Las claves imprescindibles para entender los resultados de las urnas el 28M
¿Sacará Ayuso mayoría absoluta? ¿Mantendrá la izquierda la Comunidad Valenciana? Todas las incógnitas a las que atender este domingo de elecciones autonómicas y municipales.
Apenas quedan unas horas para que abran los colegios electorales y den comienzo las elecciones municipales y autonómicas que dirimirán el color político de 8.131 ayuntamientos, 3.344 entidades locales menores, 12 parlamentos autónomos, 7 cabildos, 4 consejos insulares, 3 juntas generales, 2 asambleas y un consejo general. Después de una ruidosa campaña electoral marcada por ataques de todo tipo, entre los que no faltaron ni la extinta banda terrorista ETA ni Bildu, ahora es el turno en el que los electores toman la palabra.
Estas últimas dos semanas de campaña no ha faltado de nada. Por un lado estuvieron los anuncios del presidente Pedro Sánchez, como el derecho al olvido oncológico y el aumento en la inversión en Atención Primaria, frente a una derecha que lo ha convertido en el centro de sus ataques.
Pero estas elecciones no versan sobre la permanencia del PSOE en La Moncloa, sino de la gestión que los gobiernos autonómicos y ayuntamientos que se disputan han hecho durante los últimos cuatro años. Existen muchas incógnitas sobre el mapa político que dibujaran los resultados. A continuación repasamos algunas de las claves imprescindibles para entender qué se juegan los partidos y de qué manera se puede decantar la balanza hacia un lado u otro.
Pulso político nacional
La primera lectura que podrá extraerse sobre las demás es global. España llega a estas elecciones después de una legislatura marcada por la pandemia, la erupción del volcán de la palma y la guerra de Ucrania. Pero el país también firma unos datos en cuanto a crecimiento económico y mercado laboral que resultan históricos.
No existe por ahora una sensación certera de cambio de ciclo, según los expertos consultados por El HuffPost, y todos los escenarios están abiertos. El PSOE llega a los comicios más fuerte de lo que el Partido Popular esperaba, y estas elecciones ya no se toman entre las filas azules como un plebiscito sobre Pedro Sánchez y su Gobierno.
Habrá que esperar a tener los resultados en la mano para comprobar cuál es el grado de resistencia de la izquierda y el Gobierno y en qué medida la derecha ha podido reorganizar y reforzar sus fuerzas de cara al asalto final a La Moncloa el próximo diciembre.
¿Ayuso gana o arrasa?
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha estado abonada a la polémica durante toda la campaña. Sus principales bazas electorales han pasado por señalar al Gobierno de coalición y a Pedro Sánchez en particular como su némesis, acusándole de pactar con ETA y de atacar a la Comunidad de Madrid en un afán del socialista por socavar la actividad económica de la región.
El único momento en el que Ayuso se mostró nerviosa fue durante el debate a 5 organizado en Telemadrid, cuando los candidatos del resto de fuerzas políticas la atacaron con las protestas de los sanitarios, la política fiscal, los daños a la vivienda de los afectados por la línea 7B del metro en San Fernando de Henares o las críticas a la gestión que la popular y su Gobierno hicieron de las residencias de mayores durante la pandemia.
A pesar de todo, la demoscopia sonríe a la popular y algunas encuestas le dan hasta la mayoría absoluta. La duda no es si ganará, sino si arrasará o si finalmente Unidas Podemos consigue entrar en la Asamblea y la deja a merced de los votos de la ultraderecha de Vox, con quienes arrastra una amarga relación.
La Comunidad Valenciana, joya de la corona
Más allá de Ayuso, lo que determinará en buena medida la resistencia de las fuerzas de la izquierda frente a las de la derecha serán los resultados de la Comunidad Valenciana, que se ha ganado el título durante la campaña de la joya de la corona. Desde 2015 ha estado gobernada por un tripartito de izquierdas (PSOE, Compromís y Unidas Podemos) a través de un pacto conocido como el Acuerdo del Botánic.
Pero eso vino después de 20 años de gobiernos ininterrumpidos del Partido Popular, una continuidad que se cortó de raíz en buena medida por los casos de corrupción, que se sucedieron unos a otros y acabaron asfixiando a las derechas. Ahora está por ver si las derechas han logrado recuperar la credibilidad de los valencianos para recuperar la victoria.
Valencia es considerada, además, como una de las plazas fuertes de España. Los resultados y las diferencias entre los bloques en esta autonomía podrían marcar el rumbo hacia las generales de diciembre.
¿Agua, tocado o hundido? Las perspectivas de Podemos
Otro de los puntos que no deben perderse de vista son los resultados de la formación morada y las distintas confluencias que se presentan a estas elecciones municipales y autonómicas. El partido acusa un gran desgaste acentuado por luchas internas, pero sigue siendo una pieza fundamental para mantener gobiernos de la izquierda e incluso arrebatar alcaldías a la derecha.
Es el caso, por ejemplo, de Madrid, donde una eventual entrada de los de Ione Belarra podría equilibrar la balanza a favor de las fuerzas progresistas que les hiciera recuperar la alcaldía o evitar la mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso en la Asamblea regional. Sus resultados también marcarán su posición de fuerza para negociar la fórmula electoral para acudir a las elecciones junto a la plataforma Sumar, que encabeza la actual ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Vox, ¿muleta decisiva o dolor de cabeza para el PP?
A pesar de que lo más probable es que el Partido Popular vaya a mejorar sus resultados con respecto a las elecciones de 2019 (cuando las cosas les fueron históricamente mal) en parte gracias a la absorción de los restos de Ciudadanos, no termina de hacerse con el espacio que hay aún más a su derecha.
La formación ultraderechista Vox llega al 28M con perspectivas de consolidar su espacio político y más allá. Las encuestas pronostican que serán un actor fundamental para que el bloque de la derecha pueda arrebatar autonomías como La Rioja o la Comunidad Valenciana a la izquierda. Esta situación, sin embargo, podría poner en un brete a los de Feijóo, cuyos pactos con la formación extremista en territorios como Castilla y León han resultado en un auténtico quebradero de cabeza.
El sepelio de Ciudadanos
Poco que contar sobre la parábola errada de la formación liberal. Todo apunta a que los naranjas aspiran a rescatar un par de restos de la demolición progresiva que viven desde las generales de noviembre de 2019. Podrían entrar en el Ayuntamiento de Madrid, según algunas encuestas. Poco más.
Barcelona-Valencia-Madrid-Sevilla y diputados-alcaldes
Más allá de las autonomías, también se deciden en estas elecciones los partidos o alianzas entre los mismos que gobernaran las principales ciudades españolas. Es el caso de Barcelona, donde el PSC podría volver a ganar después de 10 años sin tocar el poder; o Valencia, donde se presenta el que hasta ahora ha sido diputado en el Congreso de los Diputados por Compromís, Joan Baldoví.
En Madrid la diferencia entre la derecha, encabezada por el popular José Luis Martínez Almeida tratará de reeditar su victoria de 2019, aunque la diferencia podría ser muy pequeña y cualquier cosa podría ocurrir, según los últimos sondeos. Mientras tanto, en Sevilla, el candidato socialista Antonio Muñoz pugna por mantener la "catedral socialista", el municipio más grande donde el PSOE gobierna.
Por otro lado, otro punto de interés será ver el desempeño de los hasta ahora diputados Gabriel Rufián (ERC) y Ana Oramas (Coalición Canaria), que se presentan a la alcaldía de Santa Coloma de Gramenet y a la presidencia de las Islas Canarias, respectivamente.
Las sospechas de fraude en Melilla, Mojácar,...
Más allá del ruido general, uno de los episodios más bochornosos que empañan estas elecciones han ocurrido en la Ciudad Autónoma de Melilla. La policía ha puesto en marcha una operación contra una presunta "estructura mafiosa" que se dedicaba a comprar votos a cambio de sumas que van de los 50 a los 200 euros.
Todas las sospechas se dispararon cuando las solicitudes de votos por correo se dispararon por encima del 20% del censo electoral, el equivalente a algo más de 11.000 votos. El desenlace de todos estos incidentes es aún incierto, pero existe un precedente, cuando en 1989 se localizaron irregularidades similares que obligaron a repetir las elecciones.
A partir de que afloraran los casos en la ciudad autónoma, comenzaron a aparecen más denuncias y acusaciones entre todos los partidos sobre casos similares en localidades como Mojácar, Casares de las Hurdes, Moraleja de Sayago... Que entre todos han configurado un auténtico mapa de casos de fraude que han enfangado (más si cabe) la recta final de la campaña.