Barcelona se prepara para el estado de emergencia y retoca los grifos
La región catalana se encuentra en la situación más alarmante desde que se tienen datos.
La región de Barcelona se aproxima al precipicio de manera irremediable. Desde la Generalitat y la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) llevan meses advirtiendo de que la sequía que está golpeando a la comunidad ha pasado de preocupante a extrema, poniendo en serio riesgo el abastecimiento para los próximos meses.
De hecho, el gobierno comunitario ya avisa de que Cataluña entrará en estado de emergencia en pocas semanas -se estimaba que a finales de diciembre pero los acontecimientos pueden precipitarse-.
Así lo ha comunicado la portavoz del Govern, Patricia Plaja, de acuerdo con el director del ACA, Samuel Reyes. Ambos han asegurado que, tras la reunión celebrada el martes entre la Comissió interdepartamental de sequía y el Consell Executiu, "en los próximos días" la comunidad entrará en una fase de "preemergencia".
Esto quiere decir que se deberá trabajar de manera eficaz y rápida para abastecer a los embalses antes de que bajen al límite del 16% de capacidad (ahora se encuentran en el 18,99%).
La "peor sequía desde que hay registros"
Esta situación de preemergencia implica entrar en un "estadio preparatorio que podría durar entre un mes o mes y medio" y se ubica entre la excepcionalidad y la emergencia.
Según informaron, Cataluña atraviesa la peor sequía de su historia desde que se tienen datos (1915), por lo que es más importante que nunca "tomar medidas extraordinarias" tal y como ha expuesto Plaja.
Por otro lado, Reyes ha ido más allá, al asegurar que no solo es la peor sequía sino la de mayor intensidad y más larga, ya que se comenzó a alertar de la situación hace tres años. Esto no hace sino agravar y evidenciar el duro momento climático que atraviesa España y que está repercutiendo de forma decisiva en la calidad y los precios de cualquier tipo de producto agrícola, así como en el sector laboral tras tener que prescindir de numerosos jornaleros y trabajadores del campo al haberse echado a perder numerosas cosechas.