"Juan, o Corinna o Corona"
La comparecencia del jefe de los espías en el Congreso de los Diputados para hablar de la princesa alemana y sus supuestos servicios al Gobierno de España tiene por objetivo desactivar la bomba Corinna-Corona.
Cuenta la leyenda que un día, poco antes de que el rey se pusiera de pie y saliera a pedir perdón a los españoles por su viaje a Botswana, su cadera rota, matar elefantes y tener amigas entrañables como la princesa alemana Corinna, un viejo consejero, amigo de toda la vida, le quitó todas las dudas sobre salir y pedir perdón o no con la siguiente sentencia: "Juan, tú eliges: o Corinna o Corona". El rey eligió Corona, pero no envió a paseo a Corinna -el corazón tiene razones que la razón no entiende- aunque sí puso algo de tierra de por medio. La comparecencia del jefe de los espías en el Congreso de los Diputados para hablar de la princesa alemana y sus supuestos servicios al Gobierno de España tiene por objetivo desactivar la bomba Corinna-Corona, a pesar de que a algunas de sus señorías les parece una mala idea porque "legimita a esta señora". Y también porque el resultado final sigue siendo una incógnita por mucho que en Presidencia del Gobierno -recordad que Saénz de Santamaría es la jefa directa del CNI- piense que así se desactivará la historia.
Será el día del padre, 19 de marzo, San José. Ahora día laborable. El jefe de los espías españoles, el general Félix Sanz Roldán comparecerá en el Congreso de los Diputados para aclarar si la amiga "entrañable" del rey Juan Carlos, su alteza serenísima Corinna zu Sayn-Wittgentein realizó trabajos "delicados y confidenciales" para el Gobierno español, tal y como ella ha declarado en entrevistas a El Mundo y ¡HOLA!. El general Sanz Roldán, director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) irá también dispuesto a comentar lo de los espionajes en Catalunya, pero el eco mediático de la princesa alemana devorará el escándalo de los micrófonos entre la clase política catalana. No hay que ser profeta para adivinar que los labios turgentes de Corinna tienen más glamour que los de Alicia Sánchez Camacho.
¿Es normal que todo un jefazo de los servicios secretos se ofrezca para hablar en el Congreso de supuestas comisiones a la amiga del rey? ¿Es lógico que el Gobierno haya aceptado con suma rapidez, sin problemas, introducir el asunto de las declaraciones de esta señora en la comisión de Gastos Reservados? Por cierto, siempre son a puerta cerrada. "No, no es normal. Pero conviene que todos tengan clarísimo que si el director del CNI va a hablar de la princesa Corinna es porque el Gobierno se lo ha pedido. U ordenado" responde el ex alto cargo de La Moncloa, vinculado con los servicios secretos.
Además, recuerda el experto, que el general Sanz Roldán tiene la peculiaridad de que "ha estado con los dos Gobiernos, tanto con el de Zapatero como con el de Rajoy y de un plumazo, negará los trabajos de esta señora para el Ejecutivo", confirmando así las declaraciones de la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, quien negó el viernes pasado que el Gobierno haya pagado ninguna comisión a la princesa alemana. El CNI depende ahora de la vicepresidenta Santamaría.
"La verdad es que yo no tengo muy claro por qué hemos aceptado que el director del CNI venga a hablar de Corinna. Porque por más que se diga que es sobre trabajos, al final lo que quedará para la calle es que la princesa alemana se mete en el Congreso de los Diputados y creo que, en cierto modo, eso puede ser devaluar el asunto" reconoce un exministro socialista ducho en situaciones delicadas. Opinión que es, en parte, compartida por otros diputados populares. Ah, eso sí, ninguno quiere que escribamos su nombre al lado del de la princesa alemana "que simplemente es una comisionista, como ya sabemos hace tiempo. Pero no tiene por qué haber cobrado del Gobierno español".
Es más, entre sus señorías más informadas está extendido que Corinna sí que cobró comisiones por hacer de intermediaria en asuntos como el AVE a La Meca "e incluso habló en nombre del rey cuando este estuvo de baja en alguna ocasión, y ese asunto no se podía frenar" informa un fontanero de La Moncloa. "Lo que ocurre es que eso no es un delito. En la concesión del AVE a La Meca por parte de las autoridades saudíes había "un consorcio de empresas españolas muy potente. Naturalmente respaldado por el Gobierno español. Si esas empresas pagaron a esta señora por su intermediación, no es delito ni mucho menos. E incluso está por ver que, en caso de que hubiera recibido algún dinero de la Administración española por sus supuestos trabajos, si se confirma que los hizo, también fuera delito. Ella no es una funcionaría, no comete cohecho ni nada por el estilo. Los lobbies son algo legal por ahí afuera, y las comisiones de intermediación también. Otra cosa bien diferente sería si es ético o no de dónde emana el poder o la influencia de la princesa Corinna. Es obvio que eso se lo da su supuesta relación con el rey pero... el grado de ética personal no es un delito".
En el entorno del rey ya no hay tiempo para sensaciones sobre qué supone que el director del CNI lleve a Corinna al Congreso, con el apoyo del Gobierno y los grupos políticos. El humo que echaban todas las ventanas de la Monarquía -Urdangarín, infanta Elena, secretario infantas, Corinna, salud del rey, abdicación- se ha convertido en incendio -literal- cuando ha ardido el oxígeno en la clínica de La Milagrosa, donde está alojado Juan Carlos I. Era lo que faltaba, pero entre incendio e incendio, en los círculos próximos a Juan Carlos sugieren que la princesa ha jugado mal sus bazas con las entrevistas concedidas a El Mundo, ¡HOLA! y Paris Match. Es más, sugieren también que la princesa se ha valido de artimañas para hacer ver que esas entrevistas estaban avaladas por el propio Juan Carlos, cosa que no es cierta. "Está acabada en España. Ella tenía miedo -y lo tiene- de terminar imputada en el tema Urdangarín, de ahí el despliegue. Pero la ha salido mal. No hay más que ver el enorme desprestigio que tiene en todos los sitios. Da lo mismo escuchar radio, que televisión o leer prensa. Esto no es Inglaterra y no trabajamos con el libelo como allí", explican los mismos medios.
Claro que entre los diputados, la inquietud no es realmente Corinna, sino que a alguien le dé por indagar en el patrimonio real. "Puede que ya no gocen de la inmunidad de antaño, pero todavía sigue habiendo cierto respeto, entre comillas, a la hora de airear el origen y la cuantía de los dineros del monarca. En la prensa extranjera, a veces, se han ocupado de estos temas muy por encima. En este país se perdonan las infidelidades, y más a un Borbón, pero para los asuntos económicos no hay clemencia", concluye un exministro.