El capitán de un navío español advierte de la ausencia de un plan: "Con un solo ataque a un submarino nuclear en Gibraltar, se acaba todo"

El capitán de un navío español advierte de la ausencia de un plan: "Con un solo ataque a un submarino nuclear en Gibraltar, se acaba todo"

El Peñón alberga una infraestructura militar clave pero cargada de riesgos, mientras la falta de protocolos de seguridad pone en jaque a la población del Campo de Gibraltar.

Llegada de un submarino nuclear a Gibraltar.Nono Rico

“Gibraltar es una bomba de relojería”, sentencia el capitán de navío retirado y profundo conocedor de la infraestructura militar en el Peñón, Ángel Liberal, en el portal Europasur. El enclave se ha convertido en el epicentro de la Marina británica. Sin embargo, su uso como puerto de submarinos nucleares plantea un riesgo mayúsculo. Liberal no duda en subrayar que, ante un hipotético ataque, la destrucción no sería solo de carácter militar: “Si explota un submarino nuclear en el puerto, desaparece todo a su alrededor”.

Desde 2001, Gibraltar ha recibido 87 visitas de submarinos nucleares, según registros oficiales. En muchas ocasiones, estas paradas no han sido meras escalas técnicas, sino reparaciones más o menos graves. El caso más célebre fue el del HMS Tireless en el año 2000, cuando el submarino permaneció atracado casi un año debido a una fuga en su reactor nuclear. Liberal detalla que la situación podría haberse gestionado en otro lugar con mejor preparación, pero Gibraltar fue el puerto elegido debido a su proximidad en el Mediterráneo.

El HMS Ambush, en 2016, es otro ejemplo reciente. Tras una colisión, el submarino sufrió averías que requirieron reparaciones de urgencia en el Peñón, aunque el daño no afectó al reactor. Según Liberal, “cada estancia prolongada en el puerto es una vulnerabilidad visible para estos submarinos, cuya misión debería ser operar bajo el agua y fuera del alcance enemigo”.

El capitán enmarca la importancia de Gibraltar dentro de un triángulo estratégico que incluye las bases británicas en Chipre y su participación en la red de inteligencia global Echelon, junto con países como Estados Unidos, Canadá o Australia. Sin embargo, también destaca la exposición del Peñón como una debilidad. “Los ucranianos han demostrado con drones lo que pueden hacer contra bases como Sebastopol”, explica Liberal, quien advierte de que Gibraltar, por su reducida dimensión, es más vulnerable.

Planes de contingencia: el gran vacío

La denuncia de Liberal no se centra únicamente en el riesgo militar, sino en la falta de planes de contingencia para la población civil del Campo de Gibraltar. Asegura que, ante un desastre nuclear, los protocolos son inexistentes: “Dirán que es competencia de Protección Civil, de la Junta de Andalucía o del Ministerio de Defensa, pero entre unos y otros, no hay nada concreto.”

Este vacío de planificación convierte a la región en una de las más expuestas de Europa en caso de un incidente nuclear. “No estamos hablando de si puede pasar o no; estamos hablando de qué hacemos si pasa”, sentencia Liberal.

Mientras Gibraltar sigue funcionando como taller improvisado para submarinos nucleares, las voces de alerta se multiplican. La pregunta, según el capitán retirado, no es si el Peñón tiene valor militar—pues lo tiene de sobra—, sino si los riesgos asociados son asumibles, especialmente para quienes viven a su sombra.

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