Los aplausos del PP a Rubalcaba
En el patio, mientras estiran las piernas o fuman un pitillo, dos diputados populares catalanes reconocían: "Ha sido un discurso de Estado. Ha estado fantástico. Un razonamiento muy bien construido".
Lo nunca visto. Diputados populares aplaudiendo espontáneamente a Rubalcaba. Desde la tribuna de prensa situada frente a la bancada popular, sorprendía el gesto. "¿Puede Cataluña pedir un sistema de revisión del estado o de la financiación autonómica? Puede hacerlo, pero lo que no es tolerable, y voy a ser claro, es que en Cataluña haya quien diga: España nos roba. Eso, señorías, no es tolerable y lo tenemos que rechazar desde aquí", espetaba el líder socialista a la diputada de ERC, Marta Rovira, que no paraba de gesticular contrariada ante su argumentario. Ese fue el detonante aunque la complicidad se leía en muchas de sus caras desde hacía un rato. López Amor ha sido uno de los primeros populares en comenzar a aplaudir palmoteando sobre el escaño, al que inmediatamente se han sumado otros colegas. Alguno, hasta ha tuiteado una de las frases que más ha calado:
No era un espejismo. En el patio, mientras estiran las piernas o fuman un pitillo, dos diputados populares catalanes que pedían mantenerse en el anonimato reconocían: "Ha sido un discurso de Estado. Ha estado fantástico. Un razonamiento muy bien construido. Para que veas que no somos sectarios, no nos importa decirlo. Rubalcaba ha estado estupendo". Los propios líderes socialistas recibían felicitaciones de sus señorías del PP. "A mí me han parado para darme la enhorabuena por la intervención de Rubalcaba", certifica Ramón Jáuregui cuando le preguntamos. En los corrillos otros socialistas comentaban sorprendidos el furor que ha causado. Era posible encadenar conversaciones sobre la claridad con que ha expuesto las intenciones de la consulta. En el pasilleo, una práctica que da vida fuera de la postura oficial a este tipo de sesiones, se analizaban los aciertos de su exposición.
No ha sido, sin embargo, el único comentario que circulaba entre sus señorías. En sesiones tan largas da tiempo para charlas variadas:
Francecs Homs y los 197 invitados catalanes.
Menos mal que no han acudido ni Artur Mas ni Oriol Junqueras porque no hubieran cabido en las tribunas de invitados, atestadas de parlamentarios, alcaldes y políticos locales. Pero ¿quedaba alguien en el Parlament? "Del PSC sólo hemos venido Miquel Iceta y yo, y mañana por la mañana hay sesión de control, aunque de otros grupos había una representación más nutrida", contesta Maurici Lucena, portavoz de los socialistas catalanes, que reconoce que la propuesta de Rubalcaba da aire al grupo socialista catalán, muy cercado en el parlament. Efecto contrario al que ha producido en Homs, consejero de presidencia de Mas, que ha le ha seguido mucho más interesado que a Rajoy aunque bastante más incómodo.
¿Quién ha estado mejor de los tres mosqueteros?
Jordi Turull (CiU), Marta Rovira (ERC) o Joan Herrera (ICV). Las críticas hacía Rovira eran casi unánimes. ¿Pero nadie le ha advertido de que esto no era una clase de primaria? A su lado Turull, que resulta más bien mediocre en el Parlament, ha resaltado apostando sobre seguro", opinaba un diputado popular. Herrera, como pedro por su casa, ha defendido su parte con naturalidad, apuntaban desde el PSOE. Puede que el papel que habían asignado a Rovira, el que más apelaba a los sentimientos tratando de despertar emociones, hay contribuido a simplificar el mensaje.
¿Pacto entre Rajoy y Rubalcaba?
Los halagos que desde el entorno de ambos líderes han deslizado algunos de sus asesores de confianza, resultaba sospechoso. "Cada uno estaba en su papel. Rajoy puede que haya insistido demasiado en el cumplimiento de la ley y los límites que marca la Constitución, pero había que ser contundente. También Zapatero estuvo duro con Ibarretxe", echaba un capote al presidente uno de los íntimos del líder socialista. Por su parte, Jorge Moragas, jefe de gabinete de Rajoy, nada más acabar el discurso de Rubalcaba, intercambiaba opiniones con un asesor del jefe de la oposición. Si de algo hablan Rubalcaba y Rajoy es de Cataluña, como reconocen ambos. Igual hasta habían llegado a un acuerdo de mínimos para el debate catalán.
El día de Albert Rivera.
Cómo ha disfrutado el presidente de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados. Con toda la prensa patria pidiendo su opinión, haciendo declaraciones para las televisiones nacionales y con los tertulianos de izquierda y de derecha departiendo en los pasillos. Una oportunidad para crear nuevos contactos y participar en el debate que los medios difunden. Absolutamente disponible y encantador, considera que Rubalcaba "ha estado menos mal que Rajoy". El viaje ha sido rentable.
La defensa de la Transición.
El panegírico de Rajoy a los acuerdos que se establecieron durante la transición, algo inhabitual en él, da que pensar. A ver si va a ser verdad que existe una conspiración para desmontarla. Su defensa, sumada a las diversas alusiones desde la tribuna a Adolfo Suarez, del que hacía siglos que no se hablaba en el hemiciclo, evidencian la intencionalidad por recuperar y sacar brillo a la etapa en la que se pusieron los cimientos de la democracia.
¿A quién le interesa el debate sobre la consulta de Cataluña, aparte de a los catalanes?
El barómetro de marzo del CIS, que revela que los nacionalismos le preocupan al 0,6% de los españoles y los estatutos de autonomía al 0,1%, se palpa en la calle y en las redes sociales, pero les preocupa a los diputados. "Es normal que no haya gran interés porque el paro o los problemas económicos están en el top ten de preocupaciones. Ni tan siquiera fuera de este Congreso o del Parlament, interesa a muchos políticos", justifica un dirigente popular. "La autodeterminación es un problema muy importante. Mira Crimen o el norte de Ucrania. Puede que la gente tenga otras prioridades pero es muy grave", dice Jáuregui inquieto por la actitud de los partidos independentistas.