La nueva heroína de la clase media estadounidense
La heroína ya no es un problema de barrios marginales de las grandes ciudades. La heroína se ha extendido por los barrios de clase media, media alta y suburbios de Estados Unidos de una forma terrible y dramática. Solo en el estado de Ohio mueren a la semana 24 jóvenes menores de 25 años de sobredosis de heroína.
Foto: REUTERS
Fin de semana de megatormenta de nieve y frío en Estados Unidos. Quizá apetece mas que nunca ver 60 Minutes, el programa líder de información semanal en Estados Unidos. CBS ha recibido innumerables premios por los cuatro reportajes que, cada domingo, hacen que te vayas a la cama reflexionando sobre alguna cuestión de actualidad.
Este domingo hablaron del enorme problema de la adicción a la heroína en Estados Unidos. Una adicción que, a diferencia de la epidemia de los años ochenta, no está mal vista y es de difícil detección. La heroína ya no es un problema de barrios marginales de las grandes ciudades. La heroína se ha extendido por los barrios de clase media, media alta y suburbios de Estados Unidos de una forma terrible y dramática. Solo en el estado de Ohio mueren a la semana 24 jóvenes menores de 25 años de sobredosis de heroína.
Los cárteles mexicanos se han lanzado a la conquista de los institutos y las universidades. Con 14 y 15 años, miles de jóvenes de clase media comienzan fumando heroína y terminan inyectándosela. La heroína, según el reportaje, es mas barata que la marihuana. Muchos de los testigos del reportaje le echaban la culpa a los fármacos contra el dolor. Se ha generalizado la receta de opiáceos para los jóvenes. Por ejemplo, cuando te quitan en el dentista las muelas del juicio. Comienzan traficando con las pastillas que les sobran de las recetas médicas y terminan enganchados a la heroína.
La heroína, además, ya no es una droga de nicho. La mayor parte de los adictos son blancos, de clase media, jóvenes de entre 15 y 25 años, y profesionales entre 30 y 45 años. Preocupa de forma muy importante la cantidad de profesores de instituto y universidad que también son adictos. El 90% de los nuevos consumidores de heroína son blancos, de los que el 75% han tenido alguna prescripción de medicinas contra el dolor que contenían opiáceos, según un informe de la CDC, la Agencia contra la Prevención y el diagnóstico de enfermedades.
Según la cadena ABC, Baltimore se ha convertido en la capital de la heroína de Estados Unidos. Según la agencia antidroga, al menos 1 de cada 10 residentes de Baltimore es adicto a la heroína. La ciudad, que cuenta con 655.000 habitantes, cuenta con 60.000 adictos a las drogas, de los que 40.000 son adictos a la heroína.
La pandemia ha sido definida como la "epidemia silenciosa". Los padres no se enteran de que sus hijos, de clase media, se pinchan en los institutos, en los baños. "Con un mensaje tengo la heroína en la puerta de mi casa en menos de 20 minutos", decían algunos de los jóvenes entrevistados por 60 minutos. Mientras que sus padres raramente se enteran, y cuando lo hacen no saben cómo reaccionar. La alarma es tal, que en verano pasado la Casa Blanca anunció un plan de cinco millones de dólares en anuncios para advertir sobre esta lacra.
En 2013, 200.000 personas murieron de sobredosis en Estados Unidos. El doble que en 2002. En julio del año pasado, la revista Time publicaba un reportaje titulado La heroína alcanza niveles de epidemia.
Aproximadamente, 120 personas mueren al día de sobredosis de heroína en Estados Unidos. En estados como Ohio, las familias son formadas en la utilización de Naloxone, medicamento que se vende sin receta y que puede salvar los hijos de morir de una sobredosis según el reportaje de la CBS.