Felipe VI cede el protagonismo a Leonor y llama a "instituciones y ciudadanos" a "luchar por la dignidad de la persona"
El rey ha pronunciado un discurso notablemente más corto, dejando a la princesa de Asturias el reconocimiento a los premiados y la clausura. En su mensaje, Felipe VI ha reclamado aprender de las lecciones que ha dado la Historia por los "graves riesgos de la negación del otro".
Cuatro décadas después, Felipe VI ha cedido el 'protagonismo' en el discurso de los Premios Princesa de Asturias. La edición de 2024 ya ha pasado a la historia por ser la primera ocasión en la que Leonor, heredera al trono, ha pronunciado el reconocimiento a los galardonados. Y, alfa y omega, ha sido también la encargada de clausurar oficialmente un acto solemne que alcanza una nueva dimensión absolutamente ligado a ella.
Emocionado "como rey y como padre" tras la referencia a su hija, Felipe VI ha centrado su discurso en "luchar por la dignidad de la persona". Lo ha hecho rememorando un recuerdo que comenzó a sus 13 años y que se ha extendido otros 43, recibiendo el "ejemplo" de los centenares de galardonados en este tiempo, "hombres y mujeres admirables y de un impacto enorme para nuestra sociedad".
Pero conectando el ayer con el hoy, el rey ha pedido aprender de las lecciones de una "Historia que nos alerta de los graves riesgos de la polarización, de la negación del otro porque piensa, reza o vota distinto". Citando a la filósofa Adela Cortina, ha apuntado que "el peor castigo es ignorar la existencia del otro".
"Lo estamos viendo con las imágenes atroces de muerte y destrucción en Oriente Medio, Ucrania y África, con violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos". "Imágenes que nos llaman a la contención, a la humanidad, también a la denuncia", ha rematado en tono grave.
Felipe VI ha pedido afrontar esa cuestión no sólo bajo el prisma de la geopolítca, sino en un plano más cercano, local e incluso personal, porque "lo vemos en ámbitos más cotidianos, en cualquier desigualdad o en discurso basado en el miedo o la radicalidad".
Siempre en clave humanista, ha señalado como "obligación de las instituciones, pero también de los ciudadanos, luchar contra aquello que se separe un ápice de la dignidad de la persona y de la voluntad de seguir construyendo por el bien común".
"En este mundo 'globalizado' de grandes magnitudes y oportunidades, entre avances tecnológicos inimaginables, la deshumanización es un riesgo latente". Frente a dicho peligro, una receta: que "en el centro de cualquier discurso, acción o decisión, ya sea en el ámbito económico, social, político o artístico, debe seguir estando, siempre y de manera ineludible, la persona".
"Defender la dignidad de la persona es defender el régimen de derechos y libertades que garantizan nuestra democracia. Y esa lucha incesante por la dignidad de los demás es el mayor sustento de la nuestra", ha culminado Felipe VI en su breve discurso en una edición llamada a abrir un nuevo tiempo.