Un nuevo Estatuto para la dignificación de las Personas Cooperantes

Un nuevo Estatuto para la dignificación de las Personas Cooperantes

"Los casi 3.000 cooperantes españoles que trabajan en casi 100 países en el mundo son la mayor expresión de esa fe en la humanidad y la justicia, que son valores de la sociedad española".

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares

Hay personas que hacen justicia al origen del término “profesión” como una declaración de fe. Los casi 3.000 cooperantes españoles que trabajan en casi 100 países en el mundo son la mayor expresión de esa fe en la humanidad y la justicia, que son valores de la sociedad española. Son las personas que hacen posible que los programas y proyectos de la Cooperación Española se puedan llevar a cabo en el Sahel, en Centroamérica, en Ucrania o Palestina.

Hoy, 8 de septiembre, conmemoramos en España el Día de las Personas Cooperantes, en honor a todos los profesionales que trabajan cada día contribuyendo a la construcción de un mundo más justo, próspero, sostenible y en paz.

La cifra de cooperantes españoles ha aumentado un 5% respecto al año pasado: son casi 3.000 las personas que trabajan en cooperación y acción humanitaria, de los cuales un 53% son mujeres.

Estos profesionales, movidos por un espíritu solidario, trabajan en contextos complejos y arriesgan muchas veces sus vidas para cambiar las de otras personas. Los terribles casos de nuestras compatriotas María Hernández en Etiopía y Emma Igual en Ucrania, o los trabajadores humanitarios de todo el mundo que han perdido su vida en Gaza, nos reafirman en nuestro compromiso de protegerles y cuidarles, asegurando el pleno respeto al Derecho internacional humanitario, pero también mejorando sus condiciones de trabajo.

El compromiso del Gobierno con la cooperación internacional y con nuestros cooperantes es firme y se traduce en hechos. Por un lado, compromiso financiero: entre 2017 y 2023 la Ayuda Oficial al Desarrollo ha aumentado un 58%, alcanzando los 3.594 millones de euros. Por otro, compromiso político: la aprobación el año pasado de la Ley 1/2023 de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global, recogía, en su artículo 44, el mandato de asegurar una carrera profesional digna y atractiva para quienes dedican su vida a la cooperación, así como la atracción, promoción y retención del talento.

Este mandato se ha materializado en la aprobación, el pasado mes de julio, del nuevo Estatuto de las Personas Cooperantes, un hito que marca un antes y un después en la profesionalización y dignificación de la carrera profesional de las personas cooperantes en nuestro país.

El nuevo Estatuto de las Personas Cooperantes incorpora mejoras y novedades que buscan garantizar una mayor protección y reconocimiento a los y las profesionales de la cooperación. Se refuerzan los derechos de las personas cooperantes en el ámbito laboral y los de sus familias en un contexto en el que la conciliación de la vida familiar y laboral es particularmente difícil.

Por ejemplo, el seguro colectivo concertado y cofinanciado por la AECID se va a extender al cónyuge o pareja de hecho, descendientes y ascendientes dependientes. También se amplían algunas de las prestaciones a las que tienen acceso, como una revisión médica anual en el ámbito del derecho a una previsión social específica. Además, se refuerza la retribución por vivienda y escolarización. Y se establece un régimen de indemnizaciones por fallecimiento e incapacidad similar al de los periodistas que trabajan en zonas de conflicto o nuestras tropas que participan en operaciones internacionales de paz.

El nuevo Estatuto, que se elaboró con el mismo espíritu participativo y colaborativo que guio la tramitación de la Ley y contando con la valiosa contribución del propio colectivo de cooperantes y de sus representantes sindicales, incluye igualmente medidas para facilitar la reintegración de las personas cooperantes tras sus misiones, como la certificación de sus responsabilidades y la previsión de su reincorporación a un puesto de trabajo en la entidad correspondiente, buscando promover la circulación del talento entre los distintos actores de cooperación: ONGDs, administraciones públicas y, por supuesto, nuestra agencia de cooperación, la AECID.

Este es primer texto de desarrollo de la nueva ley, al que seguirán pronto un nuevo estatuto para la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), una nueva normativa de subvenciones y un nuevo marco regulatorio para nuestra cooperación financiera, que completarán la reforma del sistema español de cooperación, compromiso del Gobierno.

Desde la promulgación del primer estatuto de las personas cooperantes, en 2006, el mundo ha cambiado significativamente. Las necesidades y desafíos de la cooperación para el desarrollo y la acción humanitaria se han transformado y hecho más complejas. Seguimos necesitando a estos y estas profesionales altamente cualificados y necesitaremos más en diversas disciplinas para hacer frente a la pobreza y las desigualdades, objetivos tradicionales de la cooperación, pero también a la crisis climática, las brechas de género, la digitalización, la protección de los derechos humanos y la democracia o la promoción de la paz.

Año tras año, Eurobarómetro tras Eurobarómetro, España se revela como una de las sociedades más comprometidas con la respuesta a los grandes desafíos de nuestro tiempo, con la paz, el desarrollo y la justicia en el mundo. El nuevo Estatuto de las Personas Cooperantes no solo es un reconocimiento a la valiosa labor que realizan, es también la proyección de la sociedad española y de nuestros mejores valores hacia el mundo. Hoy, en este día de las personas cooperantes, somos toda la sociedad española quienes queremos agradecerles cada hora y cada día de esfuerzo y dedicación a hacer de este mundo que compartimos un lugar más digno y más justo. No hay tarea más noble.

José Manuel Albares es ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación