El poder 'influencer' del papel
Abrir un libro o un periódico de papel es mi lucha personal diaria para desconectar un rato de ese otro mundo tan diferente que ocupa la mayor parte de nuestro tiempo.
Cada día que pasa en esta vorágine de mundo de rutinas e influencers me gustan más los libros y, sobre todo, tocar papel para no despegarme de la realidad del día a día.
Esta realidad, que se puede sentir y tocar, es la que vivimos los que nos levantamos con la sensación de que vamos a aprender algo nuevo. Por eso, los que nos quieren comer la tostada con la Inteligencia Artificial, el TikTok de turno (reconozco que hay algunos perfiles muy buenos) o lo último del metaverso, me parecen avances importantes, pero no hay que olvidarse de que antes de esto existió una cosa llamada papiro. Gracias a él fueron millones los que pudieron leer textos que les hicieron viajar con ayuda de la imaginación.
Precisamente la imaginación es lo que nos está atrofiando este mundo virtual a veces tan destructor, que apenas nos deja pararnos ni siquiera a reflexionar por qué un día las cosas no han salido bien. Basta con sentarse unos minutos a pensar en silencio cómo solucionar el problema, pero el móvil y las redes sociales no te dejan en paz.
Quizás muchos lectores nieguen la mayor y digan que cada uno es dueño de sus actos y decisiones. Que te lo cuente un experto en adicciones cómo está diseñado este mundo de las redes (especialmente TikTok), para darte cuenta de que somos rehenes y hacen con nosotros lo que quieren. Ahora entiendo que los padres que trabajan en Silicon Valley o en otro lugar del planeta relacionado con el universo virtual, limiten el tiempo a sus hijos en Internet.
Abrir un libro o un periódico de papel es mi lucha personal diaria para desconectar un rato de ese otro mundo tan diferente que ocupa la mayor parte de nuestro tiempo. El móvil se queda en silencio en una esquina del salón, sin ninguna excusa para levantarme tras recibir una nueva notificación. Ahí permanecerán hasta mañana todos en silencio: TikTok, Twitter, influencers y demás seres que habitan el ecosistema de Internet. Llegó el momento de tocar papel y pasar a la página 164 de El Antropólogo inocente.