Con orgullo y satisfacción: anatomía de diez años de discursos navideños de Felipe VI

Felipe VI pronunciará este domingo su décimo discurso navideño como rey de España. Mantiene así viva una tradición que arrancó cuando Francisco Franco se dirigió por primera vez a los “combatientes de España por la causa” en la Nochevieja de 1937 y que se acabó instaurando de forma anual desde 1946 hasta 1974. Tras su muerte, el rey Juan Carlos vio óptimo acercarse también de esta manera a la sociedad española durante unos minutos en un momento tan importante como era la Navidad, aunque decidió trasladar su emisión a la Nochebuena para evitar paralelismos con el del dictador. 

Desde la abdicación de su padre en 2014, Felipe VI también hace su particular balance de la situación económica, política, social y cultural del país. En aquella primera ocasión, situó en un lugar privilegiado dos significativas fotografías familiares: con su esposa, sonrientes y felices, sentados en un avión y juntos a sus hijas Leonor de Borbón y la infanta Sofía. Las palabras que más repitió en aquella cita fueron “España”, “todos”, “respeto” e “ilusión”.

En los sucesivos discursos, la que más se ha escuchado ha sido también “España”. Entre 2014 y 2019 la pronunció en 62 ocasiones. Después, las más populares han sido “sociedad” (37), “debemos” (35), “convivencia” (35) y “futuro” (31).

Los discursos del rey también han ido modulándose en función de la actualidad, abordando con especial interés la corrupción política, el procés en Cataluña, la pandemia del coronavirus e, incluso, los escándalos de su familia. 

Así fue como en ese primer discurso de 2014 dijo sobre la corrupción: "Debemos cortar de raíz y sin contemplaciones". Lo hizo justo cuando, 48 horas antes, el juez Castro había decidido enviar sentar en el banquillo a su hermana, la Infanta Cristina, acusada de cooperadora del fraude masivo de su marido, Iñaki Urdangarin. Fue su duro debut al frente de los discursos navideños, aunque también aprovechó aquella ocasión para marcar como retos la "regeneración, la mejora del Estado de bienestar y la unidad territorial"

En 2015, Felipe VI quiso 'modernizar' la emisión cambiando su habitual despacho en Zarzuela por el salón del trono del Palacio Real. La elección no fue acertada: los analistas consideraron que la imagen pecaba de opulencia y el monarca parecía encontrarse demasiado solo. En aquella ocasión, el monarca ya introdujo el asunto de la independencia de Cataluña y también el nuevo mapa político, con la irrupción de Podemos y Ciudadanos en el tablero y el bloqueo en el Congreso que acabó provocando la repetición electoral. Don Felipe ya recalcaba por entonces la importancia del diálogo entre los diferentes partidos, algo que ha mantenido en los siguientes años. 

De nuevo en su despacho, el rey aprovechó su discurso de 2016 para hablar de una recuperación económica tras años de grave crisis y para considerar "inadmisibles" las actitudes y comportamientos contra “los derechos que tienen y comparten todos los españoles para la organización de la vida en común”. Un nuevo 'palo' al independentismo que en 2017 centraría toda la atención de su mensaje tras el referéndum del 1-O y la declaración de independencia de Cataluña. En uno de sus discursos más vistos, el monarca instó a los representantes políticos a “afrontar los problemas que afectan a todos los catalanes, respetando la pluralidad y pensando con responsabilidad en el bien común de todos”. Además, advirtió de que la vía unilateral solo “puede llevar de nuevo al enfrentamiento o a la exclusión”. 

La defensa de la Constitución ha sido, en todos sus discursos, una de sus principales reclamaciones. En 2018, coincidiendo con el 40 aniversario de la Carta Magna, Felipe exigió "respeto a la Constitución" para garantizar la convivencia en España, pero también aquel año habló de forma directa sobre una de las principales lacras de nuestra sociedad actual: la violencia machista. "Merece siempre nuestra repulsa y condena más enérgica y el empeño de toda la sociedad para erradicarla de nuestra vida", advirtió. 

Pero su discurso más duro, y el más seguido por la audiencia, fue el de 2020, en plena pandemia por el coronavirus, por la salida de su padre del país tras las diferentes investigaciones abiertas contra él. “Los principios morales y éticos están por encima de las consideraciones personales o familiares”, llegó a decir de forma tajante. Un año después, en 2021, volvió a referirse de forma indirecta a él al asegurar que los titulares de las instituciones no solo deben “cumplir las leyes” sino “ser ejemplo de integridad pública y moral”.

La crispación política que se ha adueñado de España en estos últimos meses formará, previsiblemente, parte de su mensaje de este año. Ya lo hizo en 2022, cuando alertó de los riesgos de la “erosión de las instituciones” y pidió “reflexionar” sobre las graves consecuencias del “deterioro de la convivencia” y la creciente división social. 

A buen seguro, entre la decoración también figurará una imagen de la jura de la Constitución de la Princesa Leonor el pasado 31 de octubre en el Congreso. De hecho, el año pasado fue la primera vez desde 2015 que la heredera no se encontraba en algunas de las fotografías colocadas de forma estratégica en el mensaje. Se decidió, en esa ocasión, priorizar una imagen de la cena de gala con los jefes de Estado y de Gobierno presentes en la cumbre de la OTAN que se había celebrado ese año en Madrid.

Así se 'gesta' el mensaje del rey

Porque todo lo que se dice y se ve en la emisión del discurso está perfectamente calculado. La elaboración del mensaje comienza a primeros de diciembre con una reunión en Zarzuela donde se concretan las áreas temáticas que se pretenden abordar. Al rey Felipe le gusta hacer suyos los textos que pronuncia, aunque cuenta, por supuesto, con la ayuda del jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín Alfonso, y su director de comunicación.

Una semana antes, el borrador del mensaje se envía al Gobierno para que haga las sugerencias que considere oportunas. Tras ser aprobado, un equipo de maquilladores, iluminadores, cámaras y realizadores de RTVE se desplazan a Zarzuela en los días previos a la Nochebuena. El resultado son unos doce minutos de “producción televisiva” totalmente controlada, cerrada y medida.

Audiencias Mensaje Navidad del rey Felipe VI

2022: 64.6% y 6.717.000

2021: 64.1% y 7.933.000

2020: 70.3% y 10.470.000 (máximo)

2019: 65.1% y 7.537.000

2018: 70.7% y 7.956.000

2017: 65.9% y 8.157.000

2016: 57.7% y 5.830.000 (mínimo)

2015: 65.1% y 6.666.000

2014: 73.4% y 8.241.000