Andrea Levy se sincera y cuenta cómo fue el inicio con su enfermedad
"Iba a tope de analgésicos".
Andrea Levy, delegada de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, ha mostrado su parte menos conocida en la charla que ha mantenido con David Andújar en la sección Prohibido hablar de política de El HuffPost.
La conversación tuvo lugar en el Mercado de Vallehermoso de Madrid, donde ambos se pasearon por los distintos puestos y después conversaron relajadamente tomándose un vermú.
En esta charla, Levy contó cómo fue el inicio de su enfermedad. "Yo pasé mucho tiempo antes de que me lo diagnosticaran viviendo al límite. Vivía con un dolor, sin dormir, iba a tope de analgésicos por la vida", explica.
Reconoce la dirigente del PP que "no sabía qué era" lo que tenía pero que ella "pasaba" porque "el dolor no importa". "Lo que importa es que seas perfecta, que te vean radiante, que seas estupenda, que lo hagas fenomenal, sonreír, sonreír...".
Levy "somatizaba el dolor de puertas para adentro". "Decía, vivo sola en este dolor", asegura. Pero llegó un momento en el que hubo de contarlo. "Cuando me lo diagnosticaron, tuve que contarlo a la gente más a mi alrededor, porque cuando tenía que ir al médico, me hacían intervenciones", asegura.
"Yo cogía la última hora del quirófano a las 22:00 de la noche", indica la responsable del Ayuntamiento, que recuerda el discurso que tuvo que dar en el Pleno del Ayuntamiento en el que las palabras se le atropellaban y que se hizo viral, con comentarios hirientes en las redes sociales.
Tenía una explicación. "Es la primera vez que lo cuento. En el famoso vídeo, la noche anterior estaba a las 22:00 en un quirófano con anestesia y a las 9:00 de la mañana estaba hablando. Probablemente no tenía que haberlo hecho, pero yo me autoexigía".
Sus más cercanos le dijeron que lo contase. "Me decían, Andrea, es que claro que estás más lenta contestando, es evidente, ¿por qué no lo cuentas?". Ella misma da respuesta a esa pregunta. "Porque tenía miedo a no ser perfecta".
"Eso es una autoexigencia un poco tóxica", apunta Andújar. "Pues seguramente", recoge Levy, "porque nos han enseñado a ser la mejor profesional, la mejor novia, la mejor mujer, la mejor hija, la mejor amiga...".
La dirigente madrileña cuenta que cuando se vio en esa situación, con dolor y no estando bien, pensó en contarlo. "Todo el mundo va a entender que rebajes el nivel. Y me di cuenta de que existía esa comprensión a mi alrededor, que cuando lo trasladé me dijeron que qué necesitaba y cómo podían ayudarme".
Levy reconoce que tenía miedo a que la gente no entendiera que tiene una enfermedad. "Y de hecho, a veces pienso que ahora la gente me mira con condescendencia y eso lo llevo mal".
"Yo creo que te liberó", indica Andújar. "Totalmente", responde Levy. "Fue liberador en el sentido de que, me sigo exigiendo muchísimo, pero intento que mi relación conmigo misma, con mi espejo, no sea cruel, porque yo tenía una relación cruel".