El campo, del foco al olvido por el 23J: "El comer no entiende de plazos"
Voces del sector reconocen, preocupados, un cambio de paradigma: de ser tema recurrente antes del 28-M a quedar silenciado por el adelanto electoral. "Y si somos tema de debate es por algo malo", explica un destacado representante.
Hubo un tiempo no tan lejano en el que los agricultores y ganaderos consiguieron ser noticia. Ya se sabe que cuando se habla del campo es por algo malo... y durante semanas se habló mucho. No faltaban los motivos: una sequía salvaje, unos costes disparados y sin freno para los productores y un 'abandono' de las administraciones, recurrente leit motiv de las reclamaciones del sector.
Pero a la sequía la interrumpieron semanas de lluvias torrenciales, aún más dañinas que la propia falta de lluvias, y al calendario le salió una urgencia fechada el 23 de julio. Todo pasó a ser el 23-J. Y en ese contexto tan polarizado las principales asociaciones se preparan para la contienda electoral, sabedoras de que sus propuestas "y necesidades" no encajan en el ruido de una campaña más emocional y agresiva que propositiva.
Entienden que los tiempos de la política son los que son, "pero los problemas del campo también son los que son... y el comer no entiende de plazos electorales", como lo verbaliza Ignacio Huertas, secretario ejecutivo de UPA.
Pero no basta con entender y también hacen por alzar la voz. Así lo confiesa Ángel Villafranca, presidente de Cooperativas Agro-alimentaria de España, porque "ahora, si hay alguna noticia es para criminalizarnos, como ha pasado con los frutos rojos de Doñana o con el consumo de agua... fake news que hacen daño. Si somos tema de debate es por algo malo". Lo último, la polémica por los 0,12 euros por kilo de naranjas que apuntó Feijóo como precio de venta en El Hormiguero, cuando quería referirse al precio de venta en origen al agricultor. Otro de los dramas recurrentes del sector agropecuario convertido en campo de batalla por unas horas... sin buscarle solución.
Tampoco llegan las respuestas a los efectos provocados por unas trombas de agua especialmente lesivas con los cultivos del sureste, sur y oeste de la península. Un "problema catastrófico", explica Ignacio Huertas, que se ha llevado plantaciones de cerezas, melones o sandías. "Lo que faltaba", un lamento al que se suman sus colegas y también los meteorólogos. Lo hace, a este medio, Mario Picazo, de eltiempo.es, quien precisa que "esas lluvias no arreglaron la sequía sólo aliviaron mínimamente las reservas, porque la necesidad de agua viene de muy lejos, y en cambio por su naturaleza torrencial han dañado muchos cultivos". Ve "normal" que el sector primario alce la voz.
Qué ha pasado con el decreto con medidas de urgencia
Parte de esas atenciones pasaban por un texto legal salido justo antes de que el ruido de la maquinaria electoral lo triturara todo. Disueltas las cortes de urgencia, la actividad legislativa continúa en España este tiempo, aunque sea de forma parcial, gracias a la Diputación Permanente del Congreso. Y este ha sido el órgano competente para sacar adelante el real decreto de medidas de urgencia para el campo lanzado por el Gobierno antes del 28M. Un catálogo de ayudas directas e indirectas para muchos "insuficientes" y "electoralistas", pero necesarias como un primer salvavidas que ya está funcionando a medias, como explican las voces consultadas por El HuffPost.
"Los 385 millones para ganadería ya estaban muy definidos para su reparto y es cuestión de tiempo, pero con la agricultura hay un problema mayor, porque los casi 300 millones no están nada claros", prosigue Ignacio Huertas. Esa necesaria aclaración pasa por el Ministerio de Agricultura, matiza, dejando la pelota en el 'tejado' de Luis Planas. "Queda mucha incertidumbre, pero el ministerio debería sacar una orden que desarrolle dónde y cuánto se reparte. Porque esa orden la pueden hacer ahora o incluso después de las elecciones".
¿Y cuándo llegará el dinero ya aprobado? "Es una buena pregunta, si se cumplen los plazos, las ayudas a ganadería podrían llegar en septiembre-octubre justo antes del adelanto de la PAC... En cuanto a la agricultura veremos qué celeridad se dan, porque supongo que no empezarán a recabar datos antes de que acabe junio, por ser el plazo de solicitudes para la PAC", expone el alto cargo de UPA
En la misma línea, el secretario general de COAG, Miguel Padilla, también apunta a "después del verano", aunque no como reproche al adelanto electoral, sino a la extensa burocracia. Para entonces, reflexiona, espera que "se haya desarrollado del todo ese decreto y se hayan concretado los 276 millones que están en el aire, igual que otros 100 millones del fondo de reserva de crisis de la UE que se dijo que iba a activarse".
No todo lo que se pide es dinero. Fuera de ese real decreto de urgencia, Ángel Villafranca apunta que "hace falta un cambio radical, que es normalizar y simplificar la normativa". Porque "nuestra queja no es cumplir la normativa, nuestra queja es que cuesta cumplir algo que te cambian tan a menudo. Y adaptar cultivos, maquinaria, productos... no se hace en un día".
"Sabemos que hay decisiones que no dependen de nuestra administración, pero sí hay decisiones políticas que nos crean un problema sólo con tener que asimilar toda la legislación que se está produciendo de tema agropecuario en Europa. Es un caos que incluso nuestros técnicos y asesores ven difícil explicar", sostiene el presidente de Cooperativas Agro-alimentarias.
El campo no entra (para bien) en campaña
"Pues no puedo asumirlo de ninguna manera", lamenta indignado el propio Padilla. Apunta que "como ciudadano no me gusta la crispación, pero es que además no ayuda a nadie salvo a los políticos. Y no puedo conformarme con que el campo no aparezca, porque cuando les interesa bien que se les llena la boca con que si somos un sector clave... Eso luego hay que demostrarlo".
Tanto su organización como las demás consultadas admiten contactos con los partidos para hacerles llegar sus propuestas en materia agropecuaria. El miedo que temen es que más allá de las palabras educadas de rigor "no nos escuchen" en medio de una campaña tan crispada.
Sospechan que no se hablará del campo en los miles de mítines de aquí al 23-J, salvo en un escenario. "Depende de si lo quieren convertir en un tema para crearle problemas al adversario", expone desde otro punto de vista el politólogo Gabriel Colomé. "Este asunto u otros menos llamativos para que entren en el día a día de la campaña tiene que ser de un modo que pille por sorpresa al 'otro'. Si no le crea problemas, no interesa", añade este profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.
"Por qué se han olvidado de nosotros no lo sé, pero sí tengo una opinión y te digo que nosotros seguimos en sequía, pero cuando no estás en el campo y ves llover una semana te piensas que ya no hay sequía... y el problema es que aunque el fruto no salga, o salga mal, desaparece esa urgencia de información", lamenta Villafranca.
Queda menos de un mes para la gran fecha del calendario político nacional. Tiempo para hablar de casi todo y para, pide el sector, no olvidarles. La agonía del campo sigue.