Un Gobierno de independientes, la última locura
Albert Rivera ha dicho en alto lo que lleva semanas circulando como una opción en círculos políticos. Descabellada para unos, pero posible para otros. El primero que habló de un Gobierno de independientes fue Pablo Iglesias antes de las elecciones del 20D, y el equipo de Pedro Sánchez llevaba semanas soltando miguitas como Hansel y Gretel, que si un independiente por aquí, otro independiente por allá. Al final, se ha enfriado, pero... el último minuto es tan obsesivo como disparatado.
Albert Rivera ha dicho en alto lo que lleva semanas circulando como una opción en círculos políticos. Descabellada para unos, pero posible para otros. El primero que habló de un Gobierno de independientes fue Pablo Iglesias antes de las elecciones del 20D, y el equipo de Pedro Sánchez llevaba semanas soltando miguitas como Hansel y Gretel, que si un independiente por aquí, otro independiente por allá. Al final, se ha enfriado, pero... el último minuto es tan obsesivo como disparatado.
Dado que el ménage à trois no ha cuajado porque todos son unos estrechos, queda en la recámara la bala de plata: recurrir al flirteo con respetadas personalidades del país para tratar de armar un Gobierno de independientes. No sólo Sánchez lo contaba en privado y en público a la primera de cambio, sino que su núcleo de confianza ha estado trabajando en búsqueda de nombres para tener preparado un Gabinete y ponerlos sobre la mesa en caso de que haya consenso. Aclaremos, el núcleo de confianza de Sánchez no es el mismo que el equipo negociador que ha tenido con Ciudadanos o Podemos.
Para ese grupito cercano, la jueza Victoria Rosell hubiera sido una buena candidata a ministra de Justicia y el líder de Equo, Juan López de Uralde, que fue durante diez años presidente de Greenpeace, encajaría en Medio Ambiente. Julio Rodríguez, el ex jefe del Estado Mayor de Defensa con Chacón, que se quedó a las puertas de entrar en el Congreso como diputado de Podemos, también era integrable en ese borrador de Ejecutivo. O Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional, que durante 24 horas fue hombre de Podemos por Sevilla para las Generales, resultaba otro nombre valido para el equipo de Sánchez. "En la órbita de Podemos hay gente potente, claro que probablemente no son los que Pablo Iglesias elegiría", dice un estrecho colaborador del secretario general socialista.
Foto de Juan López de Uralde/EFE
Hay otros apellidos que podrían facilitar un cierto consenso en materias tan importantes como Sanidad y Educación. Rafael Bengoa, el ex asesor de Obama en Sanidad y que ya estuvo en el Gobierno vasco con Patxi López. Recuperar a Ángel Gabilondo, quien tiene sintonía con Podemos en la Comunidad de Madrid, y al que se reconoce como el único ex ministro de Educación que fue capaz de elaborar un proyecto sólido que acabó dinamitando el PP. Si en algo coinciden los podemistas con los socialistas es en que "ahí fuera hay profesionales de prestigio cuyos nombres es difícil rebatir".
Foto de Victoria Rosell/EFE
También hay candidatos para satisfacer a Ciudadanos. Personalidades como Francesc de Carreras, fundador de Ciudadanos y catedrático de Derecho Constitucional o el intelectual y profesor de la universidad de Barcelona, Felix Ovejero, suenan bien tanto en las filas socialistas como en las de Albert Rivera.
Antes que darse por muerto, Sánchez estaba dispuesto a probarlo todo. Por eso, tanto interés en plantar la semillita a ver si germina a toda pastilla, pero los escépticos mantienen que tanto el líder socialista como Albert Rivera -pese a sus declaraciones- están quemando el último cartucho. Quedan cuatro días de locura, hasta que el rey comience la ronda en La Zarzuela.
"¿Y también el presidente sería independiente?", pregunta con retranca un alto cargo de Ciudadanos. Hasta en eso está trabajando uno de los cerebros de Pedro Sánchez. "Hay que plantearse qué haríamos si Rajoy en el último momento acepta abstenerse con la condición de que Pedro no sea el presidente. Hay que estar preparados para todo, por muy peregrino que suene".
Sí, van a ser cuatro días muy, pero que muy peregrinos y de dislate.