“Si tiene que intervenir Sánchez, que lo haga”
Montero no recula sobre la tributación del SMI y Díaz avisa de que dará la batalla hasta el final. “Ella se metió en el lío y ella tendrá que salir del mismo”, dicen desde su entorno.

No tenía por qué ser una semana difícil para el Gobierno, más allá de los ya habituales revolcones judiciales. Más bien al contrario, el Consejo de Ministros iba a aprobar el martes la subida del salario mínimo interprofesional y, un día después, el Congreso daría luz verde al segundo decreto ómnibus, que incluye la revalorización de las pensiones. “El escudo social” del que tanto saca pecho Pedro Sánchez y la prueba fehaciente de que, aunque con obstáculos, el Ejecutivo va sacando adelante medidas. Pero, de nuevo, todo se fue al traste.
La culpa no fue del Partido Popular, enredado a principios de semana en su pugna con Vox y su cambio de posición sobre el ómnibus, o de esos tribunales que tanto critican algunos ministros. La crisis surgió en el mismo seno del Consejo de Ministros, dejando en evidencia la enorme distancia entre las dos vicepresidentas más relevantes del gabinete. María Jesús Montero, la todopoderosa número dos, y Yolanda Díaz, quien le sigue en el escalafón gubernamental. Una del PSOE y la otra de Sumar.
El motivo por el que todo estalló no es nuevo. Hacienda quiere que el SMI tribute y Trabajo no. Pero, en teoría, el martes no iba a ser el día para librar esa batalla. Ateniéndonos al relato de Sumar, Yolanda Díaz llegó ese martes a Moncloa convencida de que no se hablaría de tributación. “Hoy es el día de reivindicar el aumento del salario mínimo”, interpretaron. Se vio con Montero en una reunión interministerial, tuvieron cafés informales, se sentaron en el Consejo de Ministros y despacharon sobre los asuntos del día…y nada se habló sobre la cuestión.

Díaz no tenía ni tan siquiera pensado comparecer pero “había que sacar pecho” del SMI y se la incluyó entre las comparecientes. Se confirmó su nombre, terminó la máxima reunión gubernamental y sonó una alarma de móvil: Hacienda confirmaba que el SMI pagará IRPF. Díaz mostró su indignación, no daba crédito y se encaminó hacia la sala de prensa de Moncloa. El resto se retransmitió en directo en un choque inédito entre las dos partes del Gobierno.
El ala socialista filtró entonces que del enfado de Díaz había bastante de teatro, que ella sabía perfectamente la decisión de Hacienda. “Es mentira”, aseguran taxativamente desde el entorno de la vicepresidenta segunda. “El martes iba el SMI y de la tributación se hablaría después”, desvelan fuentes de su equipo. Y añaden, dejando claro que no dan la batalla por perdida: “Ella -Montero- se ha metido en el lío y ella tendrá que salir del mismo”.
De momento, las dos partes no se mueven para estupefacción de buena parte de la bancada definida progresista. Este mismo viernes, desde Sevilla, Montero proclamó: “Si consideramos que el Gobierno persigue que el SMI no sea de subsistencia, sino uno acorde con las necesidades básicas de una familia, entenderán que esto significa también tener derechos y deberes”. Esto es, continúa en sus trece. También lo hace Díaz, que le exige una mesa de negociación, como afirmó su portavoz en la Cámara Baja, Verónica Martínez.

En el peor de los casos, Sánchez llegaría a una votación en el Congreso en el que una inmensa mayoría parlamentaría le exigirá que exima de tributación la subida del salario mínimo. Pero el desgaste de llegar a ese extremo sería tremendo, con el Gobierno roto, planteando una cosa y la contraria. Y de ahí que voces socialistas lleven ya días clamando por una solución pactada. “Es un problema enorme para Sánchez”, resumió una diputado, que se declaraba atónico por la situación, tal y como avanzó El HuffPost.
“Una de las dos -vicepresidentas- va a salir herida y cuanto más se demore este tema, será peor. Si tiene que intervenir Sánchez, que lo haga, pero no es razonable que lo que tenía que ser una buena semana se haya convertido en la semana en la que el Gobierno se muestra más dividido que nunca”, según el diagnóstico de un líder territorial.
Al Partido Popular, la crisis le ha venido de perlas para situar el foco donde les interesa. Esto es, en la debilidad política de Sánchez, incluso dentro de su propio Gobierno. “No controla ni su propio gabinete, menos aún el Congreso, en el que se demuestra día sí día también que no cuenta con una mayoría sólida. En circunstancias normales, sin Presupuestos, cualquier gobernante serio habría presentado su dimisión”, según fuentes oficiales.
¿Esto significa que Alberto Núñez Feijóo ve hoy las elecciones generales más cerca? “Hoy por hoy, una repetición electoral es imposible. Más allá del CIS, lo que nos están diciendo las encuestas es que las derechas alcanzarían una mayoría nunca vista, superior a la mayoría absoluta de Mariano Rajoy de 2011”, interpretan en Génova. ¿Y qué pasa con Vox? “Somos el hermano mayor, a veces hay que ponerle en su sitio pero no es lo habitual”, rematan las fuentes consultadas.