Nos matan en París
In memoriam. En recuerdo de todas las víctimas del atentado de París del 14 de noviembre de 2015. Su recuerdo permanecerá con nosotros. Una parte de nosotros ha muerto con ellos.
Personas, cientos de personas, muriendo por culpa de la religión o de sus cenizas o por lo que sea, porque a estas alturas dudo de que sepan por qué matan a personas, dudo de que sepan por qué nos matan: Quizás nos matan por no ser fieles de Alá, por no tener dios, por ser occidentales. Quizás nos matan por ser ciudadanos de Europa, por creer en la libertad, incluida la de religión o quizás nos matan por pensar por nosotros mismos, por no tener el cerebro lavado y apestosamente inmaculado... Quizás nos matan por ser cómo somos y quienes somos; por ser libres o al menos por querer serlo, por querer ser felices aquí y ahora, no en ese futuro paraíso que inventaron las religiones para sojuzgarnos la vida y mantenernos callados y sumisos. Quizás nos matan por ser laicos o ateos y para quitarnos de en medio. Quizás nos matan para podernos acallar, es la única manera que se les ocurre. Seguramente nos matan por ser transexuales, mujeres, homosexuales, libertinos, heteros, hombres, infieles, lesbianas... Quizás nos matan porque sí, sin más, porque ellos cuando nos matan ahora, en París, no han seleccionado a personas concretas, sólo eligen matar, sean quienes sean los que mueran... Quizás nos matan por querer divertirnos en un partido de fútbol o en una discoteca o por salir a cenar a un restaurante... Nos matan por estar paseando por las calles de París a las diez de la noche. Nos matan sin tener en cuenta lo que decimos o pensamos. Lo peor o lo mejor es que nos matan por pura coincidencia, por estar allí sin más, seamos quienes seamos y seamos como seamos, tengamos fe o no la tengamos. Quizás morimos sin que ellos sepan si somos cristianos, musulmanes o judíos... en realidad este matiz no les importa en absoluto.
Quizás nos matan por no ser religiosos o por no coincidir con su religión, porque cada religión piensa que la suya es la única, la verdadera, la auténtica y a "Dios" (quien sabe qué será eso que todas ellas llaman dios) se lo reparten entre todas como si se tratara de un trofeo de caza. Quizás nos matan porque dios no existe y les da rabia y sufren y no saben qué hacer con sus vidas si alguien no les dice qué es lo que deben hacer y a quien deben hacérselo. Quizás nos matan por incultura, por falta de fe verdadera en la humanidad, por falta de amor y de confianza en el ser humano y sin embargo poseer una fe ciega en un dios inventado a imagen y semejanza de nuestras peores pesadillas. Quizás nos matan por un idealismo absurdo y de paso dan su vida por ello y mezclan sus cadáveres con los nuestros, que somos sus víctimas. Curioso final el suyo en el que su sangre, sus vísceras y sus huesos se mezclan con los de las personas que acabamos de morir... No entienden que el paraíso que desean y que buscan, que el paraíso con el que sueñan es en realidad el que acaban de destruir. Un paraíso imperfecto, pero nuestro paraíso, hasta que llegan ellos y hacen estallar sus bombas y mezclan sus restos con los nuestros y morimos todos, todos juntos, en una "melange" de sangre y dolor y rabia, que sólo trata de hacer daño a la vieja, sabia y descreída Europa.
In memoriam. En recuerdo de todas las víctimas del atentado de París del 14 de noviembre de 2015. Su recuerdo permanecerá con nosotros. Una parte de nosotros ha muerto con ellos.