El extraño origen de la teoría de la conspiración de la luna hueca
Queda mucho por descubrir en el vasto paisaje lunar y la NASA lo sabe.
La Luna, el blanco y brillante satélite de la Tierra que ilumina las noches terrícolas, ha sido desde 1969 el objetivo de las teorías de la conspiración más rocambolescas: desde la que asegura que todo es un montaje, porque la retransmisión televisiva en la que se vio a Neil Armstrong pisar la superficie lunar la grabó Stanley Kubrick previamente en un estudio de Hollywood, hasta la que asegura que el interior de la luna está hueco.
¿De dónde surge la peculiar teoría de la luna hueca? Para sorpresa de muchos, su origen se remonta a la segunda misión de la NASA, la Apolo 12, que consiguió alunizar cuatro meses después del Apolo 11, pero con los astronautas Pete Conrad y Alan Bean a bordo, además de una misión: instalar el Experimento Sísmico Pasivo (PSE) y desencadenar un "semol de luna", el primer terremoto lunar provocado por el hombre en la historia.
Las vibraciones provocadas por el 'semol', que captaron los sismómetros instalados en la Luna, no solo desconcertaron a los científicos porque eran más grandes y duraderas de lo que esperaban sino que también dio alas a los teóricos de la conspiración para difundir y perpetuar la idea de que el satélite terrestre está hueco. Sin embargo, lo que sí permitió descubrir este misterio es que la Luna es menos densa que la Tierra.
Los sismómetros del Experimento Sísmico Pasivo registraron vibraciones lunares hasta 1977, lo que permitió a la NASA establecer en un informe cuatro tipos de terremotos lunares. En ese texto, sin embargo, los creadores de muchas teorías de la conspiración aprovecharon la mala traducción de una frase ("suena como una campana") para difundir la idea falsa de que estaba hueca. La sentencia se convirtió en el centro de la discordia. Clive R. Neal, profesor de la Universidad de Notre Dame, aclara en Popular Mechanics que la analogía es puramente científica, pero para los conspiracionistas se convirtió en el clavo ardiendo al que agarrarse para crear la teoría de la luna hueca.
Los terremotos lunares, regulares por la frecuente colisión de asteroides, siguen siendo a día de hoy objeto de estudio. Aunque la luna no es hueca, sigue siendo un enigma en muchos aspectos. El geofísico de la NASA, Terry Hurford, lidera el nuevo Experimento de Investigación y Monitoreo Lunar de la Subsuperficie (SUBLIME), destinado a desentrañar más secretos de nuestro satélite natural. "La luna aún guarda secretos que no hemos descubierto", afirma Hurford, subrayando la importancia de programas como Artemis para expandir nuestra comprensión de la composición lunar.