La L de LGTBI
Nuestras compañeras de activismo sufren una doble discriminación, por mujeres y por lesbianas.
Se acerca el 26 de abril, fecha en que, desde el año 2008, reivindicamos de forma específica la visibilidad de las mujeres lesbianas. La importancia de la jornada resulta evidente si comparamos la visibilidad que tenemos los hombres homosexuales en relación con las mujeres lesbianas dentro y fuera del activismo LGTBI, y en todo el espacio público. Y eso es algo que ocurre incluso en las sociedades donde la homosexualidad va siendo aceptada y normalizada. No es complicado encontrar hombres homosexuales visibles en ámbitos como la política, la cultura o en los medios de comunicación, por ejemplo. En cambio, si hacemos el mismo ejercicio con ellas, seguramente nos costará más encontrar a mujeres lesbianas conocidas en estos u otros ámbitos de la vida pública. Y cuando las encontramos, por ejemplo en el cine, con demasiada frecuencia acabamos viendo historias estigmatizadas de mujeres con escasos finales felices.
Como en casi todos los ámbitos de la vida, también en el propio activismo LGTBI hay una predominancia enorme de la G respecto a las personas que representan el resto de siglas del colectivo. Los hombres, por muy gais que seamos, seguimos siendo hombres y eso nos da unos privilegios inasumibles en cualquier sociedad democrática e igualitaria. Nuestras compañeras de activismo sufren una doble discriminación, por mujeres y por lesbianas. Aún hoy tienen menos referentes que nosotros. Aún hoy hay muchas mujeres que prefieren no salir del armario para evitar desventajas en el mismo. Aún hoy, una de cada diez mujeres lesbianas ha dejado su empleo por problemas derivados de su orientación sexual. Aún hoy, muchas mujeres lesbianas siguen sufriendo las discriminaciones derivadas de los roles de género tradicionales, que hay que abolir si queremos avanzar hacia la plena igualdad entre ellas y ellos.
Las necesidades específicas del activismo lésbico no siempre coinciden con las del resto del activismo LGTBI. Y por ello es relevante el Día de la Visibilidad Lésbica y que en cada una de nuestras propuestas e iniciativas contemplemos las especificidades y necesidades propias del activismo lésbico. Se dieron pasos importantes desde esta perspectiva en la ley LGTBI aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez, que incorpora un enfoque interseccional en las medidas contempladas para combatir la LGTBIfobia en nuestro país.
Desde los partidos, organizaciones y movimientos LGTBI tenemos el imprescindible reto por delante de seguir avanzando en políticas específicas para nuestras compañeras de lucha, lo que conlleva también saber renunciar a cuotas de protagonismo que no siempre nos corresponden.