Cercanías vs. Metro: un enésimo choque entre Ayuso y Sánchez que solo pagan los ciudadanos
Metro de Madrid y Renfe Cercanías se enzarzan por sus inversiones.
Acusaciones, titulares envenados, declaraciones incendiaras y hasta un insulto al Gobierno. La guerra entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno de España ha dado un paso más allá a cuenta del servicio de Cercanías de Madrid.
No es nuevo. Se trata de un filón que encontró Ayuso hace justo un año, en plena precampaña por las elecciones municipales y que comenzó a convertirse en una retórica habitual para criticar al Gobierno y al Partido Socialista en la Asamblea de Madrid cada vez que se producía una avería en la resentida red que se extiende por toda la región.
El lunes, a primera hora de la mañana, decenas de usuarios de la red tenían que terminar su trayecto hasta Atocha caminando por las vías tras pasar cerca de una hora parados en dos trenes a la altura de la calle Téllez. Un "fallo en la señalización a la salida de Atocha" provocaba el retraso hasta que se reestablecía el servicio -unos veinte minutos- pero la bajada provocaba que se dilatara hasta dos horas para garantizar la seguridad de los usuarios que caminaban por las vías.
El calor, el tiempo de espera y la falta de aire acondicionado obligaba a tomar esta decisión a decenas de pasajeros en una cuestión habitual en la red madrileña donde los retrasos y las averías son la constante en un servicio que pide a voces una renovación tras más de una década sin inversiones por parte de los gobiernos de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.
No obstante, el enésimo incidente, servía para que Madrid y Gobierno volvieran a confrontar. Un día después, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, se defendía pidiendo disculpas y cargando contra el uso que la Comunidad de Madrid había realizado asegurando que las incidencias que se registran cada año en el Metro de Madrid multiplican por 10 las que se producen en la red de Cercanías de Renfe en esta misma región. Por ejemplo, explicaba, que en 2023 se produjeron hasta 700 incidencias en la red de Cercanías de la región (unas dos diarias) frente a las 7.000 que se registraban en el mismo periodo en Metro de Madrid (unas veinte diarias).
De hecho, defendía a Renfe asegurando que la puntualidad de Renfe es la más alta de la Unión Europea, en concreto del 86%, frente al 50% de países como Alemania.
Además, el ministro cargaba contra la gestión que se está haciendo en Metro explicando que la Comunidad de Madrid está dejando que los convoyes se deterioren y no se conserven adecuadamente. Así, explicaba que en 2003 un 95% de los trenes estaban disponibles a todas las horas del día y ahora esta cifra ha bajado al 90%. Una cuestión que contraponía con la inversión que ha realizado su departamento comprando (por primera vez desde 2008) nuevos trenes para sustituir las viejas locomotoras por nuevas en los servicios de la Comunidad de Madrid y Cataluña a partir de 2025, cuando se finalice la construcción de los trenes.
"No son los trenes, sois vosotros cabrones", respondía en redes sociales el director general de Economía de la Comunidad de Madrid, José Manuel Zafra. Sin embargo, reculaba al estilo Ayuso insultando a Sánchez y diciendo que dijo "me gusta la fruta". "Mala jugada del corrector, que en vez de melones escribió lo que no pretendía. En fin. Que siento la confusión y que me gusta la fruta", indicaba volviendo a insultar al Ejecutivo.
En Metro, que depende del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, eran más correctos y sacaban las garras para defender la gestión. "Los datos en los que se ha basado el ministro para establecer esa comparación no son homogéneos y gran parte de ellos no causan afección al viajero", indican desde Metro cambiando el dato de 7.000 incidencias a 271 - una avería cada día y medio-.
"Es falso que las incidencias del suburbano madrileño multipliquen por diez a las de Renfe. Metro es un transporte público fiable y seguro que mueve a más de 2,3 millones de viajeros cada día, frente a las 670.000 de Cercanías", criticaban desde la empresa madrileña explicando que tienen que reforzar sus servicios para paliar las averías. "El pasado 3 de abril Metro de Madrid reforzó su servicio en Línea 1 entre las 7 y las 9:19, al estar suspendida las líneas C3 (sólo hasta Atocha) y C4 entre Chamartín y Fuencarral", explican poniendo algunos ejemplos y criticando que Puente criticara a Ayuso por estar haciendo campaña en Cataluña porque un hombre había muerto al ser arrollado por un tren de Metro por bajarse a orinar a las vías.
Además, sacaban pecho -aunque no hacían referencia a la bajada notable de las frecuencias- de la puntualidad de sus trenes, que cifran en el 93%.
Sacaban también la lista de inversiones. En concreto una inversión de 145 millones para conservar sus trenes y un contrato de 40 nuevos trenes al que se sumará, anuncian, otro de la misma cantidad en breve elevando esta tanda de trenes no disponibles que tampoco niegan.
Sea como sea, los pésimos servicios los siguen pagando los ciudadanos. "Voy todos los días dos veces desde Getafe a Madrid. Raro es el día en el que no haya un retraso o el tren se quede parado o directamente no pase haciendo que nos tengamos que subir en el siguiente como sardinas en lata", se queja Susana, que vive en las inmediaciones de Getafe Central y que se desplaza a diario hasta Nuevos Ministerios para acudir al trabajo. "La C-1 es insufrible. Cuando llegué a Madrid utilizaba el Cercanías para ir desde Príncipe Pío a Delicias porque eran solo dos paradas, no se tarda más que siete u ocho minutos, pero siempre el tren iba con retraso y te podías tirar veinte minutos esperando. Ahora, si entro en la estación y al tren le queda poco intento esperar, sino me paso al Metro. Tengo que hacer un transbordo, pero tardo lo mismo", explica Víctor, que trabaja en una farmacia por la zona.
En el suburbano la cosa no mejora. "He pasado de coger el Metro y acabar en el bus. A las ocho de la mañana hay tanta gente y los trenes tardan tanto en pasar que es imposible subirse", cuenta Javier, que va hasta Ventas desde Sierra de Guadalupe, en Vallecas. "Solía ir hasta Gran vía y ahí coger la Línea 5 hasta Ventas, pero no me merece la pena ir como sardinas en lata y sudando del calor desde tan temprano. Aparte, muchas veces en Gran Vía no me podía subir. Los trenes de la Línea 5 son muy estrechos y van siempre llenos. He tenido que dejar pasar dos o tres trenes esperando unos 15 minutos. Prefiero el bus que siempre va a su hora y me quito de líos aunque madrugue un poco más", se queja.