¿Cuándo son las lágrimas de San Lorenzo 2023?
Es uno de los momentos del año más esperados por los aficionados a la astronomía.
Trucos para ver las Perseidas en todo su esplendor
Las lágrimas de San Lorenzo 2023 (también conocidas como lluvia de las Perseidas) están cada vez más cerca, algo que es motivo de alegría para los numerosos aficionados a la astronomía que esperan con ansías cada año a este momento.
Tal y como explican desde la división de Astronomía del Instituto Geográfico Nacional (IGN), se trata de una lluvia de meteoros que es visible desde todo el hemisferio norte en pleno verano.
Respecto a las características de esta lluvia de estrellas, los expertos explican que “las velocidades de estos meteoros pueden superar los 50 kilómetros por segundo y su tasa de actividad puede llegar a los 200 meteoros por hora”.
En cuanto a la fecha, cabe precisar que, aunque su momento de máxima actividad tiene lugar en las noches del 11 al 13 de agosto, las Perseidas comienzan habitualmente a verse hacia el 17 de julio y terminan hacia el 24 de agosto.
La lluvia de estrellas más popular
Su alta actividad, junto con las condiciones atmosféricas favorables para la observación durante el verano boreal, hace de las Perseidas la lluvia de meteoros más popular, y la más fácilmente observable, de las que tienen lugar a lo largo del año.
Además, el año 2023 será un año excelente para observar las Perseidas, debido a que su máximo se producirá tres días antes de la luna nueva (el novilunio tendrá lugar el 16 de agosto).
En concreto, la máxima actividad de la lluvia está prevista entre los días 12 y 13 de agosto. Y la fina luna decreciente ofrecerá excelentes condiciones para la observación durante toda la noche.
Consejos para observar las lágrimas de San Lorenzo 2023
Para observadores a nuestras latitudes, 40º norte, el radiante de las Perseidas se sitúa por encima del horizonte durante toda la noche. En cualquier caso, el IGN apunta que “el lugar de observación puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro”.
Además, “es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión”, destacan desde el organismo.
El Instituto Geográfico Nacional aconseja “dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente”. En ese sentido, “lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad”, recomiendan.