Carmen Calvo: "Decir que hay un feminismo clásico y otro moderno es neomachismo"

Carmen Calvo: "Decir que hay un feminismo clásico y otro moderno es neomachismo"

La próxima presidenta del Consejo de Estado admite que habla "bastante" con Ana Redondo y que la ministra de Igualdad ya está dando un giro a los temas feministas "que nos tienen que de verdad preocupar".

Carmen CalvoEuropa Press via Getty Images

Carmen Calvo, una de las voces del feminismo más reconocidas en España, ha publicado esta semana Nosotras (Editorial Planeta), un ensayo escrito en primera persona donde hace un repaso a la historia del movimiento feminista y homenajea a todas aquellas mujeres que han contribuido a la lucha por la igualdad. Porque para la exvicepresidenta primera y próxima presidenta del Consejo de Estado, no somos "la mujer", somos "nosotras". 

A lo largo de su obra, la dirigente socialista habla del machismo encubierto, de la necesidad de convertir las reivindicaciones en leyes, de la maternidad y hasta del placer sexual femenino. Y, entre otras cuestiones, aboga por abolir la prostitución y poner límites a la gestación subrogada. "Sostener el derecho de los hombres a mercadear con las mujeres es de una crueldad y perversión tremendas", señala en el libro.

En sus más de doscientas páginas, Calvo no hace ninguna mención directa a Irene Montero, anterior ministra de Igualdad, pero sí habla del "fatídico día" en el que no pudo apoyar la Ley Trans en el Congreso. Su postura frente a esta norma le ha granjeado muchas críticas por parte del denominado "feminismo moderno" al considerarla contraria a los derechos de los hombres y las mujeres trans. "La crítica está tan naturalizada que ya ni me entero. Paso, directamente", ha llegado a decir ante las acusaciones de "transfóbica" vertidas contra ella esta misma semana por la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, o la dirigente de Sumar, Elizabeth Duval.  

En una entrevista exclusiva con El HuffPost con motivo de la publicación de su libro, Calvo hace balance de los primeros cien días de Ana Redondo como ministra de Igualdad, explica por qué los "hombres feministas" no existen y habla abiertamente de la polémica abierta con 'Zorra', la canción de Nebulossa que representará a España en Eurovisión 2024." Hoy por hoy, 'zorra' es lo que es. Que le vaya bien en Eurovisión, pero la única que ha aclarado todo es la propia artista al decir que le importa todo un pito", asegura. 

- Usted en su libro explica que los “hombres feministas” no existen. Esto me ha recordado a cuando Yolanda Díaz dijo que “los hombres de izquierda son un coñazo y que se creen que ellos no son machistas porque son de izquierdas”. Le pregunto directamente: ¿Por qué no existen, según usted, los hombres feministas?

- La idea sí existe. Son los hombres que consideran que, en su condición de demócrata, hay un elemento principal que es la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres y el respeto a lo que representa el avance de los derechos de las mujeres. Lo que sí creo, porque el machismo lo abarca todo y nadie está libre de toda culpa, es que el feminismo es otra cosa. El feminismo es la lucha histórica de las mujeres. Tiene una historia, tiene unos nombres, tiene una literatura escrita, una estrategia establecida... Y eso no se lo puede apropiar nadie. Cuando la derecha dice 'ya somos todos feministas', lo que pretende realmente es debilitar y blanquear lo que ellos no son capaces de hacer. 

- Uno de los avances que usted reclama en el libro es la abolición de la prostitución. El PSOE no lo incluyó en su programa electoral para el pasado 23-J, pero sí lo recuperó en su convención política en A Coruña hace unos días. ¿Lo ve posible a corto plazo?

- Efectivamente, está en los acuerdos de nuestro último congreso. El PSOE se define como abolicionista y tenemos que ser coherentes. El Parlamento Europeo ya se ha pronunciado en esa dirección al señalar que Europa tiene que legislar para abolir la prostitución. Pues que España meta la cabeza ahí y cuanto antes, mejor. La ministra de Igualdad ya dio un paso importante el otro día con la tercería locativa para impedir el beneficio de terceros con la prostitución. Y la senda tiene que ser esa. El PP, que estaba muy lejos, ahora creo que está más cerca de esta posición y se puede hablar con él para sacarlo adelante.

- ¿Podemos decir entonces que será una realidad antes de que acabe la legislatura?

- Tendría que hacerse. Y hay que contar con cualquier partido que esté dispuesto a ir en esa dirección. 

- Me acaba de mencionar a la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que sustituyó a Irene Montero en noviembre al frente de esta cartera. ¿Qué valoración hace usted de sus primeros cien días?

- Las políticas de Igualdad son cada día más importantes y más complejas. (Ana Redondo) está en un terreno difícil y está dando pasos medidos, pero estoy segura de que va a poner el foco en los problemas que nos preocupan y trabajará para que no se debilite la perspectiva transversal de las políticas feministas en todas las áreas del Gobierno. Yo hablo con ella bastante y sé que ya está operando un giro en los temas que nos tienen que de verdad preocupar porque afectan a más de la mitad de la población del país. 

- Redondo, en una entrevista el pasado sábado en El País, dijo que “las mujeres trans son mujeres”. ¿Qué le parece esta afirmación?

- Ella es ministra y no puede dejar de decir una cosa obvia: que las leyes se tienen que cumplir. Lo que sí es importante es que mi partido ponga el foco en lo que siempre ha estado en la agenda feminista. Y creo que ella sabe cuál es la ruta a seguir. Y lo hará, porque es una ministra que está escuchando a mucha gente y se está reuniendo con muchas personas y asociaciones. Eso le va a dar a ella un input de todo lo que ha ocurrido de aquí a atrás y de cómo hemos sentido (las feministas) que hay que seguir impulsando la gran agenda de las mujeres. 

  Carmen CalvoEuropa Press via Getty Images

- Usted en el libro se niega a distinguir entre “feminismo clásico” y “moderno feminismo”...

- (Interrumpe) Es que no existe esa distinción. ¿Hay un socialismo clásico y uno moderno? ¿Hay una democracia clásica y otra moderna? Hay un socialismo que evoluciona. Y una democracia que evoluciona. Y para el feminismo pido el mismo respeto. El feminismo es el movimiento más poderoso de transformación que hay en el mundo. Sólo puede hablar de tú a tú con la democracia. ¿Qué es lo que sí existe? Evolución. Hace veinte años enfocábamos algunos temas de una manera y ahora lo hacemos de otra porque las sociedades cambian. Pero la utilización de esos términos no deja de tener un repunte de machismo encubierto muy interesante. 'Amorticemos ya todo lo de atrás y nos quedamos con lo reciente'. ¿Cómo vamos a amortizar la historia de las grandes mujeres que nos han conducido hasta aquí? ¿Cómo vamos a amortizar lo que hemos vivido? ¿Esto sólo se le pide al feminismo? Si es sólo al feminismo, hay que preguntarse por qué y la respuesta es neomachismo. El intento del patriarcado de no perder nunca terreno. ¿Amortizado, amortizada? ¿Quién? ¿Qué? ¡Si estamos todavía con unas cifras de violencia terrible, de asesinatos...! ¿Qué es lo que vas a amortizar? ¿Qué es lo que vas a olvidar o a ningunear? El que diga eso tendrá que mirarse en qué parámetros de calidad democrática se mueve en relación a la mitad de la población, que somos nosotras.

- Lo cierto es que hay mucho negacionismo feminista entre los más jóvenes, incluyendo a muchas chicas. ¿Cómo se combaten estas ideas para no poner en peligro los futuros avances de las mujeres?

- Estamos en un mundo muy frívolo, muy superficial, e inmerso en la compraventa de todo tipo de cosas. Una hipersexualización de todo donde a muchas chicas les resulta más cómodo no avanzar en la dirección de su propia conciencia. Resulta más cómodo operarse siete veces y estar hipersexualizada en el esquema de la belleza. El feminismo ya sabe lo que es la obligación y la tiranía de la belleza. ¡Cuántas mujeres no han tenido una vida aceptable porque no eran bellas! La belleza nos ha costado a las mujeres pagar unos precios muy altos. Pero no deja de ser un canto de sirena muy facilón que luego te conduce al malestar mental. 'Soy guapísima, pero no me sirve de nada', pensarán muchas mujeres. A eso me refiero cuando digo que hay que hincar el diente en debates más profundos. Las mujeres hemos tenido que ponernos en posiciones que todos los demás estaban en contra y hemos tenido que mantenernos firmes cual Agustina de Aragón. De eso sabemos las mujeres que ya tenemos una cierta experiencia. Yo me he visto sola muchas veces. Luego el tiempo me ha dado la razón, pero esos días no fueron fáciles. Hay muchas chicas a las que les resultará muy complicado, en un mundo tan de modas y superficialidades, decir que no se operan, que no estoy en estos rollos, que yo me estoy formando, leyendo. Tú no me calificas a mí ni de fea, ni de guapa, ni de hetero ni de lesbiana. Las feministas no podemos aceptar la ley del talión del mercado, donde todo lo que se compra y se vende es válido. Hay cosas que no se pueden comprar ni vender. Y al mercado hay que empezar a contestarle. Y nosotros decimos que no se compra ni se venden los cuerpos de las mujeres o sus vientres.

  Carmen CalvoEuropa Press via Getty Images

- La canción “Zorra” para Eurovisión también ha generado mucha polémica en estas últimas semanas. Conocemos sobradamente su postura en contra, pero cabe recordar que el tema está coescrito por una mujer e interpretado por una mujer. ¿Qué le diría usted a María Bas, de Nebulossa, si la tuviera usted delante ahora?

- Ella ya ha dicho que esto no le importa nada, salvo que su canción salga adelante. Pues hay tienes una declaración de intenciones. Yo no le deseo mal a nadie. Que le vaya bien. Su objetivo es ganar Eurovisión, pero el objetivo del feminismo no tiene nada que ver con el festival. ¡Es que estamos mezclando cosas que no tienen parangón ninguno! Pero ella lo ha clavado diciendo que todo esto le da igual. Si a ella le da igual...

- ¿Hay alguna diferencia para usted entre decir 'maricón' y decir 'zorra'?

- 'Zorra' está determinado en la RAE. Si tú quieres hace un análisis semántico de cosas que son insultos, no me parece que esa sea la vía. Utilizar la palabra 'maricón' puede ofender a hombres que han estado en las cárceles franquistas y que están vivos todavía en la memoria democrática del colectivo LGTBI. Por eso creo que no es una buena idea el método. Si queremos resignificar palabras que han sido ofensivas, tenemos que hacerlo de otra manera. Porque a las mujeres que han sido víctimas de violencia y les han dicho 'zorra', no les va a hacer gracia que lo banalicemos. Y aunque muchos hombres se autodigan 'maricones' y no les importa, hay muchos que todavía tienen memoria de cómo sufrieron años de cárcel por el 'delito' de ser maricón. Hay que ser sensible con esas cosas. Los temas importantes hay que hacerlos de manera seria, porque vivimos tiempos en los que todo parece que ya da igual. Que no hay autocontrol de nada. Que hay gente que está dispuesta a negar la historia. ¡Hay hasta terraplanistas! Yo no quiero formar parte de eso. Hoy por hoy, 'zorra' es lo que es. Que le vaya bien en Eurovisión, pero la única que ha aclarado todo es la propia artista al decir que le importa todo un pito. Así que los que dicen que esto estaba sirviendo para transformar la palabra, que se lo quiten de la cabeza porque ella ya lo ha dicho.

- Última pregunta ¿Qué papel le gustaría ocupar a Carmen Calvo en la historia del feminismo en España?

- Ninguno. Soy más oriental que occidental en este aspecto. La única pequeña eternidad a la que aspiro es la que se quede en los corazones de mi hija y de mi nieto. Que cuando ya no esté, mis nietos me nombren y me recuerden. Es la única historia a la que quiero pasar. Lo demás no me interesa nada. 

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es jefe de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es