Baltar, el intocable al que teme Feijóo

El presidente del PP, concentrado en su táctica de no entrar en líos territoriales y dejar hacer lo que se le ocurra a cada uno como en Doñana a Moreno Bonilla, se acaba de volver a topar con José Manuel Baltar esta semana. El hecho de que el dueño y señor de Orense haya cometido un supuesto delito al ir conduciendo él mismo un coche oficial a 215 km por hora en la provincia de Zamora el domingo por la tarde, no ha provocado la más mínima reprobación desde la dirección nacional del PP.

“Poca cosa le debe parecer a Feijóo que vaya como si fuese también el amo de la carretera a ver a vete a saber quién un domingo al caer la tarde, porque en su agenda no figuraba ninguna reunión en Madrid, como luego se ha querido justificar el viaje. No creo que quiera volver a medirse con él. La última vez que Feijóo pretendió torcerle el brazo salió trasquilado”, explica un candidato municipal gallego que conoce bien la habilidad de la saga de los Baltar para mantenerse en el poder de generación en generación.

Tal es la inquietud que provoca el presidente de la Diputación de Ourense y líder provincial del PP en el círculo de Feijóo, que hasta el presidente de la Xunta se ha alineado con él, a pesar de que entre ellos hay más rivalidad que afecto. La razón por la que nadie en el PP ha sido capaz de reprobar los actos de José Manuel Baltar es por la disputa que existe por el control del PP gallego entre los propios populares.

“La batalla por la Xunta se está jugando ahora. Hay una parte del PPG que compite con Rueda, y el apoyo de Baltar es clave para que se mantenga en el puesto. Cuando Feijóo se va a Madrid hay una competición por el poder con el PP de A Coruña. Diego Calvo, presidente provincial en A Coruña ha pasado de ser vicepresidente del parlamento gallego a consejero de Presidencia, Justicia y Deportes de la Xunta desde mayo de 2022, como parte del acuerdo por finiquitar la disputa”, explica un parlamentario socialista. Los apoyos del presidente Rueda son débiles. Calvo cuenta con poder recuperar ahora poder en sus territorios, con la alcaldía de Ferrol y avanzar en A Coruña. A Rueda, en cambio, le va a costar más ganar espacio en Vigo, donde Abel Caballero es imbatible, o en Pontevedra donde gobierna el Bloque y en Villagarcía, en manos del PSOE.

“En ese escenario, Baltar volverá a ser clave. Si Rueda o la dirección nacional se meten con Baltar puede apoyar a Coruña. Alfonso Rueda tiene la necesidad de tener contento a Baltar, aún en mayor medida si quiere ser reelegido dentro de un año cuando sean las elecciones a la Xunta. Ourense al tener poca población le corresponden en proporción más diputados que a otra provincia. Para entonces habrá habido generales y no está claro que Feijóo esté en Moncloa” dice un parlamentario gallego.

Las formas de los Baltar son bien conocidas. Como caciques de libro, les agrada que su fama les preceda para que todos tengan claras las consecuencias de enfrentarseles. Cuando se planteó la sucesión de Fraga en 2006. Había dos candidatos, Feijóo y Barreiro, al que apoyaba José Luis Baltar padre, quien durante 22 años al frente de la todopoderosa diputación de Ourense la convirtió en la principal fuente de colocación y votos de la provincia y máximo exponente del PP de la boina. “El final ya se conoce, igual que el trato de ‘no te metas aquí en nada y a cambio, yo te apoyo’. Sin embargo, un Feijóo ya muy asentado le echó un pulso cuando Baltar padre anunció su retirada en 2009, pensando que era el momento ideal para cortar el paso al heredero con una candidatura alternativa. El fracaso fue impresionante, una derrota que sirvió para enfatizar la idea de que los Baltar son intocables” explica un político veterano.

“En Ourense hay una alianza de las fuerzas vivas con los Baltar que mantienen el feudo a buen recaudo. La diputación es muy importante porque es la provincia de España que más retrocede en población junto con Zamora, y es esencial para que los ayuntamiento puedan hacer cosas y también como fuente de empleo. Ambas cosas se utilizan con sabiduría” explica una fuente del PSdG, partido que intento meter la patita cuando en las últimas elecciones en Ourense una parte del PP se fue a Ciudadanos y parecían más débiles pero a pesar de que había una oportunidad, no lo logró.

No es de extrañar que el PP nacional guarde silencio, nunca es buen momento para molestar a los Baltar.