Un robot submarino hace un descubrimiento asombroso en el lago más profundo del mundo

Un robot submarino hace un descubrimiento asombroso en el lago más profundo del mundo

Una reciente exploración del lago Baikal, en Siberia, revela la existencia de volcanes de lodo desconocidos y actividad geológica inquietante.

Formaciones de hielo cerca de la roca Shamanka en el lago Baikal, Siberia.Jasmine Leung

Las profundidades del lago Baikal, el más antiguo y profundo del planeta, han revelado nuevos secretos que, cuanto menos, han llamado la atención de la comunidad científica. Un robot submarino, desplegado el pasado verano, ha captado imágenes de volcanes de lodo y deformaciones geológicas hasta ahora desconocidas. Estas erupciones submarinas, localizadas en dos puntos de la ribera noroeste del lago, muestran una actividad geológica significativa que podría estar relacionada con futuros eventos sísmicos en la región.

El lago Baikal, que se formó hace más de 25 millones de años, ha sido objeto de numerosas investigaciones debido a su vasta extensión —más de 31.000 kilómetros cuadrados— y su profundidad de casi 1.642 metros, lo que lo convierte en el lago más profundo del mundo. Sus aguas cristalinas albergan un ecosistema único, con especies endémicas como el emblemático foca del Baikal, la única especie de foca de agua dulce. Sin embargo, sus misteriosas profundidades siguen escondiendo fenómenos poco explorados.

Volcanes de lodo cerca de una falla activa

La reciente exploración, según informa Sciencepost, descubrió volcanes de lodo activos a profundidades de entre 100 y 165 metros en la bahía de Malaya Kosa y en la bahía de Goryachinskaya. Los volcanes de lodo se forman cuando gases y lodos del subsuelo emergen a la superficie, provocando cráteres y desplazando grandes capas de roca. Las imágenes captadas por el robot submarino muestran cráteres llenos de lodo y rocas fragmentadas, lo que sugiere erupciones recientes y continuas en la zona.

A lo largo de esta exploración, los científicos también detectaron cientos de pequeños cráteres en forma de cono a mayores profundidades, lo que indica una actividad volcánica generalizada bajo el lecho del lago. Este descubrimiento ha generado preocupación, ya que estas erupciones de lodo se encuentran cerca de la falla de Severobaikalsk, una zona tectónica conocida por haber causado fuertes terremotos en el pasado.

¿Un indicador de actividad sísmica?

Los investigadores no descartan que estas recientes erupciones de lodo sean señales de una posible actividad sísmica en la región. Aunque los volcanes de lodo no suelen representar un peligro inmediato para el ecosistema, la cercanía a una falla activa ha despertado interrogantes sobre el impacto que estas erupciones podrían tener en el futuro.

“Es una región geológicamente activa, y lo que estamos viendo podría ser un preludio de algo mayor”, señaló uno de los investigadores involucrados en la misión. A pesar de la incertidumbre, los científicos aseguran que estos fenómenos geológicos forman parte del equilibrio natural del lago y que, de momento, no parece haber riesgo para las especies que habitan sus aguas.

Un lago que sigue sorprendiendo

El lago Baikal ha sido durante siglos una fuente de fascinación para investigadores de todo el mundo, no solo por su belleza natural y biodiversidad, sino también por los enigmas que esconde en sus profundidades. A lo largo de los años, el uso de robots y otras tecnologías avanzadas ha permitido realizar descubrimientos sorprendentes que continúan ampliando el conocimiento sobre este ecosistema único.

Las recientes erupciones de lodo descubiertas no solo destacan la complejidad geológica del Baikal, sino que también refuerzan la necesidad de un monitoreo constante de la actividad tectónica en la zona. Los científicos ya han iniciado estudios más detallados sobre la interacción entre estas erupciones y la dinámica tectónica de la región, con la esperanza de comprender mejor los procesos que dan forma a uno de los lugares más antiguos y enigmáticos del planeta.

El lago Baikal, con su historia milenaria, sigue ofreciendo a la ciencia nuevas razones para asombrarse. Lo que parece tranquilo en la superficie, esconde un mundo de actividad intensa y misteriosa en sus profundidades.