Segundo 'round': 'Bush Revival'
Anoche se llevó a cabo el segundo debate de los aspirantes Republicanos a las elecciones primarias de su partido. Pudo ser el principio del fin de Trump, aunque hasta el rabo todo es toro. Rand Paul demostró que está fuera de la carrera, y surgen con fuerza Carly Fiorina y Marco Rubio. Jeb Bush sigue siendo una incógnita.
Los candidatos republicanos Donald Trump y Jeb Bush
Anoche se llevó a cabo el segundo debate de los aspirantes Republicanos a las elecciones primarias de su partido. Debate auspiciado por la CNN en la Reagan Library, cedida por la viuda de Ronad Reagan, Nancy Reagan.
Todo preparado para que, durante tres horas, los diez aspirantes hombres más la única aspirante mujer, Carly Fiorina, presentaran, esta vez sí, medidas programáticas más contundentes que durante los últimos tres meses.
Complicado está que superen la audiencia media del primer debate en la FoxNews, que tuvo algo más de 25 millones de espectadores durante una hora. El de ayer fue un debate de tres horas, soporífero en su mayor parte y con algunos toques de humor interesantes.
El resultado, por ejemplo, es sorprendente: la mayor parte de los analistas aseguran que lo ganó Carly Fiorina, contundente en temas como el aborto, las drogas, la politica exterior y la politica de inmigración.
La candidata republicana Carly Fiorina
Era muy difícil debatir sobre inmigración irregular en la casa de Reagan, el único presidente de Estados Unidos que legalizó a tres millones de inmigrantes ilegales durante su mandato. Nadie antes lo había hecho, nadie se atrevió después.
Donald Trump fue, en todo caso, foco de los ataques. "Vienen a por mí", había dicho horas antes durante su multitudinario mitin en Texas, en donde llenó con mas de 30.000 personas un palacio de deportes. Y a buen seguro que lo hicieron. Trump se tuvo que defender de todas las preguntas de los periodistas y de sus contrincantes, pero lo peor no fue eso: su momento de debilidad fue admitir que "no tiene política exterior porque no conoce de primera mano los problemas de Estados Unidos en el extranjero". Ploff.
Jeb Bush también tuvo que aguantar que los aspirantes tiraran recurrentemente de su hermano, George Bush, para criticarlo: "Por culpa de tu hermano hoy tenemos a Obama en la Casa Blanca" le espetó Trump, a lo que Jeb respondió con una defensa cerrada de su hermano que terminó en el aplauso más largo de la noche.
La Guerra de Irak es un tópico, porque 14 años después, casi todo el mundo coincide en que fue un error ir, pero aún mayor y más grave ha sido abandonar Iraq y Afganistán por parte de Estados Unidos. Desde Christie hasta Carson -el neurólogo más famoso de Estados Unidos-, todos creen que el avispero actual de Oriente Medio solo tiene como culpable a la política exterior del presidente Obama y su abandono de las responsabilidades militares en la zona. Salvo Ron Paul y Donald Trump, la defensa de la guerra de Irak es unánime entre los aspirantes.
En cuanto a las cuestiones más personales, Jeb Bush reconoció haber fumado marihuana hace cuarenta años. Carly Fiorina, por su parte, contó cómo había enterrado a una hija que murió de una sobredosis, y afirmó que "es el momento de decir a nuestros jóvenes que fumar marihuana no es como beberse una cerveza". Marco Rubio, que consiguió recuperase un poco frente a Ted Cruz, centró su discurso en la inmigración -como hijo de cubanos-, y Ben Carson, pese a que en las encuestas de intención de voto llegó al debate en segunda posición, no terminó de convencer. El brillantísimo neurólogo se pierde en sus explicaciones, y los votantes republicanos -recordemos que aquí no votan los estadounidenses, sino los votantes registrados- necesitan mensajes mucho más nítidos.
En conclusión, ayer pudo ser el principio del fin de Trump, aunque hasta el rabo todo es toro. Rand Paul (tardará mas o menos tiempo) está fuera de la carrera, y surgen con fuerza Carly Fiorina y Marco Rubio. Jeb Bush sigue siendo una incógnita.