La abuela orca regresa a la costa española rodeada de familiares
G se preparan para la llegada de la “abuela Toñi” y su manada de orcas en un año en el que destaca la reducción en las interacciones con las embarcaciones de recreo.
Una familia de orcas ibéricas procedente del Estrecho de Gibraltar está a punto de volver a pasar por delante de Galicia, tal y como llevan haciendo desde 2020. Entre ellas se encuentra la conocida como "abuela Toñi", la más veterana del grupo y que, esta vez, se desplaza en compañía de sus descendientes y otros miembros de su manada. La Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) prevé que el grupo alcance la costa española entre este martes y el miércoles, teniendo en cuenta que la última vez que se les vio fue cerca de Figueira da Foz, en Portugal, informa Faro de Vigo.
Según explica CEMMA, los grupos de orcas ibéricas han mantenido una gran dispersión desde principios de este año, moviéndose entre Bretaña y el norte de África. Sin embargo, desde abril, se han concentrado en el estrecho de Gibraltar. Un hecho que ha provocado que en este 2024, las interacciones entre estos cetáceos y las embarcaciones de recreo hayan disminuido considerablemente. En años anteriores, por estas fechas, se registraban alrededor de 200 interacciones, pero este verano se han reducido a unas 30.
El Ministerio para la Transición Ecológica recuerda que las orcas están catalogadas como especie vulnerable en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. Por ello, las embarcaciones tienen prohibido acercarse a menos de 60 metros, así como interactuar físicamente con ellas o lanzarles objetos. La recomendación que se hace ya en Portugal y en Francia es la de parar el motor del barco cuando se hayan avistado cerca, un gesto con el que se ha demostrado que se pueden reducir tanto las interacciones como los daños de las embarcaciones.
Sin embargo, en España, el protocolo actual establece que se mantenga el motor encendido y se prosiga con la marcha, aunque desde CEMMA consideran que detener la embarcación y evitar cualquier tipo de interacción ayuda a minimizar el riesgo de que los veleros monocasco, que son los más afectados en estos contactos, sufran daños.