Galicia se prepara para unas elecciones marcadas por la incertidumbre en un escenario abierto
El voto exterior puede retrasar los resultados una semana, impidiendo conocer al próximo presidente de la Xunta
Este domingo 2.693.624 de gallegos están llamados a las urnas para elegir a los 75 diputados del Parlamento de Galicia y, por ende, al próximo inquilino del Palacio de Rajoy.
Tras dos semanas de campaña y una intensa precampaña marcada por la gestión de los pélets llegados a las costas y la amnistía a los políticos catalanes del 'procés'.
Una vez comenzada la campaña, la incertidumbre se apoderó de las encuestas y ambos bloques, tanto el del PP y el formado por BNG, PSOE y Sumar contienen el aliento para ver el desenlace que salga de las urnas, provocando que el tema se traslade en clave nacional.
Poco o nada queda del 21 de diciembre, cuando el presidente de la Xunta y candidado de los populares gallegos convocaba elecciones. Todo parecía un camino de rosas y un camino tranquilo para revalidar el gobierno siendo a su vez un plebiscito contra Pedro Sánchez.
Sin embargo, llegaron los pélets y con ellas las visitas de políticos y acusaciones entre Gobierno y Xunta por ganar el relato del desastre, del que apenas se han recogido ni la mitad de las 'bolitas' que se perdieron en el mar.
Una cuestión que se fue perdiendo en la vorágine informativa y que llegó al inicio de la campaña sin apenas presencia mediática. Importaban más los mensajes que iban a marcar la campaña y un nuevo divorcio en la izquierda entre Sumar y Podemos, que decidían presentarse por separado en los comicios.
No fueron los únicos que decidieron presentarse. Vox anunció que concurría a los comicios, pese a la negativa del PP que consideraba y considera que el voto de la ultraderecha era un voto "perdido" al no traducirse en escaños en el bloque. También se sumó Democracia Ourensana, cuyo escaño, de producirse, está llamado a alterar el resultado electoral pudiendo ser el desempate ante un empardado de fuerzas a favor del PP.
Una vez establecidos los partidos, comenzaron las encuestas en los medios de comunicación, los mítines, las visitas, las fotos con animales, las entrevistas y la demás idiosincracia que acompaña a las campañas electorales.
Durante la campaña no ha habido sustanciales diferencias en cuanto a las encuestas. El empate entre bloques apenas varía y las amplias horquillas de votos dejan en el aire el escenario que se conocerá el domingo tras el cierre de los colegios electorales.
Crisis en el PP a una semana de las elecciones
No obstante, justo en el ecuador de la campaña, unas palabras de Alberto Núñez Feijóo a un grupo de 16 periodistas ponía el tablero patas arriba. Se mostraba a favor de indultar con condiciones a Puigdemont, iniciar una agenda con Cataluña para destensar la crisis política y negaba que hubiera terrorismo en el caso Tsunami. Rápidamente el partido reaccionaba y el PPdeG se desmarcaba para evitar daños electorales. Todavía está por ver si los electores gallegos votan más en clave nacional o en la autonómica en estos comicios. Hasta ahora siempre ha pesado lo gallego.
Un escenario que ha dejado todo más en el aire que antes y que solo se podrá resolver en las urnas. Ambos bloques están tranquilos y contentos a la espera de lo que mañana puedan decidir los gallegos. Será este domingo cuando se sabrá si Ana Pontón (BNG) o el propio Rueda logran los números para alcanzar la Xunta.
También con lupa se mirará el voto exterior. Un 18% de los gallegos llamados a las urnas viven en el extranjero. Y hay antecedentes. En 2005, su apoyo decantó el cambio en la comunidad, tras los Gobiernos de Manuel Fraga, y ahora podrían ser otra vez decisivos y mantener el aliento una semana más. El inicio del recuento del voto exterior se hará el lunes 26 y terminará el jueves 29. Solo un resultado contundente en las urnas dará un próximo presidente o presidenta claro.