Cataluña no escapa a la ola derechista y reaccionaria que avanza en Europa

Cataluña no escapa a la ola derechista y reaccionaria que avanza en Europa

El bloque de los partidos de derechas crece frente a la caída de los partidos de la izquierda.

Protesta contra el Gobierno español por la ley de amnistía.Luis Soto/SOPA Images/LightRocket via Getty Images

Aunque el PSC haya ganado las elecciones con claridad y prácticamente la única opción de un nuevo Govern pase por un acuerdo entre los socialistas, ERC y los Comuns, los resultados de las elecciones catalanas revelan la continuidad del giro derechista europeo. Si bien el bloque de la izquierda sigue siendo mayoritario, los partidos del extraño bando de la derecha se acercan y han visto incrementado su apoyo en un 7,9% respecto a 2021.

El pasado domingo, PSC, ERC, Comuns y CUP perdieron en conjunto casi 36.000 votos y once escaños en comparación con las últimas elecciones, sobre todo por la caída de las formaciones a la izquierda del PSOE, más pronunciada en el caso de los republicanos. Los socialistas sí han logrado crecer, pero también a raíz de un discurso más escorado a la derecha. El bloque de derechas, en cambio, añadió más de 230.000 votos y once escaños. Junts superó las expectativas iniciales, el PP se benefició de la desaparición de Ciudadanos, y Vox y Aliança lograron captar voto gracias al discurso de las extremas derechas en toda Europa contra la inmigración. Hasta Alejandro Fernández y Alberto Núñez Feijóo centraron los últimos días de la contienda en destacar este aspecto.

Cataluña todavía es singular, pero menos. El giro a la derecha es una constante en España desde las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo de 2023, con el PP cooptando la mayoría de los apoyos frente a un PSOE en deterioro, Vox fortalecido en la tercera plaza y la división y disputa del conglomerado más a la izquierda, que apenas logra representación. Solo el País Vasco parece sostener el empuje de la ola reaccionaria.

La derecha, es más, la extrema derecha, avanza por ahora sin nadie que logre contrarrestarla en el conjunto de Europa. Según el pronóstico del Consejo Europeo sobre Relaciones Exteriores (EFCR en sus siglas en inglés), las elecciones europeas “serán testigo de un importante viraje a la derecha en muchos países”. “Los partidos populistas de la derecha radical obtendrán votos y escaños en toda la Unión Europea” mientras “los partidos de centroizquierda y ecologistas perderán votos”, señala el Consejo. Según su previsión, “es probable” que la extrema derecha “encabece las encuestas en nueve países miembros y queden en segundo o tercer lugar en otro nueve”. En el ECFR no tienen dudas: “El dominio de los partidos de extrema derecha es cada vez mayor. [...] Los primeros sondeos apuntan a que, tras las elecciones de junio de 2024, habrá un Parlamento Europeo más derechista”.

En lo que respecta a España, el Consejo prevé “una importante reacción contra Sánchez y su acuerdo”. Su apuesta es que el PP “se alzará como claro ganador”, Vox “obtendrá el 10% de los votos” y Sumar “perderá votos respecto a las elecciones nacionales de 2023”.

Se cortó el cordón sanitario

Mientras en varias Comunidades Autónomas, Vox es el aliado necesario del PP para gobernar, en Europa la extrema derecha ya gobierna en países como Italia, Hungría, Finlandia o Eslovaquia con un discurso centrado, entre otras cosas, en la vinculación de la inseguridad con la inmigración. El cordón, si es que llegó a existir realmente, para frenar su acceso al poder, se cortó hace mucho. Ursula Von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea y miembro del Partido Popular Europeo, no descarta pactos con ECR, el grupo europeo en el que se incluyen los de Santiago Abascal o los de Giorgia Meloni.

El experto en liderazgo político de la Universidad Europea Moisés Ruiz señala tres factores que explican la captación de voto por parte de la extrema derecha. En primer lugar, dice, "el individualismo". "Los jóvenes se identifican más con los valores más tradicionales del liberalismo y el ultraliberalismo, no admiten o no entienden", apunta Ruiz, "que el Estado intervenga tanto en los procesos económicos o sociales". "Defienden esa idea de luchar sin ayuda para afrontar los retos", comenta a El HuffPost.

Por otro lado está "el factor identitario, o identitario cultural". "Las amenazas a la identidad están calando en la población europea, y esto ya es un asunto intergeneracional", señala para añadir que "la inmigración está provocando un rechazo geosocial". ¿Por qué? "La inmigración es cercana a la pobreza o pobre y se ubican y viven en barrios tradicionalmente obreras. Ahora, ese voto obrero que antes iba a la izquierda, se radicaliza al tener esos choques culturales en sus barrios, y se van a opciones que creen que les protegen más que la izquierda".

Por último lugar, está el "cansancio de los partidos tradicionales". "La gente busca soluciones rápidas", resume.

"Las elecciones más importantes"

Esta semana, Von der Leyen avisó de que estas elecciones son las "más importantes" de la historia europea. "La cuestión que todos tenemos que preguntarnos", dijo, "es si queremos reforzar una Europa que lucha por nuestros valores y la democracia o dejar que las democracias sean manejadas por los autoritarios".

Ante esta perspectiva, el Consejo Europeo sobre Relaciones Exteriores considera que "los partidos mayoritarios" cometen un error en su estrategia para frenar a la extrema derecha. En primer lugar, por hablar también de la inmigración como un problema, cuando el votante europeo no lo percibe como tal, y en segundo lugar, por "promover la idea del éxito europeo". Ambos aspectos "pueden resultar contraproducentes". ¿Por qué? Según las encuestas, "con la primera se corre el riesgo de sobredimensionar el papel de la política migratoria" y "con la segunda se podría acabar movilizando inadvertidamente a los votantes de los partidos antieuropeos al poner de relieve aquellas cuestiones en las que es más probable que la opinión pública se alinee con la extrema derecha".

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De igual modo, el experto de la Universidad Europea ve también un error el considerar que "los argumentos respecto a un futuro más seguro a nivel medioambiental" pueda frenar el avance reaccionario. En opinión de Moisés Ruiz, la fórmula para "evitar este desbarajuste económico pasaría por poner el foco en el crecimiento económico y la estabilidad". "Si los europeos ven posibilidades de mantener su estatus quo y sus opciones de consumo, es difícil que se inclinen por posiciones desconocidas", dice para recordar que "en Argentina, si no hubiera sido por el desastre económico, no habría entrado como presidente Javier Milei".

Pero el ECFR no lo ve todo perdido. Aunque la crisis de la democracia europea y el auge de la extrema derecha es una realidad, los resultados no tienen por qué estar escritos. Si "los líderes europeos se desprenden de algunos mitos" y "recuperan la iniciativa a la hora de fijar los términos del debate", puede llegar a frenarse la ola reaccionaria.

Las formaciones catalanas inician un periodo de negociaciones para lograr una investidura en plena campaña electoral para las europeas, por lo que es difícil adivinar si habrá avances para evitar el bloqueo y la repetición electoral. La gran pregunta, y para la que nadie tiene una respuesta, es a quién beneficiarían unas nuevas elecciones catalanas, si bien la evolución del voto de derechas es obvio. Por ahora, no deja de crecer.