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'Viento fuerte' y el punto de vista

'Viento fuerte' y el punto de vista

El estreno de una obra de teatro de Jon Fosse, Premio Nobel 2023 de literatura, ha generado muchas expectativas.

Escena de 'Viento fuerte'Javier Naval

El anuncio de que por fin se iba a poder ver una obra del Nobel 2023 Jon Fosse en Madrid generó muchas expectativas. Eso y que iba a ser de los pocos estrenos navideños verdaderamente para adultos. Así que Viento fuerte, la obra de este autor que se acaba de estrenar en la Sala Margarita Xirgu del Teatro Español tiene una muy buena venta de entradas en sus primeros días a pesar de ser un drama.

La historia trata de un hombre que mira a través de una ventana. En el edificio de enfrente ve a una mujer, que resulta ser su esposa, con otro hombre, su joven amante. Descubrimiento que tiene un gran impacto emocional en el primero.

Una anécdota muy breve y, se podría decir, que clásica. Porque ¿quién no ha leído un libro, visto una película o una obra teatro que parte de este tipo de descubrimientos? En estos casos lo importante acaba siendo el punto de vista con el que el equipo artístico cuenta esta historia de sobra conocida.

Sin dicho punto de vista, cualquier producción se convierte en una más. Esté escrita, dirigida e interpretada mejor o peor, no ampliará los horizontes de los espectadores, a no ser que sea una persona que llegue virgen en este tipo de historias.

  Escena de 'Viento fuerte'Javier Naval

Esta producción de Viento fuerte no parece tener un punto de vista, tratar de ofrecer una lectura personal de un texto que es marca de la casa. Es decir, de su autor. Un autor que trabaja como se hace en poesía, siendo breve, conciso, concreto en el uso de las palabras y del lenguaje. Por eso sus libros son breves, cortos. Hasta el más aclamado, la novela Septología, es una colección de libros breves.

Una forma de trabajo que produce intensidad y que, por repetición y acumulación, como si fuera una pieza musical minimalista, provoca una fuerte intuición emocional sobre lo que cuenta y lo que pasa en escena.

No creo que el público que acuda a ver esta producción acabe teniendo este tipo de experiencia. Hay varios motivos. El primero es la forma en la que se dice el texto. Un texto que parece lanzado al patio de butacas sin que los personajes tengan intenciones y objetivos en lo que dicen o hacen. Como si fueran unas máscaras o cuerpos de los que sale una voz.

El director, José María Esbec, quizás consciente de esa percepción, trata de dar dinamismo o movimiento a la escena de varias maneras. Ya sea haciendo oscuros que los actores aprovechan para cambiar de posición. Ya sea moviendo unos paneles que ocultan parte del escenario a la vez que permiten ver otras en los que sucede las acciones mínimas que tienen los personajes.

  Escena de 'Viento fuerte'Javier Naval

Paneles que se aprovechan para proyectar unos bonitos y buenos videos en blanco y negro. Pequeñas películas con primeros planos de las caras de los personajes, las manos entrelazadas y los pies de los protagonistas. El tipo de corto o video performativo breve que se ve con frecuencia en las exposiciones temporales de muchos museos contemporáneos.

Detrás de ellos un escenario dividido en dos partes por una mampara transparente que lo atraviesa de lado a lado. Formando en la parte de atrás una especie de pecera iluminada con fluorescentes que dan luz hospitalaria. En los que se irán colocando los actores, y donde les cambiará la calidad de la voz, como si fuera cavernosa.

Un montaje que se focaliza tanto en esta parafernalia escenográfica como manera de dar aire a un texto que parece no tenerlo. De ofrecer espectáculo, es decir, de hacer una producción para la vista. Cuando se nota y se siente que esta obra está escrita para el oído y todo lo que se puede crear a través de lo que se percibe, se le susurra, al público por este sentido.

Y claro que se consiguen imágenes bonitas, como la que sigue a la colocación de un arnés al actor Felipe García Vélez, antes de que su personaje se lance al vacío. Tanto, que distrae del texto que dice en ese momento. Un texto, que como se ha dicho, lanza sin sentido aparente. Como también hace el resto del elenco durante la función.

  Escena de 'Viento fuerte'Javier Naval

Siempre que pasa eso durante una representación se duda de si hay algún tipo de sesgo. Algo externo a la propuesta que esté influyendo en la percepción del espectáculo. En este caso, es una duda que se disipa al final de la función, cuando Alberto Amarilla, que hace del joven amante de la mujer, parece relevar al hombre protagonista y repite el parlamento inicial. Ese que habla de mirar por una ventana, mirar y ver desde una posición, y si la ventana y la posición importan o condicionan lo que se ve.

Cuando él lo dice, hay una sutil diferencia con cuando lo dice Felipe García Vélez, un no se sabe qué, en el que este texto que se ha escuchado a lo largo de la pieza varias veces, produce en el espectador esa intuición emocional de la que hablaba al principio.

Podría decirse, que quizás el acúmulo provocado por la repetición provoca esa sensación. No lo parece. Más bien se tiene la certeza de que Alberto Amarilla ha sabido encontrar el sinsentido de ese texto. Es decir, el para qué dice o piensa lo que piensa ese Joven amante que al final se ha convertido en el Hombre, tras la relación que ha tenido con la mujer de este.

¿Se puede contar ese objetivo y esa necesidad que cubre a este personaje? No. No se puede decir en palabras, explicar. Solo se sabe que el texto adquiere peso y densidad. Adquiere corporalidad.

Y a pesar de la extrañeza de toda la pieza, al estilo de la que producen otros dos premios Nobel como son Harold Pinter o Beckett, en ese momento final, gracias a lo que hace Amarilla, se vuelve concreto, una certeza. Algo que se entiende solo estando presente en el teatro, como se entiende la poesía cuando se lee, aunque no se pueda explicar o pierda la gracia y el misterio cuando se intenta contar de qué va un poema. Lástima que esa sensación tarde tanto en llegar.

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Como el dramaturgo Anton Chejov, me dedico al teatro y a la medicina. Al teatro porque hago crítica teatral para El HuffPost, la Revista Actores&Actrices, The Theater Times, de ópera, danza y música escénica para Sulponticello, Frontera D y en mi página de FB: El teatro, la crítica y el espectador. Además, hago entrevistas a mujeres del teatro para la revista Woman's Soul y participo en los ranking teatrales de la revista Godot y de Tragycom. Como médico me dedico a la Medicina del Trabajo y a la Prevención de Riesgos Laborales. Aunque como curioso, todo me interesa.