Molinos de viento en alta mar: más allá de la generación de energía eólica offshore
La firma danesa Ørsted desarrolla un proyecto que permite recuperar arrecifes de coral y recuperar la biodiversidad marina que se destruye en la construcción de los parques eólicos.
La energía eólica offshore, la que se produce en los parques eólicos en alta mar, es una fuente de energía limpia y renovable sin emisiones de gases de efecto invernadero ni otros contaminantes que, además de mitigar el impacto del ser humano en el cambio climático, puede ayudar a reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Sin embargo, la construcción y el mantenimiento de los parques eólicos en alta mar, así como el de las instalaciones de apoyo, sí deja impronta en su entorno. Estudios científicos recientes aseguran que durante el proceso de instalación de las molinos de viento se generan ruidos o vibraciones que afectan a la vida marina. Esto se traduce en un posible impacto sobre la actividad pesquera que se puede desarrollar en la zona.
Para minimizar ese impacto ambiental, los constructores de parques eólicos offshore han desarrollado una serie de proyectos que, además de reducir su huella ecológica, contribuya a regenerar el ecosistema en el que se instalan.
Ese es el caso de la compañía danesa Ørsted que, en colaboración con el Centro de Investigación de Biología Marina, ensaya desde 2021 una técnica pionera en el archipiélago de Penghu, en el estrecho de Taiwán, que tiene como objetivo restaurar los arrecifes de coral en áreas cercanas a sus parques eólicos marinos en todo el mundo.
El proyecto ReCoral utiliza tecnología de vanguardia para recoger coral autóctono, cultivarlo en el laboratorio y, una vez esté listo, replantarlo en las los cimientos de las turbinas que la compañía gestiona en uno de los puntos más calientes del planeta.
Existen otros experimentos de este tipo en otros puntos de la Tierra, pero lo que diferencia a ReCoral del resto es que los corales que "se planten" en las bases de sus turbinas liberarán sus larvas y se instalarán de forma natural en el entorno de los molinos de viento o en otros océanos.
"Esto podría impulsar la conectividad genética y contribuir a la restauración de los arrecifes de coral existentes. Las larvas generadas en los parques eólicos marinos también podrían capturarse, transportarse y liberarse en arrecifes naturales. En cualquiera de los dos casos, la restauración de los arrecifes naturales contribuiría a mantener poblaciones sanas de peces y otras especies de arrecifes", explican desde la web de ReCoral.
Si el proyecto ReCoral tiene éxito, tendrá un impacto positivo tanto en los arrecifes de coral como en los ecosistemas marinos cercanos. Primero, porque contribuirá a recuperar la biodiversidad marina, mejorar la calidad del agua y beneficiará a las comunidades locales que dependan de la pesca o el turismo.
En segundo lugar, porque será un grano de arena más en la lucha del ser humano contra el cambio climático, ya que los arrecifes de coral son sumideros de carbono importantes y pueden ayudar a reducir la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera.