilidades y no echar la culpa a otros.
.- Usted fue el primer diputado en hablar en gallego. ¿Cuál es la propuesta en protección lingüística del PSOE de Galicia. ¿Usted cambiaría la proporción actual?
- Cuando Sánchez me pidió que defendiera el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, me dijo: 'Tú habla como sientes'. Y yo, realmente, pienso en gallego y traduzco al hablar. Creo que esa es la mejor forma de definir cuál va a ser nuestra relación con el idioma. Siento que pienso en gallego, hablo en gallego y defiendo el gallego. El uso de un idioma es la mayor expresión de arte de un pueblo, como decía Castelao.